Aunque
los errores de quienes, de una u otra forma, cuestionan el sistema resuenan infinitamente
más que los aciertos, todos aquellos que trabajamos por un mundo mejor
tendremos que seguir apoyando a Podemos porque es la única formación política
que surge desde los diferentes movimientos ciudadanos. En Podemos hay muchísima
gente limpia, honesta, inteligente, sencilla y con muchas ganas de trabajar.
¿En qué marco político
nos movemos?
A
pesar de que las trasformaciones en profundidad, hacia una forma de vida
diferente a la actual, tardarán mucho tiempo en producirse, si es que alguna
vez tienen lugar, hay cambios puntuales que tienen origen con velocidad de
vértigo. Y utilizo el término vértigo intencionadamente en una doble acepción:
rapidez y pérdida del equilibrio, ambas en íntima relación. Estas dos
circunstancias avalan la certeza de los tiempos de incertidumbre que vivimos y
que, necesariamente, seguiremos viviendo. La rapidez es consecuencia del
declive de un sistema y de la pérdida del equilibrio vivido en las últimas
décadas del anterior siglo y la primera del actual. Ruptura de la alternancia
bipartidista en el entorno europeo, el deterioro de la
democracia, la pérdida de derechos y el incremento de las políticas represivas
son signos de identidad de esta década. Todo ello pone en cuestión el modelo
político. Cambios que ponen al descubierto, con mayor claridad, la desigualdad
y los desequilibrios económicos y sociales.
El
sistema intenta, inútilmente, mantener el equilibrio, parcheando el modelo con
medidas más o menos estandarizadas. Una de ellas consiste en hacer grandes
pactos, como en Alemania, desdibujando el esquema ficticio y clásico
izquierda-derecha. Otra, consiste en crear nuevas formaciones, como es el caso
de Ciudadanos en este país o el de Macron (En Marche!) en Francia. Digo
inútilmente porque, aunque consigan ganar en las urnas una u otra vez, su éxito será efímero ya que el cambio tecnológico, la precariedad laboral y la
desigualdad creciente no permitirán una larga estancia estable como ocurrió en
las décadas citadas.
Los aciertos y los
errores
Podemos,
como digo, surge desde abajo, fruto del descontento, de lo que algún autor lo
calificó de indignación, como ocurrió
en tiempos atrás cuando los oprimidos se agruparon para defenderse de las
agresiones del sistema capitalista. Podemos irrumpió con fuerza para sorpresa
de propios y extraños.
Las
propuestas iniciales conectaron con todos aquellos ciudadanos que esperaban la
aparición de una nueva fuerza política diferente a las dos que se alternaban en
el gobierno. Podemos se convirtió en la esperanza y el refugio de variados sectores
con diferentes características. IU nunca consiguió un significativo apoyo, a
pesar de representar, en teoría, a las capas sociales más numerosas. Las
razones de este desajuste requieren un análisis específico.
La
práctica política ha ido moldeando a los de Podemos, perdiendo la frescura de
los primeros tiempos. Han asumido el modelo y su comportamiento institucional es
semejante al de los demás. Su relación con los ciudadanos cada vez es más
distante y sus consultas a los inscritos e inscritas cada vez más tienen un
carácter formal. Muchos, entre lo que me encuentro, nos hemos ido
desencantando. A pesar de ello, como recomiendo al principio, habrá que seguir
apoyando a esta formación política con el deseo de que sus dirigentes superen
los efectos de esa enfermedad de infancia,
fruto de esa corta experiencia política en las instituciones.
En lo concreto (dos
asuntos)
La
candidatura para las elecciones autonómicas de Madrid ha sido impuesta desde
arriba. Un acuerdo en la cúpula ha designado a I. Errejón como candidato, y la
lista formada por militantes afines. ¿Qué capacidad de elección teníamos los
inscritos si sólo se presentaba una candidatura? Hombres y mujeres que han
jugado un destacado papel quedarán fuera de la Cámara. Por ejemplo, Lorena
Ruiz-Huerta, de la corriente anticapitalista, que defendió magistralmente la
Moción de censura presentada por su grupo, no volverá a renovar su puesto.
¿Y
el revuelo mediático de la famosa compra de la casa de Irene y Pablo? No somos
capaces ahora de valorar los daños que este hecho puede ocasionar.
Un
tremendo error. Les ha perdido la pasión: el amor, supongo, ese amor sexual que
anula la razón y la justicia. El amor es una droga que puede anular voluntades
y permitir tomar decisiones sin medir el alcance, en este caso, político. Los
perros mediáticos están al acecho, por lo que no es conveniente darles carnaza.
Sólo les falta eso.
Todos
y todas tenemos el derecho a elegir la forma de vida dentro de nuestras
posibilidades, con o sin la ayuda familiar. Pero este caso se presta al
comentario y, además, surgen algunos interrogantes.
Los
comentarios ya se han hecho por todos los medios por los que está rodando
la noticia. Sorprenden esas contradicciones entre las anteriores declaraciones
y la decisión de adquirir una vivienda muy alejada de aquellas de la mayoría de
las familias trabajadoras, a las que Pablo ha manifestado estar tan unido. Por
otro lado, a mí me parece muy ambicioso acceder a una primera vivienda como
esa, encuadrada en una zona de lujo. Algunas familias trabajadoras han llegado
a adquirir una casa de esas características, pero después de ahorrar durante un
tiempo, e ir vendiendo las anteriores en progresiva escala.
Interesado
por la forma de abordar los gastos que una casa así requiere, y pensando en la
situación económica de la pareja -algo en lo que, posiblemente, no debería
entrar- me pregunto: ¿han hecho un cálculo para ajustar ingresos y gastos?,
¿han previsto cuáles serán las fuentes de ingresos una vez que salgan de la
política? Según ellos y los estatutos de su partido no permanecerán más de dos
legislaturas.
Se
han equivocado, y no han valorado lo gravoso de una adquisición de estas
características. Una vivienda así requiere un importe medio de unos 1.500 euros
mensuales para gastos de sostenimiento (y esto no me lo invento), más las
amortizaciones de hipoteca, más el importe para las reparaciones que
inevitablemente surgen en viviendas de este calado por la complejidad y
cantidad de servicios: sistema automáticos, calefacción, piscina,
electrodomésticos, etc., etc.
La
única razón que encuentro para entender por qué se han metido en esta aventura
es la posibilidad del apoyo familiar, algo que espero sea así para que puedan sufragar
los gastos que conlleva.
Una
última reflexión. Teniendo en cuenta lo que observamos a diario, podemos
inferir que los fenómenos sociales y los cambios van muy por delante, y por
canales diferentes, de la actividad política y de los intereses personales de
los políticos. Cambios tales como la desigualdad creciente, la pérdida de
valores y derechos, la precariedad, el incremento de la represión, etc.
Notas:
Primera:
Mientras escribía estas líneas, los medios de comunicación nos anunciaban la
detención de Zaplana, un político del PP que se incorpora a la saca de mierda
de este grupo, un miembro más de la mafia que nos gobierna. Todos los ministros
nombrados por Aznar, incluido el actual Presidente del Gobierno, están
condenados, procesados, investigados o son sospechosos. ¿Y el principal
protagonista, cuando caerá?
Ante
estas fechorías, los medios a sueldo (todos) centran sus miradas (llevan ya una
semana, incluyendo la noticia, incluso, en todos los informativos) en esa
pareja de Podemos que se han comprado una casa en las afueras de Madrid. Deberían
dejarles en paz y desviar esa mirada hacia esa pléyade de políticos corruptos
que creen que este país es su finca.
Segunda:
Los acontecimientos no nos dan tregua a quienes ponemos interés en seguir la
realidad que vivimos. Cada acontecimiento que se produce deja sin interés al
anterior. La detención y posterior encarcelamiento de Zaplana, queda eclipsado
por la sentencia de la Gürtel que hemos conocido hoy, 24 de mayo de 2018. El PP
es el primer partido político que es condenado por corrupción. 37 acusados, la
mayoría con condenas de dos dígitos. Por fin Bárcenas entrará en prisión con
una condena superior a 33 años. A su mujer le han caído 15 años.