domingo, 13 de diciembre de 2015

100 ARTÍCULOS PARA PENSAR


A fecha de hoy son 100 artículos recogidos en diferentes publicaciones y en un Blog personal, escritos en cuatro años y pico. Es posible que haya alguna otra cosa desperdigada por ahí, pero en estos cien escrito, junto a otras publicaciones editadas (a las que hago referencia más abajo), se encuentra lo fundamental de mi pensamiento, sin perjuicio de que puedan surgir nuevas ideas, que sin duda surgirán, porque este medio vital en el que nos movemos es dinámico, y la capacidad de sorpresa no tiene límites, a pesar de que en lo básico el sistema mantiene los mismos elementos que, todavía, permiten a los de arriba dirigir y controlar a una sociedad cuanto menos indiferente, aunque a veces la hayamos calificado, incluso, de autista.
Permitid que personalice un poco por aquello de que este escrito puede que se convierta en un hito y, tal vez, en un cambio de rumbo. Todo empezó allá por el año 2009 cuando di un giro a mis escritos, abandonando mi colaboración con Mc Graw Hill, en cuya editorial he publicado unos treinta trabajos relacionados con mi profesión y mi especialidad.
Mi paso por el Ministerio de Educación y Ciencia, como Asesor Técnico, me abrió los ojos y la mente a nuevas dimensiones educativa que van más allá de la mera impartición en el aula. Así, me atreví a pensar y abordar el diseño de procesos de aprendizajes, de su aplicación en el aula y de su evaluación. De esta forma, además de la elaboración de un elevado número de informes para entidades públicas y privadas, surgió un texto con un título un tanto ambicioso: “Un nuevo modelo educativo para la superación de un sistema socioeconómico en crisis”, http://www.bubok.es/libros/17498/UN-NUEVO-MODELO-EDUCATIVO-PARA-LA-SUPERACION-DE-UN-SISTEMA-SOCIOECONOMICO-EN-CRISIS,  y una Guía rápida de apoyo para el profesorado.
A partir de ahí me vi obligado a analizar el Sistema socioeconómico en su globalidad, recogido, fundamentalmente, en “En los límites de la irracionalidad” en el 2010, revisado en años posteriores, http://ww­­w.bubok.es/libros/193055/EN-LOS-LIMITES-DE-LA-IRRACIONALIDAD-analisis-del-actual-sistema-socioeconomico. Luego han surgido otros trabajos de menor envergadura: “Contra el Sistema”, http://www.bubok.es/libros/202184/CONTRA-EL-SISTEMA, y “Pobreza económica y pobreza humana”,  http://www.bubok.es/libros/203764/POBREZA-ECONOMICA-Y-POBREZA-HUMANA, como resumen, este último, de una de mis intervenciones.
A finales de 2011 abrí un sencillo Blog: “Contra el Sistema”, http://ajgilpadilla.blogspot.com.es , en el que he ido colocando parte de mis escritos cortos. En Mayo de 2011, uno de los responsables de Nueva Tribuna me pidió que colaborase con esa publicación (26 artículos), http://www.nuevatribuna.es/opinion/autor/000430/antonio-jose-gil-padilla,  que se mantuvo hasta marzo de 2012 cuando decidieron censurarme un artículo crítico con las actuales organizaciones sindicales: http://ajgilpadilla.blogspot.com.es/2012/03/la-huelga-10-la-huelga-100.html.
Rebelión, con quien mantengo una cordial relación, trascribía algunos de los artículos publicados en NT, así que decidí enviárselos directamente. Son ya unos 31 escritos, http://www.rebelion.org/mostrar.php?id=antonio+jos%E9+gil+padilla&submit=Buscar&inicio=0&tipo=5, que suelo enviar periódicamente cada mes.
Ahora, por petición de sus responsables, he iniciado colaboraciones con Las Nueve Musas y con Villaviciosa Digital.
Un gran número de los escritos publicados en las diferentes revistas o diarios digitales los he recogido en un texto que denomino: “Artículos para pensar”, http://www.bubok.es/libros/212974/ARTICULOS-PARA-PENSAR,  que he ido actualizando hasta llegar a este último. Cien me parece un número redondo para hacer un punto de control, y resumir las ideas más relevantes que se han vertido en este montón de páginas de libros y artículos.
La desigualdad, la represión y la manipulación no dejan demasiadas ocasiones para la alegría, teniendo que tratar el estado de cosas con cierta crudeza. Sin embargo, en la mayoría de los escritos se contempla un hálito de esperanza.

Ideas trasversales y aportaciones más destacadas
 Parte de mis aportaciones se apoyan en otras de diferentes autores de épocas anteriores o actuales. Son aportaciones que rematan o complementan las de otros. Así se va construyendo el pensamiento crítico. Estas son algunas fuentes: Materialismo histórico, E. Fromm, E. Carbonell, J. Romareda, Platón, J. L. Sampedro. Saramago, E. Wallerstein, Chomsky, Descartes, Kant,  etc. etc.

De forma esquemática, y con toda modestia, estas son mis aportaciones más relevantes, cada una de las cuales es tratada en algún escrito o en varios a la vez:

-La inmadurez intelectual de la especie es la causa fundamental que impide un  cambio en profundidad del actual sistema socioeconómico.
-Muchos autores e, incluso, amplios sectores de la sociedad confunden lo deseable con lo posible.
 -Es imprescindible un método para el análisis, frente a la mera opinión, la conjetura, el disentimiento improvisado o el vano comentario.
-La ignorancia y la ingenuidad generalizadas están en la base del mantenimiento del actual sistema.

-El poder real es el económico y no el político.
-Los poderes político, judicial y mediático son dependientes del poder económico.
-Cuando la clase dominante barrunta que su poder puede quebrar, no duda en tomar medidas desorbitadas y desproporcionadas a los efectos que algunos acontecimientos pudieran producir.
-El miedo y el poder están en relación inversa.
-Todo el que tiene poder, por mínimo que sea lo ejerce.
-Las herramientas del poder real son: la política, la educación y los medios de comunicación.
-El cambio no es posible con el actual modelo político. Para cambiar el sistema es necesaria una revolución, pero la especie no está preparada para vivir en un sistema socialista. El capitalismo no es sustituible, de momento.
-Para transformar el sistema es necesario (imprescindible) hacerse con el control económico, como ocurrió en el cambio del feudalismo al capitalismo.

-La actual democracia es una estrategia de los de arriba.
-La democracia que nos han diseñado es ya sinónimo de corrupción, de corruptelas, endogamia y clientelismo, porque la corrupción es el propio sistema que la mantiene.
-No es lo mismo la alternativa que la alternancia.Cuando las diferentes opciones políticas no ofrecen modelos sociales y económicos claramente diferentes, no constituyen alternativas válidas.
-No existe ni el centro político, ni la clase media. 

-La evolución del sistema productivo: la superproducción sin necesidad de mano de obra.
-Las actuales acciones reivindicativas de otros tiempos carecen ahora de eficacia.
-Las mejoras de décadas anteriores han sido combinación de las concesiones de los patronos y el producto de la lucha.
-El enriquecimiento a través de la economía financiera (especulativa) es mayor que con la economía real.
-Sobreabundancia de liquidez y reducción de fuerza de trabajo, causas fundamentales del bloqueo del sistema.
-Desequilibrio salarial entre unos y otros trabajadores: desigualdad con minúsculas.

-El sistema educativo está al servicio de poder económico. Por eso su misión es la del adiestramiento a través de la memorización y la obediencia.
-Modelo educativo: Explicar no es la solución. Decir que hay que pensar tampoco. Aprender a Pensar es un proceso largo y activo por parte del sujeto. Hay una combinación: inteligencia cristalizada (adquirida)/inteligencia fluida (innata).

Dos leyes:
-Ley de la instrumentalización: a cada individuo o a cada grupo social le corresponde una asignación monetaria, o una recompensa, que es función de la posibilidad de instrumentalización que el sistema puede hacer de él para alienar o adormecer o, en suma, para mantener o incrementar la situación de desigualdad entre ricos y pobres.

-Ley de la codicia: el afán de enriquecimiento es proporcional a la riqueza que se posee, lo que denota una enorme pobreza humana.



jueves, 12 de noviembre de 2015

LA BÚSQUEDA DEL CENTRO POLÍTICO COMO ESTRATEGIA

El centro político no existe
Ahora, en vísperas de elecciones, las diferentes fuerzas políticas, con posibilidades de gobierno, se afanan para contarnos que son ellos los que ocupan el centro, con el ánimo de hacerse más creíbles para intentar atraer el mayor número posible de votos. Curiosamente ninguna de las formaciones se presentan, nítidamente, como de derechas o como de izquierdas. Se huye del término derecha, a secas, por su identificación con el sector social más poderoso, pero menos numeroso. Y, desde que se instauró el sufragio universal,  es necesario llegar a todas las capas de la población, bien entendido por todos que existen más pobre que ricos. Los que incluyen el vocablo izquierda lo hacen debido al prejuicio favorable que le conceden amplios sectores de la ciudadanía. Sin embargo, denominarse de izquierdas sin otro añadido puede asustar e impedir que un buen número de votantes se desplacen a otras formaciones de “ideario” menos “agresivo”. En Europa y, particularmente, en España las grandes formaciones políticas, y algunos otros socios, se presentan con los nombres, tan “light” como tramposos, de centro derecha y de centro izquierda, creando una división irreal y alejada  de la clásica  fractura entre izquierda y derecha.  Hemos de señalar que entre izquierda y derecha, admitida la división heredada de la Revolución Francesa, solamente existe una línea divisoria en la que no es posible ubicarse ni física ni ideológicamente. Ahora, una nueva formación, Ciudadanos, se autoubica en el centro-centro. Huelga insistir en que aquellas formaciones que se encuadran  en cualquiera de las anteriores expresiones que incluyen el centro como estrategia  están falseando la realidad por una simple cuestión de mercadeo.   

Izquierda-derecha parlamentaria como falacia de un antagonismo
Por ser términos de uso cotidiano, estamos utilizando los vocablos izquierda y derecha para distinguir a unas tendencias ideológicas de otras, pero es conveniente abordar esta cuestión de orden nominal para poder entender las diferencias entre unas y otras posiciones. Es necesario, desde este momento, preguntarse: ¿es apropiado seguir hablando en la actualidad de izquierda y derecha como verdaderas propuestas políticas opuestas en sus principios y en su desarrollo político?, ¿no sería conveniente utilizar otro binomio más clarificador, dada la mala utilización y el abuso de los citados términos? De no ser así, sería necesario recuperar el verdadero significado de la palabra izquierdas para ubicar en ella a las fuerzas antisistema, y situar en la derecha a todos aquellos partidos, integrados en el sistema irracional y clasista, que participan en este juego y defienden los intereses de la clase dominante.
 En algún tiempo, entre la espacialización, las ideas y la terminología política existía un evidente y correcto acomodo, clasificándose todas estas dimensiones en expresiones diferenciales, simétricas y antagónicas: izquierda y derecha. A raíz de las revoluciones de finales del siglo XVIII, la izquierda  real, representada o no por formaciones políticas, se ha caracterizado por la lucha para intentar conseguir cambios, y la derecha por conservar el estado de cosas existentes. Por esta razón, esa izquierda -no representada, actualmente, por ninguno de los grupos políticos- ha sido siempre (y deberá seguir siendo para mantener el epíteto de real) revolucionaria, y la derecha contrarrevolucionaria por su oposición a profundas transformaciones económicas y sociales. La principal misión de la izquierda, en esta época, debería de ser la  “superación  del capitalismo y el avance hacia una sociedad sin explotación y sin alienación, hacia un socialismo concebido como la plena realización de los derechos humanos y la profundización de la democracia”, como promulgaba IU en sus estatutos, aunque luego no lo lleve a cabo a través de su acción política.
Es claro y manifiesto que, a pesar de sus enunciados ideológicos, hoy día tanto la izquierda como la derecha parlamentarias forman parte de una misma estrategia conservadora ya que admiten el mismo modelo económico y la misma forma social (o antisocial) establecida en clases  de ricos y pobres.  Es evidente que la práctica política ha vaciado de contenido el término “izquierdas”, engañando al electorado que, por simplificación, ingenuidad o ignorancia, siguen fieles a ese aparente dual esquema de izquierda-derecha. Desgraciadamente ni el PSOE, ni IU, fuerzas políticas que operan en el estado español, pueden ser calificadas de izquierdistas, en el sentido auténtico y genuino de la expresión, entrando en flagrante contradicción  su autoubicación y sus propuestas con sus actuaciones. Lo mismo ocurre con los partidos  parlamentarios análogos del resto de los países de nuestro entorno. No cabe duda de que cuando utilicemos el término izquierda lo deberíamos hacer con absoluta propiedad, y con él hacer referencia a una fuerza o a un conjunto de fuerzas trasformadoras y revolucionarias cuya estrategia fuera el derrocamiento del vigente sistema, en el marco de un modelo democrático que poco tiene que ver con el actual. En consecuencia, y para mayor claridad, deberíamos empezar a utilizar el binomio prosistema-antisistema para diferenciar las ideologías y para encuadrar a las diferentes formaciones políticas.

Podemos, nuevo grupo político, no se define ni de izquierdas, ni de derechas. Surgió como una opción trasformadora (antisistema) antes de emprender el camino electoral. Ahora se comporta como uno más de los partidos que participan de este juego, con sus contradicciones internas, y con los ataques externos por la incertidumbre que aún despierta entre los detentores del poder real. 

jueves, 22 de octubre de 2015

ARBITRARIEDAD DE LAS LEYES: DE ZAPATA A RATO

Dos acontecimientos, coincidentes en el tiempo, ponen en evidencia el uso que el sistema hace de las leyes y de todo el aparato judicial. Por un lado, Zapata, un concejal del Ayuntamiento de Madrid, fue acusado por publicar unos comentarios en una red social. Por otro, Rato, exvicepresidente de Gobierno y exdirector gerente del FMI, entre otros tantos cargos, está acusado de un montón de delitos: fraude, alzamiento de bienes, blanqueo de capitales, etc., etc. La diferencia entre las dos acusaciones es tan evidente que cualquier lego puede apreciarlo. Zapata ha pasado, en un corto periodo de tiempo, dos veces por los juzgados. El juez no vio ningún indicio y decidió archivar la causa. No conforme, la Fiscalía de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le obligó a reabrir el caso. Por segunda vez El Juez ha archivado la causa. La ausencia de delito es evidente, pero estoy seguro que seguirán en el empeño, y agotaran todos los recursos que las normas permitan.
Por el contrario, el caso Rato se dilata en el tiempo, a pesar de la gravedad de los hechos. Mientras que sus adláteres permanecen en prisión por ser cómplices, Rato está en libertad. Son estos hechos conocidos por la mayoría. Muchos desearían que se hiciera justicia, pero ellos saben que las leyes no son iguales para todos.
Al primero se le relaciona con los movimientos ciudadanos, con el pueblo llano, con los pobres. El segundo forma parte de esa minoría que detenta el poder, de ese sector que, además, ha utilizado la política para corromperse, para sentirse poderoso, para satisfacer esa pasión que nunca llegarán a alcanzar plenamente, porque la pasión-poder se encuadra en la patología de la normalidad. Todos estos individuos están psicológicamente llamados al fracaso por mucho que acumulen lícita o ilícitamente.
Hasta aquí, lo descrito es información. Ahora lo importante es analizar el asunto para descubrir los motivos por los que las cosas son así.

Permanentemente nos bombardean con aquello de que todos debemos cumplir con las leyes, normas elaboradas por aquellos que defienden los intereses de una minoría.  Ahora, como siempre, la ley es un instrumento para someter y reprimir al pueblo, limitando sus derechos, en defensa de la propiedad e intereses de los que detentan el poder real. Algunos ingenuos pensadores (Kelsen, Montesquieu, etc,) han derrochado materia gris en defensa de una estructuración de la norma, en la creencia de que ésta rige de manera objetiva los estados democráticos modernos. Nada más lejos. La ley está diseñada para proteger a los que más tienen y para hacer cumplir con sus obligaciones a esa inmensa mayoría que mantiene a los  Estados sin posibilidad de que los gastos que aquél genera sean repartidos proporcionalmente a la posesión de riqueza. Los poderosos se rodean de “buenos” asesores fiscales y juristas que, conocedores de la ley, de su ambigüedad, de sus incoherencias y de sus contradicciones, burlan la norma en beneficio de sus clientes, por cuyos servicios cobran una abultada minuta. Aunque nos quieren hacer creer que la ley es inflexible y explícita, no cabe duda de que su imprecisión es tal que, en el campo netamente jurídico, los dictámenes que emiten los jueces, que están bajo el poder de los órganos elegidos de forma poco democrática, encierran una gran carga subjetiva. Las decisiones y las sentencias pueden ser contradictorias según quien sea el que es juzgado o el que juzga. Los jueces son unos simples funcionarios instrumentalizados a los que se les permite que ejerzan su  “poder” siempre y cuando respeten las normas del juego que no es otro que la defensa de los intereses de los que más tienen. Los jueces se mueven entre la proximidad al poder real y el miedo. Saben que si se salen de las pautas que les marcan serán apartados de su labor, serán expulsados. He ahí los casos Garzón, Elpidio, Ruz, etc.
Las leyes, como decimos, son tan poco precisas, y su cumplimiento está tan focalizado en la dirección de la defensa del capital,  que encierra una enorme cantidad de fisuras por las cuales el pícaro se cuela para burlarlas. Como consecuencia, es más rentable, siempre que sea posible, incumplir la ley de forma reiterada aunque alguna vez se descubra ese incumplimiento y se tenga que rendir cuentas.   Las cárceles están repletas de personas que pertenecen al lumpen urbano o de aquellos que, de una u otra forma, contestan al sistema. Pocos elementos pertenecientes a la clase pudiente permanecen en prisión aunque sus desmanes hayan acabado en estafas o robos  de miles de millones. En ningún caso la ley les obliga a devolver lo que han usurpado. “El peso de la ley” tampoco recae sobre quienes, formando parte  de los gobiernos, roban, engañan o asesinan. Tanto en unos casos como en otros, se inician los procesos, parece que van a pagar por sus delitos, pero todo queda en trámites burocráticos y en unos pocos días de arresto: los recursos y, en último término, los indultos, el tercer grado y otras tantas tretas permiten que el tiempo juegue  su papel y que todo haya quedado resumido a una vieja fórmula: “circo para el pueblo”. La ley, en suma, es en la actualidad un instrumento coercitivo puesto en manos de las fuerzas políticas mayoritarias que, como venimos señalando, sirve a la clase dominante de la mejor forma, con el ánimo de permanecer en el gobierno el mayor tiempo posible.  En los últimos tiempos, estamos contemplando como la ley, por ejemplo, se utiliza para destruir el estado de bienestar, conquistado en otros tiempos cuando la correlación de fuerzas entre dominados y dominadores era más favorable a los primeros, restringiendo las prestaciones sociales y los derechos conquistados. La aplicación de la ley, lejos de ser una fórmula de convivencia entre iguales,  no es otra cosa que el ejercicio del poder contra el que de él carece.  En el ámbito netamente procesal el tratamiento entre unos y otros casos de delitos, o entre unos y otros delincuentes es bien diferente.  Si una persona humilde, acuciada por la necesidad vital de subsistencia, asume el papel de  “mulero”, y ésta es descubierta  en Barajas con droga, es detenida, puesta en manos de los jueces de inmediato, y encarcelada a continuación sin ningún tipo de contemplaciones. Sin embargo, los casos Rato, Báscenas, Urdangarín, Gürtel, Púnica, Palma Arena, Malaya, y tantos otros casos de corrupción en los que están implicados individuos con más o menos poder, se eternizan en el tiempo. Los implicados son tratados como “presuntos” aunque las pruebas sean evidentes, después pasan por una escala nominal que discurre desde imputados a condenados, si es que llegan a serlo en algún momento, pasando por encausados, procesados y toda una retahíla de situaciones que alarga intencionadamente el proceso, con el ánimo de liberarles en cuanto exista el mínimo resquicio legal. La instrucción y los sumarios se hacen interminables mientras los investigados, imputados o encausados campan a sus anchas, con la posibilidad de deshacer entuertos que les pudieran culpabilizar o agravar sus “presuntos” delitos.


lunes, 12 de octubre de 2015

DE LA ALTERNANCIA BIPARTIDISTA AL PACTO

Hemos dicho alguna vez que el sistema siempre se ha visto necesitado de una cobertura política que le proteja y le permita operar de la manera más tranquila posible.
La “democracia” moderna, elaborada desde arriba, y la alternancia de dos partidos, ha sido una excelente estrategia que les ha servido durante unas cuantas décadas. El cansancio y el desencanto de amplios sectores sociales han propiciado el rechazo del modelo, y cada vez más personas se encaminan a la abstención, aunque, como bien se han encargado de establecer, esta opción no tiene valor político. Sin embargo, alguna preocupación les supondrá a los que detentan el poder, cuando la oferta partidista  se diversifica, dando a entender que ahora ya no se trata de sólo dos partidos que se alternen. En artículos anteriores, señalaba que PP, PSOE y Ciudadanos defienden los mismos intereses: el de los poderosos. De esta relación excluía a  Podemos por la proclamación de sus propuestas iniciales, pero ahora ya no estoy seguro de que éstos no sean una pieza más de este juego.
Matizando lo que señalaba en artículos anteriores (“De ahora en adelante” y “Carta abierta a Podemos”), de  cara a las próximas elecciones, y descartada la unión PP-PSOE (para simplificar, por lo improbable), caben las siguientes combinaciones para formar Gobierno estables durante toda la legislatura:
-Pacto de PSOE y Podemos.
-Pacto de PSOE y Ciudadanos.
-Pacto de PP y Ciudadanos.
-Pacto de PSOE, Podemos y Ciudadanos.
La aparición de nuevas plataformas (o mareas) y los nacionalistas, junto a los otros cuatro grupos señalados, pueden dar lugar a una enorme fragmentación de los votos. Por este motivo, tanto las plataformas como los nacionalistas pueden tener alguna influencia a la hora de formar mayorías, o para apoyar propuestas puntuales del grupo gobernante. IU y UPyD, si se presentan con sus siglas, no serán determinantes en el marco de los posibles pactos que se puedan llevar a cabo.
En cualquier caso, siempre será uno de los grupos el que tenga el mayor número de votos, convirtiéndose  los otros en lo que se conoce como “bisagra” o grupos de apoyo para llegar a acuerdos. Lo más probable es que sean el PP o el PSOE los que obtengan el mayor número de escaños. Por lo tanto, serán algunos de los otros los que apoyen, a través de lo que se conoce como “pactos”, para toda la legislatura o para determinadas acciones aisladas, incluso puede ser que el PP y los socialistas se alíen en ocasiones. Pero esto no es nuevo. Ya en otros tiempos de minorías hubo pactos con los nacionalistas.
De todas formas, ocurra lo que ocurra, no dejará de tratarse de una alternancia o de la continuidad del PP con el apoyo de Ciudadanos u otros, aunque todo apunta a que, por fortuna, se rompa la “regla de los ocho años” (dos legislaturas seguidas) y el PP pase a la oposición. Esto parece lo más deseable por una amplia mayoría social, aunque, en épocas de incertidumbres como la actual, todo es posible.
Pero digámoslo con rotundidad, los pactos no suponen mejora alguna en la depauperada salud de esta democracia, ni en la correlación de fuerzas entre ricos y pobres. Sea cual sea el resultado, la estructura social no variará en absoluto, los que ganen seguirán defendiendo los mismos intereses que han venido haciendo los que han gobernado hasta ahora. Cuando las distintas opciones políticas no ofrecen modelos sociales y económicos claramente diferentes, no constituyen alternativas válidas. Cuando esas opciones, abierta o subrepticiamente, asumen el mismo sistema económico y la misma organización social,  se burlan de los ciudadanos, abusan de su ignorancia (generada intencionadamente), vacían de contenido cualquier atisbo de auténtica democracia y convierten la política en un simple mercado.

Podemos, grupo político, despertó ilusiones entre los individuos de un importante sector social, pero fue exactamente eso, una ilusión, que poco a poco se ha ido transformando en decepción, y eso si que es un sentimiento verdaderamente real. La desaparición o moderación de sus propuestas iniciales, el embrollo de sus relaciones con otros grupos y su indefinición ideológica han dado al traste con aquella frescura con la que aparecieron, y la esperanza de convertirse en alternativa se ha desvanecido. Todo ello ha diezmado el apoyo ciudadano y ha dado lugar a la crítica en el seno de sus propias bases. En conclusión, Podemos se muestra ya como un grupo más, y en las próximas elecciones, por el camino que va, obtendrá una discreta representación (entre el 10% y el 15%). La actual ley electoral no les favorecerá por lo que ese porcentaje supondrá la elección de alrededor de 20 diputadas o diputados, pero, tal vez, eso les resulte suficiente a ellos para que sus dirigentes entren en ese nefasto grupo al que ellos mismos, aunque no fueron los primeros, denominaron casta.

En consecuencia, es inevitable recurrir, como tantas veces, a la lapidaria frase de Lampedusa, según la cual se trata de cambiar algo para que todo siga igual. Alternancia bipartidista y pactos son los mismos perros con distintos collares. El cambio no es más que una nueva estrategia a través de la cual buscan nuevas fórmulas para establecer un nuevo orden social que siga dando soporte a este sistema basado en la desigualdad.


lunes, 7 de septiembre de 2015

ERRORES INTENCIONADOS EN LA EDUCACIÓN Y EN LA CULTURA

La nefasta educación reglada y la pseudocultura son dos potentes instrumentos que el sistema maneja a la perfección para enajenar y embelesar a una ciudadanía absorta que cree a aquellos que, interesadamente, establecen unas reglas del juego en beneficio de sólo unos pocos.
La educación oficial –basada, exclusivamente, en la memorización y en la obediencia- es aceptada y compartida, incluso, por los sectores sociales y los dirigentes políticos que se autodefinen como progresistas, lo que en términos vulgares se conoce como izquierda. Ni que decir tiene que el profesorado, en su inmensa mayoría, se deja llevar por los presupuestos y maneras impuestos intencionadamente. El método, si es que la actual práctica educativa merece tal calificativo, se ha consolidado, se ha generalizado, se ha encallado. Cualquier desviación, sugerencia o propuesta que lo cuestione es entendido como una temeridad, una extravagancia, carece de interés, es desatendido y, con toda normalidad, eclipsadas.
Entre tantos errores, el término explicar se emplea de forma tergiversada, alejada de su verdadero significado. En enseñanza y, en general, en el lenguaje ordinario explicar se utiliza para exponer simplemente. El profesor o profesora dice que ha explicado un tema cuando lo que realmente ha hecho ha sido contar lo que él o ella sabe sobre la cuestión. Explicar es una acción indirecta que se sucede a una duda o a un requerimiento del alumno o de cualquier persona que tiene la necesidad de conocer algo. Lo que suele ocurrir es que la exposición del docente, o de todo aquel que expone, cae en saco roto porque, posiblemente, el receptor no tenga ningún interés en el asunto, o no lo entienda.
Explicar se ha estandarizado hasta en el ámbito político. Los actuales dirigentes dicen que su pérdida de apoyo electoral se debe a que no se han explicado bien las acciones llevadas a cabo, y, para “remediarlo” colocan a otros en el lugar de los que se han explicado mal. Además, los dirigentes de otros grupos basan su acción política en lo que, por error, ellos llaman explicar. Contar a los que lo están pasando mal que padecen es absolutamente estéril.

Por otro lado, el verdadero desarrollo intelectual es desconocido para el gran público y, lo peor de todo, por el profesorado y por los demás agentes implicados en las tareas educativas. Pensar es una cualidad, una capacidad, que requiere un largo proceso de aprendizaje. Las habilidades del pensamiento son, básicamente, tres: la resolución de problemas, la creatividad y el razonamiento. El desarrollo de estas dimensiones intelectuales es totalmente ajeno a la usual práctica formativa. Por lo tanto, nos tendremos que conformar con aquello con lo que la madre naturaleza nos ha dotado, es lo que algunos científicos llaman inteligencia fluida, aunque el interés y la inquietud por la superación personal puede ayudar a incrementar, a título personal, nuestras capacidades, lo que se conoce como inteligencia cristalizada.
Otra vez, los actuales líderes políticos desconocen las más elementales reglas que permiten la adquisición de capacidades. Oigo decir a algunos que las personas deben pensar, como si eso fuera algo automático, como si fuera un ejercicio de voluntad, como si fuera activar un botón. Ignoran que pensar, como decimos, es algo que se adquiere, o debiera adquirirse, mediante largos procesos de aprendizaje.
He leído unas conversaciones entre Julio Anguita y J. C. Monedero en las que el primero le dice al otro: “en cierta medida hay que plantearle (al público) el reto de que tiene que pensar”, lo que da muestras inequívocas de su ignorancia en esta materia.

En la cuestión cultural la confusión es tan grande como en enseñanza. Los protagonistas de esa pseudocultura, los famosos, viven mirándose permanentemente el ombligo, confundiendo la cultura con el negocio. El sistema trata a la cultura como un mercado más, y no como una facultad creativa y extensiva a toda la población.
Los actores y actrices, por ejemplo, constituyen una clase privilegiada que son recompensados por el sistema a cambio de ser instrumentalizados. Como en todos los estamentos sociales, existen, en este terreno, unas élites, absolutamente insolidarias con aquellos que no tienen la suerte de ser elegidos.
También el término cultura se ha tergiversado y el pueblo, como mero espectador, asume, admira y acepta lo que hacen otros. Ciertos sectores sociales se consideran ilustrados por el mero hecho de asistir a conciertos de música clásica o a exposiciones pictóricas. La lectura de libros que infantilizan o te llevan a mundos absurdos e irreales se ha convertido en una práctica generalizada, recomendada e impulsada por los que nos controlan.
Sin embargo, el término cultura está asociado a la acción de cultivar y, más en concreto, a la de ejercitar las facultades intelectuales y manuales.  La verdadera cultura pasa por la actividad de la persona, y la cultura popular por la puesta en común de esas actividades de forma desinteresada. Pero este tipo de cultura no le interesa al sistema, prefiere una sociedad estática que se conforma con el espectáculo. La dogmática social se ha encargado de eliminar el bochorno y la vergüenza de sentirse inútiles para la música, la pintura, la interpretación, etc., así como de ser un absoluto desconocedor de la ciencia o de la tecnología, respondiendo con el elemental eslogan de: “yo soy de letras”.
Todos estos errores son intencionados, y su aplicación está fomentada por aquellos a los que les interesa una sociedad inactiva, indiferente y sin posibilidad de madurez intelectual. Pero lo peor es que el pueblo lo acepta sin cuestionarlo, lo que nos arrastra a un callejón sin salida, si no se producen cambios en el actual panorama educativo, cultural, político…

viernes, 7 de agosto de 2015

CARTA ABIERTA A PODEMOS

Con este escrito, pretendo hacer público unos cuantos comentarios que algunos de los dirigentes o fundadores de Podemos, grupo político, se han negado a oír, de viva voz, en algún posible encuentro. Debo deciros, en primer lugar, que la intervención ciudadana no debe limitarse a la votación de candidatos y responsables del grupo por Internet, a la asistencia a las “plazas” o a apoyar a las candidaturas electorales en las urnas. La aportación de ideas, del análisis calmado y de la experiencia política de los y las que aún mantienen un ideario que se opone a este sistema, es una potente forma de participación que, en gran medida, puede ayudar a los que ya han entrado en una vertiginosa carrera para enfrentarse a los de otras fuerzas políticas. Muy en concreto, les quería proponer, os quiero proponer, el debate en torno a una de mis publicaciones en las que se analiza el sistema socioeconómico del tipo de sociedades como la nuestra. Un sistema agotado respecto a la etapa de crecimiento de décadas del siglo anterior.

En artículos anteriores a las últimas elecciones, he indicado lo que podría esperarnos “de ahora en adelante”. En resumen, me refería a la unión de fuerzas políticas que defienden los intereses de los ricos, para seguir en esa defensa, mintiendo y manipulando a las masas que, contradictoriamente,  suelen apoyar a aquellos que les oprimen. En un primer intento, la propuesta anunciada  a través de los medios era la unión de PP y PSOE, llevando a cabo el cambio en los órganos de dirección de los socialistas y colocando a individuos proclives a esa unión.
De los resultados del 24 de mayo, se infiere que dos fuerzas políticas no van a ser suficientes para formar gobiernos de la nación con mayoría, por lo que Ciudadanos ya se descuelga ofreciéndose para formar una coalición postelectoral a tres bandas: PP, PSOE y ellos mismos; con lo cual, sea cual sea la combinación, se dibuja un nítido esquema en el que se aprecia la finalidad y la posible acción política de la fusión. De ese “proyecto” de unión queda fuera Podemos porque el sistema veía peligrar sus privilegios si este grupo llegara a gobernar, con los planteamientos con los que se presentó al principio. Esta es la visión del poder real y no la mía. Pienso que, de alguna manera, exageran. Como he dicho en otras ocasiones, “Los que tienen el poder tratan de mantener una amplia franja de seguridad para proteger sus intereses y su riqueza. Por lo tanto, cuando barruntan que su poder puede quebrar, no dudan en tomar medidas desorbitadas y desproporcionadas a los efectos que algunos acontecimientos pudieran producir. Situación a la que estamos asistiendo en estos días”.
Podemos se presentaba, os presentabais, como una fuerza para gobernar, no para participar, simplemente, en ese juego que tiene lugar en el Congreso de los Diputados. Las ideas y las propuestas iniciales ofrecían un panorama que bien podrían calificarse de radical o de antisistema, pero, poco a poco, se han ido suavizando hasta el punto de convertirse, ahora, en un conjunto de inconcreciones que hasta comienzan a dejar de “asustar” a los de arriba. Da la sensación de que queréis participar de la misma forma que el resto de los partidos en el marco del actual modelo político. Parece que lo que habéis hecho hasta ahora os resulta suficiente. En mi opinión, hay que continuar hasta el final, que hay que mantenerse firme, aunque la tarea se haga cada día más dura.
A Podemos le apoyan (le apoyaban), fundamentalmente, sectores sociales de lo que se conoce como clase media, con determinado nivel de formación, con una carga ideológica procedente de lo que tradicionalmente se conoce como izquierda y con deseos de trasformación radical del sistema. Ente otros motivos, ese cambio de rumbo del partido, al que nos hemos referido en el párrafo anterior, está alejando a numerosas personas que se identificaban con las propuestas iniciales. A mí me gustaba eso que decíais antes de que el miedo debiera cambiar de bando. El miedo va ligado de forma inversa al poder. Eso es lo que haría falta: que quienes ahora tienen poder se convirtieran en temerosos y que los que tienen miedo lo cambiaran por poder. ¿Habéis pensado bien si esto es posible conseguirlo por la vía de las urnas?

Por lo que parece, sin ánimo de determinarlo de forma absoluta, lo que ocurrirá con los resultados de las elecciones generales de finales de año, si el CIS no lo impide, es que los votos se repartirán, fundamentalmente, entre cuatro partidos, al margen de los que se vayan a los grupos nacionalistas. Tal como están las cosas, Podemos no obtendrá la mayoría suficiente para gobernar en solitario, es posible que tampoco con la unión con los socialistas, más el triste resultado que obtenga IU. Así que quedará limitada su función a la de la oposición, con las limitaciones que el vigente modelo impone a los que se quedan en minoría. Esta situación provocará una enorme decepción para los que tenían puestas tantas esperanzas en Podemos, lo que se convertirá en una especie de círculo vicioso que propicie una progresiva falta de respaldo electoral. Hay suficientes ejemplos, fuera y dentro de este país, de que esto ya ha sucedido: El PCE, IU, los comunistas italianos, los Verdes en Alemania, y algunos casos más.
En consecuencia, yo os propongo que seáis valientes y que elaboréis una propuesta alternativa, verdaderamente opuesta al actual sistema. Muchos la apoyaríamos. Hay que hablar, sin ambages, de la nacionalización progresiva de la economía, con todo lo que eso conlleva: comenzar por la intervención de las actuales entidades financieras, por la gestión centralizada de los sistemas de producción y distribución de la energía y de la actividad extractiva. Enseñanza y sanidad públicas y de calidad. Supresión total de la industria bélica. Total, merece la pena arriesgar ya que no vais a alcanzar las metas formuladas, porque con el actual planteamiento el fracaso está servido, como así auguran propios y extraños. Antes o después alguien tiene que luchar por una alternativa de las características señaladas, de lo contrario, si no se inicia alguna vez la trasformación, este tipo de sociedades seguirá por el camino de la sinrazón y de la incertidumbre, por lo que no es difícil inferir un futuro poco alentador.

Por último, decir que en el hipotético caso de que alguna alternativa real pudiera intervenir para el cambio es imprescindible contemplar la condición humana y el comportamiento de nuestra especie a través de la historia. Sin remontarnos demasiado a otros tiempos lejanos, todos los intentos de cambios en profundidad, con enfrentamientos al poder de distinta índole, han fracasado. El Frente Popular en el 36, El caso de Chile, incluso la Revolución Bolchevique. Pero no está demás intentarlo de nuevo, dadas las actuales condiciones. Me gustaría finalizar, no obstante,  con una cita de Trotsky que comparto plenamente: “El error de Marx y Engels, respecto a los plazos históricos, provenía, por una parte, del menosprecio  de las posibilidades ulteriores inherentes al capitalismo, y por el otro lado, de la sobreestimación de la madurez revolucionaria del proletariado”. (L. Trotsky, 1937, Prólogo al Manifiesto del Partido Comunista de 1848).


domingo, 19 de julio de 2015

CUENTO DE VERANO: DE UN INTENTO DE APORTACIÓN DESINTERESADA A LA DECEPCIÓN

Embargado por la mayor de las ingenuidades, Pablo se levantó una mañana, decidido a contactar con Juan Carlos, un moderno político, adscrito a uno de estos grupos que llaman emergentes. Juan Carlos era un absoluto desconocido hasta hace muy poco tiempo; ahora es una persona famosa que aparece en los medios de comunicación, interviene en mítines, en suma, es un político de moda. Ni corto, ni con pereza Pablo se empleó, haciendo uso de las nuevas tecnologías. Un mensaje en una de esas redes sociales sería una buena manera de abordar el asunto, pensó. ¿Qué pretendía Pablo con este contacto?: No buscaba otra cosa que aportar algunas ideas que pudieran ayudar a plantear una mejor estrategia política a los de ese partido de nuevo cuño, al que pertenece Juan Carlos. Así quedó la cosa.
Serían las siete de la tarde de ese mismo día cuando Pablo, plácidamente, tomaba una cerveza en un local acondicionado de la Gran Vía madrileña para combatir, en la medida de lo posible, los calores del estío que este año está castigando severamente a la meseta. La diosa de la casualidad hizo que, justo por allí, pasara Juan Carlos, el mismo Juan Carlos destinatario del mensaje enviado por la mañana. Dicen las reglas de la probabilística que la coincidencia de dos hechos de esta naturaleza (mensaje y encuentro), en tan corto periodo de tiempo, es prácticamente nula. Pero así fue.
Pablo no terminaba de distinguir la realidad de lo imaginario, pero por si, de verdad, se trataba de una imagen real, saltó del asiento como si éste dispusiera de un resorte impulsor. ¡Juan Carlos!, ¡Juan Carlos!, gritaba Pablo, y Juan Carlos se detuvo: era él. Pablo se presentó, improvisando un currículo personal, comprimido en unos 20 segundos. “Oye Juan Carlos, que casualidad, esta misma mañana te he enviado un mensaje en el que te pedía una entrevista”, le dijo Pablo. “¿Quién será este individuo?” debió pensar Juan Carlos, mientras miraba de reojo los mensajes que le enviaban por el teléfono móvil. Una breve conversación, un tanto atropellada por parte de Pablo, terminó con una “larga cambiada” del interceptado. “Mira, dijo Juan Carlos, estamos desbordados, no podemos atender a todas las peticiones”, es una de las frases entresacadas de ese eventual encuentro. Pablo se quedó bastante decepcionado, con un cierto sentimiento de frustración y una enorme sensación de ridículo. “¿Qué necesidad tengo yo de exponerme de esta manera?”, pensó Pablo mientras se retiraba lentamente del punto de encuentro. Pero de todo se aprende. 

De este breve relato se deprenden una moraleja y alguna que otra reflexión.

Moraleja: sobre la miseria de la condición humana. Para entablar contacto con otra persona es imprescindible encontrarse, al menos, en la misma onda, con el mismo nivel de popularidad o fama. Se desprecia cualquier propuesta de quienes no cumplan esta condición. ¡Cuánto talento se desaprovechará por esa acusada pobreza intelectual de esta especie nuestra! Imaginemos que a Juan Carlos le hubiera pedido una entrevista, por ejemplo, el lingüista Noam Chomsky. No habría puesto ninguna pega, es más, se habría sentido orgulloso.

Reflexiones:
-Hay dos formas de intervenir social y políticamente. Una: de forma solidaria con los más débiles sin esperar recompensa alguna. Otra: intervenir demagógicamente en busca de beneficio personal o de grupo.
De aquí surgen algunas preguntas:¿No será una actitud mesiánica reivindicar mejores condiciones de vida para otros que lo están pasando peor que los propios actores? ¿Cuál es el grado de eficacia de la acción desinteresada de aquellos que no sufren las mayores miserias de este sistema?
-El hecho de convertir la acción ciudadana en un partido político rompe la conexión con la ciudadanía y sus agentes se integran en el sistema, aceptando el modelo político y las formas impuestos por aquél.

Nota: Esta pequeña historia se podría presentar como un relato de ficción, pero, los hechos descritos, también pudieran haber  trascurrido tal como se narran, ajustándose, de forma rigurosa, a la realidad. El tal Juan Carlos bien podría ser Juan Carlos Monedero, y Pablo un ciudadano de bien sin otras pretensiones que ayudar a quiénes, al parecer, no lo merecen. 

martes, 23 de junio de 2015

CONTRA EL SISTEMA

Yo me declaro antisistema, no en vano el título de este Blog está en consonancia con esta actitud. Pero quién no niega, desde la razón, un sistema como éste. Un sistema irracional, inhumano, injusto y cruel. Por eso, todos mis escritos, y particularmente, todos los casi cien artículos publicados, se centran en el análisis en profundidad del sistema socioeconómico de sociedades como la nuestra. El viejo binomio izquierda-derecha se ha convertido en una herramienta del poder para clasificar erróneamente, de forma demasiado esquemática, a una ciudadanía, hoy, más desorientada que nunca. Desde la coherencia, debería adoptarse la dualidad prosistema-antisistema, más ajustado al momento y a la situación.  
El poder y, en particular, los medios se han encargado de envenenar a la sociedad y crear un diccionario maldito con términos tales como revolución, subversión, comunismo, clase dominante, explotación, enajenación y otras muchas entre las que se encuentra antisistema.

No obstante, para tratar esta forma de vida, marcada por una creciente desigualdad, es inevitable acercarse a la práctica política y a la actual coyuntura, pero siempre como un material necesario para alcanzar el objetivo principal, que no es otro que abordar el sistema en su totalidad.
Mis manifestaciones siempre se han movido en el terreno de la reflexión, del análisis, del  razonamiento, desechando la mera opinión, la conjetura, el disentimiento improvisado o el vano comentario. Por lo general, esas manifestaciones han ido tomando cuerpo y se han ido consolidando con el paso del tiempo. Un pronóstico solo cabe hacerlo cuando se sustenta sobre un sólido estudio de la realidad, acompañado de la observación de los hechos que apuntan de manera inexorable al final que del análisis se infiere. Es hora de afinar y matizar algunas ideas aunque sin el ánimo de llegar al final porque si así fuera se acabaría el mundo del pensamiento.

Sistema y clase dominante
En una acepción admitida por la mayoría, y casi enciclopédica, el sistema socioeconómico, o simplemente sistema, es una forma de organización social para el desarrollo de la actividad económica. Está constituido por  una totalidad de estructuras o subsistemas, con una dinámica propia, ligadas entre sí por ciertas vinculaciones técnicas o institucionales. Cada una de las estructuras o subsistemas específicos sólo tienen sentido cuando forman parte de un todo coherente, en este caso: el sistema socioeconómico. En el caso particular que estamos analizando, el sistema está gobernado y controlado, mediante organismos creados ad hoc,  por una clase dominante en detrimento de otras clases dominadas o abandonadas a su suerte.
El sistema ha creado instituciones que le blindan como son: la OCDE, el Banco Mundial, el FMI y, en Europa, el BCE y la nefasta “Troika”, lo que aleja a este continente de un entorno social, en una Europa de todos, tal como pretendíamos algunos ingenuos hace algunas décadas.
Los detentores del poder son cambiantes a lo largo de las historia y, particularmente, en estas últimas décadas. Por lo tanto, sería más adecuado interpretar el significado de clase dominante, o poder real, como un grupo social desdibujado, sin límites precisos, en el que se encuentran quienes poseen abundantes riquezas, provengan de donde provengan, embargados por un sentimiento de codicia y poder que les hace creerse seres superiores al resto de los mortales, amparados en la patología de la normalidad. Un grupo en el que, en lo concreto, están los que están y al que muchos más quisieran incorporarse aunque no lo intenten o fracasen en el intento. Pero también podríamos definir clase dominante como una abstracción a la que tienden quienes están embargados por un conjunto de contravalores que les hace menos racionales y menos humanos. Si fuéramos capaces de abstraernos aún más, podríamos concluir en que lo en realidad domina a esta especie nuestra es ese conjunto de contravalores: codicia, ambición, deseo de dominio, etc.
Es, ahora, en lo concreto, un conjunto de clases privilegiadas. No es un bloque cerrado. A ella se incorporan nuevos grupos, nuevos individuos desclasados que se identifican con los que ya están aposentados. La clase dominante determina la práctica política. La parte light (políticos, periodistas famosos, deportistas, etc.) también influye en esa práctica.
Y la pregunta es: ¿cómo es posible que se mantenga en el tiempo un sistema tan injusto como éste, del que se benefician exclusivamente una minoría?
  
La vida y la “magia”
En cierta ocasión oí decir a un ilustre pensador metido a político, de los que ya no quedan, algo así como que las fuerzas del mal tienen más éxito que las fuerzas del bien. Quise interpretar de sus palabras que cuando se dice o se hace algo que pueda suponer progreso para el género humano es necesario esforzarse y empeñarse más que cuando se actúa en contra de la razón. Que la defensa de la verdad es muy  costosa, mientras que mentir es gratuito. Que hay algo de carácter atávico en lo más profundo de la especie humana que le predispone a la aceptación incondicional de la maldad, a la vez que una reticencia para asumir anuncios o hechos encaminados a la superación de las miserias que nos invaden.
Alejados de todo tipo de creencias religiosas, pensamos que es posible que todo ello responda a una especie de embrujo mágico marcado por un pesimismo histórico, consecuencia de una trayectoria errática y desgraciada para las mayorías que pueblan, y han poblado, el planeta.
De lo que no cabe duda es de que los rasgos dominantes de la especie vienen marcados por unos contravalores que dan lugar a una casta o clase dominante que marca una pauta o forma de vida que, en lugar de ser cuestionada y combatida por la mayoría, es aceptada, valorada e, incluso, envidiada.

La materialización de la desdicha
Este triunfo de la maldad, del engaño y de la manipulación sobre la razón y el progreso queda plasmado estos días en el acoso a los nuevos alcaldes elegidos que rompen con la habitual práctica política. En tan sólo cinco días de gobierno los medios de comunicación, como herramienta útil del poder real, les están acribillando, con el fin de que no levanten cabeza. En el ámbito internacional, Grecia se ha convertido en la cobaya para demostrar al mundo que no caben otras alternativas, que, de una u otra forma, hay que “pasar por el aro”. Después del desgaste de los que defienden a los más débiles, vendrán los salva-patrias que serán aplaudidos por aquellos a los que volverán a masacrar.  
A lo que estamos asistiendo ahora en este país es un intento más, como tantos otros, de regenerar la sociedad civil y dar un cierto protagonismo a los más débiles, a los más necesitados. El triunfo del Frente Popular en el año 1936 es un antecedente próximo. La lucha y el movimiento obrero de los años 70, estuvieron a punto de convertirse en un proceso de confrontación política generalizado frente a la Dictadura.
El sistema es resistente a todos los intentos de cambio en la correlación de fuerzas. La condición humana avala la permanencia de este tipo de vida basado en la desigualdad. La ausencia de valores sintoniza con el sistema, lo que le ayuda a mantenerse en el tiempo durante tantos años.


martes, 5 de mayo de 2015

DE AHORA EN ADELANTE

“El sistema siempre se ha visto necesitado de una cobertura política que, de una u otra manera,  le proteja y le permita operar de la forma más tranquila posible. Cuando ha sido necesario utilizar modelos represivos, no ha tenido inconveniente en llevar esas prácticas hasta sus últimas consecuencias. Las democracias modernas ofrecen una aparente paz social, haciéndonos creer que éste es el menos malo de los modelos de convivencia. El término “democracia” se ha convertido ahora en el parapeto político de un sistema injusto tras el cual toda actuación se legitima por el mero hecho de estar encuadrado en lo que no es otra cosa que una mera  fachada para mantener la mansedumbre de las masas y  para contener cualquier intento de rebeldía”. (*)
Pero la dinámica propia del sistema hace que el modelo, que le ha servido durante unas cuantas décadas, caduque. La alternancia de dos partidos que aparentemente se enfrentan ha tocado techo. La práctica política se ha corrompido, evolucionando sus agentes, desde el 78, de esta forma: Representantes (casi), clase política, casta, mafia. En consecuencia, es necesario un lavado de cara, buscando nuevas fórmulas que permitan seguir defendiendo los intereses de los poderosos.
En ese tiempo de quiebra, surge, en nuestro país, un movimiento que denuncia la vieja política, ofreciendo una alternativa que conecta con el descontento popular, harta gran parte de la ciudadanía de una práctica política desgastada y corrupta.
“Los que tienen el poder tratan de mantener una amplia franja de seguridad para proteger sus intereses y su riqueza. Por lo tanto, cuando barruntan que su poder puede quebrar, no dudan en tomar medidas desorbitadas y desproporcionadas a los efectos que algunos acontecimientos pudieran producir. Situación a la que estamos asistiendo en estos días”. (**)
La primera intentona para eliminar cualquier injerencia, consistió en aunar los dos grandes partidos que se han alternado en política desde 1982 hasta ahora, es decir, unir PP y PSOE para formar Gobiernos títere que siguieran haciendo la misma labor que en tiempos de alternancia. Para ello el IBEX35 apoyó al actual Secretario General de los socialistas, dejando en la estacada a E. Madina, pero ¿quién se acuerda ya de eso? A propagandistas del sistema, como el farsante Felipe González, les encargaron que anunciaran esa “buena nueva” en cadenas de radio y TV. Pero, de momento, el “proyecto” no ha cuajado, aunque a medio o largo plazo la idea no es desdeñable. En España, de forma distinta a lo que ocurre en otros países, las diferencias nominales entre PP y PSOE son relevantes, identificándose el primero con la derecha y el otro con la izquierda. Si en algún momentos se llegara a un acuerdo de esas características, los socialistas, ya de por sí a la deriva, serían engullidos por la derecha, pero allá ellos. Además pactar hoy día con el PP es tremendamente arriesgado por ser una organización creada, única y exclusivamente, para el aprovechamiento de sus dirigentes, encontrándose ahora inmerso hasta las cejas en esa basura de la impudicia y de la corrupción.
La extraordinaria remontada de PODEMOS, y fracasada, por ahora, la intentona unificadora de esa falsa división de izquierda y derecha, el poder real tiene que poner en marcha otras estrategias que contrarresten la posibilidad de que alguna alternativa pueda alterar el status quo que protege sus intereses. De esta manera, los que detentan el poder comienzan a actuar en una doble dirección. Por un lado, se inicia un ataque salvaje a PODEMOS, desprestigiando y acosando a sus dirigentes. Por otro, se potencia a un grupo político como Ciudadanos que, como hemos visto, ha crecido en las elecciones andaluzas, y sigue creciendo en intención de voto, a una velocidad mayor que lo hizo PODEMOS después de las europeas. El crecimiento de Ciudadanos, en intención de voto, se corresponde con una significativa pérdida de PODEMOS.
La jugada está casi resuelta. A Ciudadanos le han camuflado bajo una falsa apariencia de partido descafeinado aunque, en realidad, cabe ubicarle, según terminología clásica, en la extrema derecha, dispuesto a seguir defendiendo los mismos intereses que los otros grupos que se han alternado hasta la fecha, es decir, los del gran capital.
¿Cuáles son los mecanismos que emplea el poder real para manipular y determinar la práctica política? Se nos antoja que, al margen de todo lo que se mueva en las cloacas, son los medios de comunicación y las subvenciones de los bancos y entidades financieras las herramientas que permiten aupar a un grupo político sin apenas significación política en el ámbito estatal. Por otra parte, los que mandan conocen muy bien el estado intelectual y emocional de amplios sectores de esta sociedad nuestra, manipulables sin límites.
En definitiva, todo apunta a que las cosas importantes sigan como hasta ahora con pactos políticos de grupos que no van a cuestionar el sistema. El pacto de PP y Ciudadanos, a partir de las próximas elecciones generales, permitirá gobiernos reaccionarios,  relegando a los demás grupos a la oposición. Además, tal vez también veamos pronto, en el marco autonómico y municipal, arreglos entre PP y PSOE.
Si por alguna causa, ajena a la lógica del poder, PODEMOS, alguna vez, pudiera influir en las tareas de gobierno, habría que ver hasta qué punto el actual panorama cambiaría en beneficio de los más débiles. Es esta una duda que sostenemos los sectores que estamos dispuestos a votarles en aras de apoyar a una verdadera ­­­alternativa que rompa con las actuales relaciones de poder, y no a un juego de alternancia política, o pactos de aliño, cuyos partidos permanezcan sometidos a los poderes económicos a cambio de pertenecer a una clase privilegiada, con la anuencia de los ricos para robar y corromperse.


lunes, 16 de marzo de 2015

AFORISMOS (II) Una foto fija de la situación actual

El día 8 de septiembre de 2011, escribí un artículo utilizando este tipo de recurso gramatical (*). Ahora leo y releo lo que dije, y poco ha cambiado la cosa desde entonces. La foto fija de la actual situación bien podría ser, en lo fundamental, la de aquel otro día de hace tres años y medio. No obstante, intentaremos complementar o matizar algunos asuntos que nos permitan ver con mayor claridad todo lo que tenemos que soportar día tras día. Por lo tanto es una foto fija heredada, o exportable a un futuro, al menos, cercano, con algunas variantes que se nos ofrecen a modo de espejismo, como si todo fuera a dar la vuelta, aunque, en realidad, lo que puede suceder es que, recurriendo una vez más a Lampedusa, algo cambie para que todo siga igual.

1.      En nuestro país y, en general, en el mundo, los Estados ya no tienen el control de su propia actividad. El poder de los grandes capitales, y de los gestores de los mercados, pueden cambiar el rumbo de cualquier país o nación. La inestabilidad está servida.

2.      Antes, la clase dominante se resumía en los propietarios de los medios de producción. Ahora el poder económico se encuentra diluido, habiendo desplazado la economía financiero-especulativa a la economía real-productiva.

3.      El cambio tecnológico en la actividad productiva, junto a las nuevas formas de enriquecimiento (mercados financieros), han influido de forma determinante en la necesidad de fuerza de trabajo.  Estos dos factores han expulsado del mundo laboral a un gran número de personas que no encuentran, ni encontrarán, un nuevo empleo, convirtiéndose en parados de larga duración. Por las mismas razones, muchos jóvenes jamás podrán incorporarse a la actividad laboral.

4.      Nos tendremos que acostumbrar a convivir en una sociedad con unas gentes ocupadas y otras desocupadas. Los Estados tendrán que establecer fórmulas estables para cubrir las necesidades vitales mínimas de amplios sectores.

5.      Poco a poco hemos ido caminando hasta encontrarnos ahora en unas sociedades en las que la desigualdad se ha institucionalizado y las clases populares se resignan a vivir con unos ingresos mínimos de subsistencia, haciéndose realidad uno de los principales enunciados del Manifiesto Comunista de Marx y Engels.

6.      La ambición de los poderosos, llevando a la población a tal extremo, choca frontalmente con una concepción democrática de la sociedad. 

7.      Una cosa es el cambio de modelo político y otra muy distinta la revolución. En el primer caso, el poder real adoptará nuevas formas políticas para seguir manteniendo el dominio de unos cuantos sobre las mayorías. La revolución es la trasformación radical del sistema socioeconómico.

8.      ¿Tiene nuestra especie la madurez intelectual necesaria para vivir en sociedades sin clases? Todos los intentos para conseguir una sociedad en la que impere la justicia y la igualdad han fracasado, incluida la Revolución Bolchevique.


9.      La alternancia bipartidista implica el gobierno alternativo de dos partidos que defienden los mismos intereses. Otra cosa diferente es un grupo que ofrezca una alternativa de progreso.

10.  Podemos (nuevo grupo político) es un fenómeno social que, al margen de sus dirigentes, rompe con una práctica política enquistada y corrupta, pero ¿su acceso al poder político, si lo consigue, supone una verdadera alternativa transformadora?

11.  Tal vez su aparición (la de Podemos) en la escena política dé luz a la diferencia entre la codicia y la generosidad, los intereses personales y los colectivos, los honestos y los deshonestos, la inteligencia y la ignorancia. En suma, que se distinga a las personas buenas de las malas.

12.  El fracaso de Podemos puede ser la escusa para que después vuelvan los “salvadores de la patria”.

13.  La delincuencia política se convierte en noticia y pasa a la categoría de normal. La noticia pone fin al atropello. El delito no les supone ningún coste político a los gobernantes.

14.  Ciertos programas de TV de algunas cadenas (cuatro, sexta, en España) cumplen su función: son la válvula de escape de ciertos sectores sociales.

­­