martes, 23 de mayo de 2017

EXTRAÑA CIRCUNSTANCIA

Hace un par de meses, quizás algo más, las visitas a este Blog se multiplicaron por 10 o por 15, sin que sea capaz de saber cuáles fueron las razones. De pronto, y a raíz de la publicación de un Post con enunciado "Razones para una moción de censura" se bloqueó el Blog y era imposible acceder desde cualquier dispositivo. Ahora yo, al menos, puedo entrar, pero desde entonces las entradas se han reducido en la misma medida en la que antes se incrementaron. Misterios de la telemática, de la cibernética, de las redes, de vaya usted a saber...
A uno le pasa por la cabeza mandarlo todo a la mierda. ¿Qué necesidad tengo yo de complicarme la vida con este tipo de tinglados?

sábado, 20 de mayo de 2017

RAZONES PARA UNA MOCIÓN DE CENSURA

El grupo parlamentario de Unidos Podemos ha  presentado formalmente en el Congreso, a través de su Presidencia, una moción de censura al actual Gobierno de la Nación. A raíz de esta iniciativa se ha abierto la caja de los truenos: partidos políticos y medios de comunicación se han puesto en marcha para atacar de la manera más despiadada al grupo proponente. Sin análisis, sin reflexión, sin razones, sin razón se han apresurado para negar su apoyo, lanzándose a tumba abierta para desplegar sus armas más miserables, tal vez no tengan otras, para desacreditar a Podemos. Van a por ellos, para variar. Aparecen los clásicos fantasmas. Aparece Venezuela, aparece Monedero y hacienda, aparece Echenique y la Seguridad Social, aparece Errejón y la Universidad de Málaga. Agentes de la más rancia política, la del PP, llegan a decir que ésta es la moción de Maduro (el de Venezuela). Algunos lúcidos periodistas intentan desacreditar a su líder llamándole Pablo Manuel, como si esto fuera un insulto. Pobres críticas, pero es que no dan para más. Esta es la “España camisa blanca de mi esperanza”, con el permiso de Blas de Otero y Víctor Manuel. “Esa España inferior que ora y bosteza”, como dijo Machado.
Una moción de censura ahora es la acción política más brillante, más adecuada y más acorde con los sentimientos de los sectores sociales más activos e intelectualmente más avanzados. A casi nadie se le escapa que hay sobradas razones. Diría que no hacerlo sería, como hacen los demás, esconderse tras las bancadas del Congreso y seguir comiendo la sopa boba, aunque en un comedor de cinco tenedores. ¿Es que no es esto lo que están haciendo la mayoría de sus señorías? Mantener el apoyo a este Gobierno es el acto más impúdico, más inmoral y más irracional que se puede llevar a cabo en estos momentos.
El caso es que todo aquel político que es consultado (que no sea del PP) y esos periodistas de “izquierdas” que participan en esas tediosas tertulias, con voces más tenues que las de los exaltados servidores del PP,  todos ellos están de acuerdo con que hay que echar a estos que mal gobiernan. Todos están de acuerdo con que la corrupción se ha adueñado de la política.  Comparten que  nos encontramos en un lodazal que es necesario baldear. Pero claro, es que es Podemos el de la iniciativa, con lo cual, recurriendo a la ya endémica práctica de “todos contra Podemos” se han potenciado los ataques, aunque con la pobreza intelectual que caracteriza a unos y a otros: a los instrumentalizados tertulianos y a los políticos de aluvión, convertidos ambos grupos en barrera de seguridad de la oligarquía. La propuesta, y su puesta en práctica, les han pillado con el culo al aire. Esta audaz acción política deja una nítida línea entre la oposición y el resto. De esta manera, ante la negativa para apoyar la moción, Podemos aparece como única oposición. Ciudadanos en su papel: acólitos del PP, para eso ha sido fundado. El PSOE, con sus problemas, alineado con el PP, dejando claro, si es que había alguna duda, que sus políticas siempre han ido en la misma dirección: en defensa de los ricos, manejando y engañando a buena parte de los ciudadanos. La representación nacionalista  en el Congreso a lo suyo: chupando de la teta de los Presupuestos Generales del Estado. Un mercadeo, un trueque descarado: cambio de votos por millones de euros.
La sociedad, se manifieste o permanezca indiferente, necesita la depuración de una situación política como la que sufrimos. El desconcierto, la vergüenza de sentirte español frente al resto del mundo se han apoderado de amplios sectores. La marca España por los suelos. Ahora son las fuerzas del cambio las que reivindicamos el patriotismo.  ¿Quién nos lo iba a decir?

La moción de censura no saldrá adelante, ya lo sabemos, pero veremos cuáles son las posiciones de cada una de las formaciones políticas, aunque, como decimos, ya se han pronunciado sin la más elemental reflexión. ¿Cómo será su intervención en la tribuna? La verdad es que despierta mi curiosidad, porque tendrán que hacer “encaje de bolillos” para negarse al cambio y, a su vez, hacer la crítica al gobierno del PP. Aunque, hay que decir que en este país se ha perdido la decencia en política. Hechos como comprar votos para aprobar los presupuestos de manera tan descarada nos van insensibilizando. Por el lado negativo, si esta moción no remueve un poco lo cimientos de la sociedad estamos condenados a consolidarnos como tierra sin ley, al más puro estilo mafioso. Sicilia se quedaría pequeña ya lo es en superficie, pero también lo sería en actividad delictiva.
En un sentido positivo, yo espero y deseo que algo cambie en el ámbito político y en el social, es decir, que los ciudadanos reaccionen y distingan de una vez a los que están a su favor y a los que están en su contra. Aunque, tal vez, un servidor esté invadido por un exceso de ingenuidad, en la que todos y todas, alguna vez, caemos.


miércoles, 17 de mayo de 2017

LA DERIVA DE LOS PARTIDOS DE TENDENCIA SOCIALDEMÓCRATA EN EUROPA

Es complicado desligar la trayectoria de un solo partido en el maremagno político en el que nos encontramos en el amplio ámbito europeo. Es complicado mantener la frialdad en una situación como la que tenemos en nuestro país, en la que uno se encuentra viviendo indignado y desmoralizado. Un espacio, este nuestro, donde el conjunto de los que detentan los diferentes poderes se asemeja más  a una red mafiosa que a lo que deberían ser las instituciones de un Estado moderno y democrático. Un lodazal en el que se combinan la corrupción de unos y la ignorancia de otros, impidiéndose, así, que esta especie nuestra se desarrolle en aras de la razón y la ética.

Estado general: los socialistas en el panorama político europeo
Haciéndonos creer que se trataba de posiciones antagónicas, se nos presentaban, con carácter casi universal, dos opciones que se autoubicaban: una en la derecha (con reparos) y la otra en la izquierda (también con reparos). La derecha se identifica con lo que se ha convenido en llamar eufemísticamente: neoliberalismo; la izquierda electoral del pasado ha presumido de ser socialdemócrata. Sin embargo, neoliberalismo y socialdemocracia son, en la actualidad, las dos caras de la misma moneda. Y como tal se han comportado. Lo demuestran los actos de ambas formaciones en la defensa de los mismos intereses: los de los ricos, habiendo hecho los socialistas, de vez en cuando, alguna concesión a las clases populares, aprobando leyes insustanciales que no atajaron nunca los verdaderos problemas de los de abajo. Pero cuando ha sido necesario hacer recortes en las condiciones de vida y en los derechos de los ciudadanos, no les ha temblado el pulso. Véase el caso de la modificación del artículo 135 de la Constitución española. Es una burda manera de engañar a una población que en estos momentos soporta todo lo que se le presenta a través de los medios de comunicación como tótem sagrado de la modernidad.

No cabe duda de que los “socialistas” hayan sido parte y culpa de la situación en la que nos encontramos, una situación caracterizada por una economía agónica, una política viciada, y una sociedad congelada. En una entrevista  reciente a J. Anguita, declaraba éste que sin una reacción del pueblo esto no tiene posibilidades de cambio. “Sin que la ciudadanía se movilice, este país no tiene solución alguna”.  “U os mojáis, o esto no tiene remedio, pensad en vuestros hijos y en vuestros nietos”. De otra manera, “Lloraremos como Boabdil”.  Comparto, como no podría ser de otra manera, el diagnóstico  y los deseos de Julio, pero discrepo en las propuestas. Las movilizaciones al uso parece que restan poco poder a los de arriba. Las movilizaciones de los ciudadanos que ahora se llevan a cabo no les dan miedo. Las acciones políticas tales como las sesiones de control al Gobierno y las comisiones parlamentarias son absolutamente ineficaces, lo que pone al descubierto la debilidad de este tipo de democracias. Las denuncias en los medios de comunicación tampoco resuelven nada, por el contrario suelen poner el cierre a los asuntos más y menos graves. Por desgracia, las soluciones no son fáciles, teniendo en cuenta el extremo al que hemos llegado. Sólo señalar que los escasos cambios que podemos encontrar rastreando la historia han tenido lugar cuando los movimientos se han fraguado en la clandestinidad para, después, llevar a cabo una auténtica revolución, unas con más éxito que otras.
Las movilizaciones, las protestas, las sesiones de control, etc.,  son una concesión de la oligarquía, protegida por un poder político alejado de la ciudadanía, aunque los ciudadanos voten a determinados partidos, porque son víctimas del engaño y de la demagogia de unos y de su propia ignorancia. A veces se vota, incluso, a grupos que defenestran a los que les han votado, a veces nos hacemos (se hacen) cómplices de la corrupción.  Uno de estos grupos a quienes votan de forma irracional en nuestro país es al PSOE. A pesar de esa situación de decrepitud, a pesar de su apoyo al Gobierno del PP, las encuestas, a lo que luego volveremos, les siguen concediendo un desproporcionado apoyo.

La evolución de los socialistas en Europa
Volviendo a la citada entrevista a  Julio Anguita el entrevistador le preguntaba algo así: ¿por qué está dividida la izquierda? Dando a entender que el PSOE formaba parte de esa posición política, a lo que Anguita respondió: ¿quién ha dicho que el PSOE es izquierda? Más o menos. En otros países, la reacción del electorado ya es evidente. En Grecia el PASOK quedó relegado a la última posición en las elecciones de enero de 2015 con un 4,7% de votos. En estos días es el PS francés el que ha ocupado el cuarto lugar en las primarias con un 6,36%. Tengamos en cuenta que los socialistas han gobernado durante mucho tiempo en estos países, siendo entonces el grupo más votado.  Sin embargo, España es un país singular. Con un PSOE dividido, sin ideología, sin propuestas, sin liderazgo, con golpes de mano cuarteleros, sigue apareciendo en las recientes encuestas oficiales (del CIS) en segundo lugar con un 20% de apoyo. Es tan inconcebible que sospecho que los datos están manipulados. Yo no me los creo. Esa es mi válvula de escape, así evito apelar al suicidio.

En otros países, tal como hemos mostrado, el declive de los partidos socialistas o, en general, de la Socialdemocracia, como a algunos les gusta autodefinirse, es un hecho. Y no sólo en Grecia y Francia, también en Reino Unido, Italia, Suecia, Polonia, etc. Ya son, al menos, 15 países en los cuales los socialistas han pasado a ser una fuerza irrelevante.

Ante tal situación nos hemos de preguntar: ¿a qué es debido ese declive en gran número de países de la UE? ¿A qué se debe la peculiaridad patria?

Rastreando bibliografía para documentarme, sorprendentemente, he encontrado multitud de artículos coincidentes en el título: “El declive de la Socialdemocracia” y otros enunciados semejantes. Coincido con el enunciado, pero no con los argumentos que esgrimen algunos para justificar ese declive. Es fundamentalmente por esta razón por la que me atrevo a aportar mi visión, basada fundamentalmente en la observación de la evolución de estos grupos y en el análisis de su verdadera naturaleza.
Ya le he dedicado algunos escritos, pero, como en otros casos, el asunto parece inagotable. De entre todas las referencias destacan don artículos: “El PSOE y sus problemas”, en diciembre de 2014 y “Tras la muerte del PSOE” de diciembre de 2016.

En los países políticamente más avanzados los ciudadanos han tardado, pero han comprobado que los partidos socialistas ya no actúan como alternativa a las políticas neoliberales, ya que, como he señalado, ambas organizaciones defienden los mismos intereses. La vieja estrategia de la alternancia ha tocado fondo.
La socialdemocracia jugó un papel importante en defensa de la clase trabajadora durante el siglo XIX, cuando ofrecía la mejora de las condiciones de trabajo por la vía pacífica y reformista, en una situación de penuria de las clases populares. Estrategia política legítima y rival de otras que se ofrecían más activas en su época. Pero, poco a poco, ha ido perdiendo sus verdaderas señas de identidad hasta que, transcurridos unos cien años, su ideario se ha ido desdibujando para convertirse en una propuesta netamente electoralista, aprovechándose de la historia y mintiendo a las masas que se han dejado engatusar. Volvemos a recordar a H. Ibsen en “El enemigo del pueblo” cuando nos anuncia que el pueblo se equivoca y tarda más de 30 años en darse cuenta del error. En Europa ya ha llegado ese momento en el que la ciudadanía ha detectado que este tipo de democracia es una estrategia del poder y los partidos mal llamados socialistas son, o han sido, un puntal fundamental de ese montaje.

El PSOE como caso peculiar
El PSOE inició sus andanzas, tras la Dictadura, capitalizando la lucha y el desgaste que el Partido Comunista llevó a cabo durante tantos años. El atraso socioeconómico y político de nuestro país, el miedo y las ansias de cambio proporcionaron un inmerecido triunfo electoral a los socialistas en 1982. La demagogia, el engaño, la ingenuidad y la ignorancia les han permitido gobernar más años de los merecidos. La falta de cultura política, consecuencia del ajetreado siglo XIX y las dictaduras del XX, han hecho del electorado patrio un bloque refractario, por lo que, aún, los dos partidos antiguos (PP y PSOE) siguen contando con un apoyo mayoritario a pesar de la corrupción de unos y la descomposición de otros.
Sin embargo, el futuro de los socialistas aquí, en este país nuestro, recordando al tonadillero Antonio Molina, es muy oscuro. Lo siento por sus fieles militantes de base y por sus devotos seguidores. Sus dirigentes, en un deseo de mantener su situación de privilegio, como si se tratara de un niño que no quiere que le quiten el juguete para ir a dormir, se mueven en un espacio onírico del que no quieren despertar. Pero la sensatez anuncia que, a pesar de esta inercia del cuerpo electoral, jamás conseguirán ser el grupo más votado en las elecciones generales. Tienen un verdadero problema. Ya no pueden presumir de ser la izquierda. Su futuro real, su subsistencia, alejado de los delirios y del autoengaño, pasa por convertirse en el asistente del Partido Popular.