jueves, 3 de marzo de 2022

CASADO, UNA MALA INTERPRETACIÓN Y UN MAL COMPORTAMIENTO DE LA OPOSICIÓN (Y SUS CONSECUENCIAS)

 

No tenía ni idea de lo que ocurriría a estas alturas cuando el 22 de diciembre del año pasado pensé escribir unas líneas acerca del papel de la oposición del PP al Gobierno de coalición, encabezada hasta hace unos días por Pablo Casado. No pretendía ser una crítica personal, sino analizar el papel del PP cuando no gobierna. En aquel momento no me imaginaba cómo se desencadenarían los acontecimientos ocurridos en tan breve tiempo, ni las causas por las que se han producido. Aunque, en lo que se conoce como derecha (en este país), se llevan a cabo estas prácticas de falsedad, y antidemocráticas, tanto externas como internas. "Hoy te aplaudo y mañana te crucifico".

Por otra parte, este grupo político siempre ha estado falto de personas con carisma para dirigir y, sobre todo, para llevar a cabo políticas constructivas, aunque se esté en la oposición. Casado y su equipo han entendido que ser oposición es destruir al Gobierno para ocupar ellos su lugar. Ya lo dijo anteriormente uno de los suyos. "Que caiga España que ya la levantaremos nosotros". El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, admitió por fin que dijo esta frase en mayo de 2010, cuando gobernaba el PSOE con J.L. Zapatero como Jefe de Gobierno.

El adecuado y democrático papel de la oposición sería el de apoyar al Gobierno en tareas que beneficien a la sociedad y, en la misma línea, presentar alternativas que mejoren las políticas de los que gobiernan. De esta manera, una ciudadanía madura les elegiría a ellos, pero estamos a años luz de que la política funcione de esta manera.

Casado, de cuyo perfil y de su auge y caída nos ocuparemos a continuación, quiso suplir su falta de liderazgo y su inmadurez intelectual y política con la mentira y el ataque infundado al actual Gobierno, llevando a cabo actuaciones que sus compañeros e, incluso, sus propios votantes no compartían. Muestra de ello es la perdida de apoyo electoral en las últimas encuestas, y el castigo recibido por sus propios compañeros.

 

Casado arranca con un perfil personal y académico muy débil. Es acusado de obtener títulos y certificados de forma poco ortodoxa. Estudió en una institución que goza de prestigio en Madrid (ICAI-ICADE), pero fracasó y tuvo que abandonar. Luego acudió a un centro donde obtuvo un título de una manera poco académica. Después, junto a otros elementos de su partido, es acusado de obtener un Máster sin asistir a clase y sin elaborar la documentación requerida. Está inmerso en la corrupción de los Máster de la Universidad de Móstoles. Hasta es motivo de mofa con los cursos que llevó a cabo en Aravaca, presumiendo de que eran de Harvard, por lo que se rieron de él diciendo que había estudiado en “Harvaravaca”. En fin, un perfil de mierda en un sistema educativo donde es relativamente sencillo graduarse de forma correcta.

 

La elección de Casado para presidir el partido es poco trasparente. Formó parte de una terna de la que Soraya Sáenz parecía la candidata más adecuada para esa función. Fue la más votada y tenía experiencia de gobierno. Pero la tercera en discordia, Cospedal, tal vez por rencillas internas, unió sus apoyos a los de Casado, y se convirtió en el más votado. Un chanchullo más a la que nos tienen acostumbrados.

Un perfil y un liderazgo débiles desembocan en la situación en la que se encuentran ahora. De una manera fulminante y extraña eliminan a Casado y a su persona de confianza. Digo extraña porque todo arranca cuando se investiga internamente la presunta corrupción de la lideresa de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, quien es expulsado es el Presidente Nacional. Extraña paradoja ¿? Otro chanchullo más. A esta señora se le tacha de ambiciosa y rival de Casado. ¿Es esa rivalidad la que ha generado este guirigay o es una táctica del “más allá” en la que ambos han sido utilizados? Tal vez eso nunca lo sepamos. Desde luego, lo que está claro es que Casado ha sido defenestrado, a la Presidenta de Madrid se le han apagado las aspiraciones de ir más allá y se elegirá a un señor gallego que no se sabe si va o si viene. Siempre se ha negado a ser candidato a la Presidencia y ahora parece tan decidido. Tal vez todo esto que está ocurriendo provenga de ese "más allá”.

Todo esto no es otra cosa que una argucia para recuperar votos. Teniendo en cuenta el personal con el que contamos no me extrañaría que el mero hecho de poner a un señor adusto de Galicia se recupere la pérdida de los últimos años.