Previo a la carta
Comencé a escribir en este terreno del
análisis y del pensamiento crítico con un libro que titulé “En los
límites de la irracional” sin saber muy bien, al principio, por qué le di
este nombre. Con el subtitulo, “Análisis del
actual sistema socioeconómico”, aclaraba algo más cuál sería su contenido.
Después continué con otros textos largos, y, previamente, llevé a cabo un
trabajo que dio pie al mencionado antes. Una tesis de carácter didáctico,
proponiendo nuevas formas de aprendizaje, todo ello integrado en el modelo
socioeconómico vigente.
Luego vino otra larga etapa en la que he
escrito textos cortos, a modo de artículos o post publicados en diferentes diarios digitales y en mi propio
Blog. También en este caso hay un previo que comenzó a comienzos de este siglo
con artículos enviados, puntualmente, a periódicos de amplia difusión. Unos
fueron publicados y otros no.
En todos estos escritos cortos, que
comenzaron a publicarse hacia el año 2011, he expresado el texto de diferentes
formas: relatos o cuentos, silogismos, aforismos y, mayoritariamente, de forma
descriptiva a modo de breves ensayos, aunque siempre en aplicación de un método
para el análisis, rehuyendo de la mera opinión, la conjetura o el “yo creo”.
Pero nunca he publicado alguna de las múltiples cartas que he cruzado con
amigas y amigos. Por lo tanto, he decidido en este penúltimo escrito de esta
tanda, en el 199, hacerlo ahora porque aquí expreso mi actual estado de ánimo,
afectado por los acontecimientos que vivimos y por la repercusión y los efectos
que éstos tienen en las conductas y sentimientos de una ciudadanía perdida en
este mar de incertidumbre.
Mi carta es una respuesta al envío de un
“correo” con una carta adjunta que, creo, que Luis me dirige con un carácter
muy personal.
Me entusiasma recibir noticias tuyas siempre y, sobre todo, en estos
tiempos de incertidumbre. Situaciones estas que desbordan al más pintado.
Momentos que no se saben resolver, o que no quieren.
Tu ironía y tu sarcasmo no dejan de sorprenderme, hasta el punto de la
confusión, tal vez por mi ignorancia. En Pablo Ce de tu carta, que interpreto como Pablo Casado,
no pillo lo de Ce. Por otra parte, no sé si el escrito es reciente o es de
mayo, como figura al final del mismo. Con sutileza e ironía, tu carta, refleja
esa situación de desasosiego y hastío que estamos malviviendo.
Como muy bien detectas en los textos de mi Blog, quiero cerrar una
etapa que inicié hace ya unos cuantos años, desencantado y ausente de ese
entusiasmo con el que comencé. Todo ese recorrido me ha servido para darme
cuenta de que este tipo de actividad, la de escribir y denunciar en Blogs,
portales digitales, en las redes o cualquier otro medio no conduce a nada en el
plano del cambio a mejor de nuestras formas de vida, ni en las personales, ni
en la de nuestros semejantes.
Estamos en un tiempo malo, dicho sea con palabras sencillas. El sistema
absorbe e integra, a modo de agujero negro, todo lo que se ponga a su alcance.
Nos ilusionamos con el 15M, hace nueve años, y ahí tienes el resumen: un
partido que forma parte de un Gobierno al servicio de la oligarquía, como
siempre.
Yo comencé toda esta "andadura" de análisis con una premisa: la
inmadurez intelectual de la especie, y la esperanza de que, a corto-medio
plazo, pudiera enmendarse, de una u otra manera. Ahora estoy convencido de que
la cosa ha ido a peor, hasta el punto de ser todos más vulnerables, más
manejables. El miedo es nuestro mayor enemigo. El miedo nos arrastra a la
paranoia, al aislamiento (potenciado desde arriba) a la indiferencia, a la
insolidaridad, a la desconfianza y a la agresividad entre pares.
El sistema capitalista está agotado en su esencia, pero no hay alternativas
para avanzar hacia estados de progreso y de igualdad. Marx decía que el
capitalismo lleva implícito el germen de la autodestrucción, y esa falta
de alternativas nos sitúa en esa franja de incertidumbre en la que los
perjuicios de ese declive irán en progresión directa de abajo a arriba, como ya
está ocurriendo. Hasta el virus que ahora nos acecha se ceba en las capas
sociales más modestas. Virus que está jugando ese papel del miedo, para
asustar, y encubrir la crisis sistémica.
En fin, no podré evitar seguir recogiendo, en forma digital, lo que pienso,
aunque solo sea por mantener una cierta actividad intelectual, y darle trabajo
a las neuronas para que no se acorchen, pero lo haré, sobre todo para mí, en
relatos más largos, tal como comencé hace más de una década.
Una actividad que me gustaría mantener, y así lo haré, es el intercambio
epistolar con amigas y amigos, sea como sea, en uso de estas nuevas tecnologías que nos
facilitan la tarea, tal como vengo haciendo desde hace tiempo.
Pues nada, Luis, a seguir sobrellevando esto, refugiándonos en la
familia, en la amistad y en uno mismo. Recibe un fuerte abrazo.
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