viernes, 6 de enero de 2023

DEMOCRACIA DOS: de su inicio a la actualidad

 

El análisis queda limitado a este breve espacio al que, como unidad territorial, aunque no asumido por todos, llamamos España, con sus peculiaridades e idiosincrasia. Tal vez, en lo básico tengamos algo que ver con países vecinos.

 Este periodo que se conoce en nuestro país como democrático, arranca con la muerte de un dictador y el nombramiento de un rey Borbón de una manera chapucera. El verdadero sucesor de la Corona no llegó a ejercer nunca como Rey por imposición del Dictador, quien preparó como su sucesor al hijo de aquel a quien le correspondía el puesto. El pueblo, masacrado y sometido a un régimen autoritario, no conoció la forma de vivir en libertad. La brutal Dictadura que sufrimos durante 40 años marcó una impronta sobre todos nosotros, marca que perdura, en muchos, en los tiempos que corren.

 Solamente un movimiento político, el PCE, se enfrentó al Régimen a costa de la persecución, la represión, la cárcel e, incluso, la vida en algunos casos.

Otros grupos se fueron formando en la etapa del tardofranquismo apoyados por países vecinos y por poderes internos. Otros surgieron directamente del régimen fascista.

 De las pocas palabras que este país ha aportado al diccionario político es la de transición. Un periodo inédito impuesto a una ciudadanía aturdida, y, por lo tanto, sin su participación. Los primeros gobiernos fueron formados directamente por franquistas. Las amenazas de golpes cuarteleros fueron constantes hasta que definitivamente un guardia civil, pistola en mano entró en el Congreso y secuestró al Gobierno y a los Diputados durante unas horas. Hasta el momento, no sabemos quiénes organizaron esta especie de circo. Lo que si es cierto es que este hecho puso fin a esas constantes amenazas.

Las elecciones eran cercanas a esa intentona. El PSOE, un grupo creado en despachos, apropiándose de las siglas de un viejo partido, llevó a cabo una perfecta campaña (sin que, a día de hoy, se sepa quién la pagó, aunque hay sospechas). El éxito fue espectacular. Los individuos con talante izquierdista, aunque desde la ignorancia, se volcaron en unos líderes de nula trayectoria política. Sin embargo, los resultados de los verdaderamente luchadores contra la Dictadura fueron discretos. El miedo y la influencia de falsas leyendas ejercieron su papel.

A partir de ese momento, 1982, se estableció un largo periodo de estabilidad política y social, a pesar de una dura lucha obrera contra lo que se conoció como “reconversión industrial”, aunque esta operación fue localista y sectorial. Ahora, a la vista de los perfiles y comportamientos de aquellos dirigentes, podemos concluir que vivimos engañados. Evidentemente tuvieron lugar algunos acontecimientos que supusieron algunas ventajas para el pueblo llano, pero era necesario para mansedumbre de la ciudadanía. Aunque lo más relevante es que el ejército se tranquilizó y, sobre todo, que la oligarquía, el poder económico, apoyaba al poder político. Fue la corrupción la que acabó con aquel periodo.

A partir del final de ese periodo entramos en una nueva etapa que podríamos denominar de alternancia en la que fuerzas políticas diferentes se alternan cada 8 años, es lo que a mi me gusta llamar la alternancia cada dos legislaturas. Una fuerza muy reaccionaria encarnada por el PP sustituyó a los socialista y se mantuvieron durante 8 años para ser sustituida, posteriormente, por los socialistas que se mantienen, a trancas y barrancas, otras dos legislaturas. Vuelven los del PP que, tras una etapa de corrupción como nunca se había producido, fueron expulsados mediante una moción de censura en el Congreso.

En este nuevo cambio se suceden dos hechos inéditos y sucesivos. Primero el éxito de una moción de censura, segundo, un Gobierno de Coalición formado por socialista y fuerzas a su izquierda: Unidas Podemos, lo que tendrá influencia en las más importantes decisiones que se han tomado en este periodo.

Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno, será reconocido por los sectores más progresistas de este país como el mejor dirigente político que hemos tenido. Es capaz de negociar con sus socios y de tomar decisiones que favorecen a los más débiles. Es un gobernante incómodo para los poderosos, que están manejando en su contra, y de todo el  Gobierno, todos los instrumentos a su alcance. De esta manera, todos los medios de comunicación, incluso los públicos, se han convertido en una maquinaria antigubernamental. Un equipo de reaccionarios se han convertido en agentes de opinión que en lugar de informar se dedican a difamar y a manipular.

 El hecho de que por primera vez se lleve a cabo una nítida política de progreso, ha puesto al descubierto la farsa de los dirigentes de los primeros Gobiernos que surgieron a raíz del 82. Felipe González y Alfonso Guerra se han convertido en los mayores opositores del actual Gobierno de progreso. A ellos le siguen todos los que gobernaron en sus equipos. Por desgracia, algunos de ellos continúan en activo. Son indecentes las declaraciones de presidentes de algunas Comunidades Autónomas con mayorías socialistas.

 Por último, destacar que este periodo que se conoce como democrático arranca en una  situación farragosa con un pueblo temeroso y amenazado permanentemente por el ejército hasta que la oligarquía pacta con un falso grupo socialista que abusando de unas siglas históricas engañó a una sociedad políticamente ignorante.

Por otra parte, destacar la ausencia de reconocimiento de los verdaderos combatientes de la Dictadura lo que denota la falta de madurez política y, en general, intelectual de una sociedad que asume sin pudor las reglas de un sistema de desigualdad.

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