Es
a comienzos del actual siglo cuando comencé
a manifestarme a través de escritos breves para analizar el actual
sistema socioeconómico, esta manera de vida basada en la desigualdad. Al mismo
tiempo he ido elaborando y revisando textos de mayor envergadura en forma de análisis
y propuestas, desde una visión crítica. Al principio eran artículos enviados a
diarios escritos, a políticos e, incluso, a amigos o amigas de ideario
semejante. Más adelante, algunas publicaciones digitales me pidieron que les
enviara mis reflexiones. Es cuando comienzo a escribir con un determinado ritmo,
con la intención de cumplir ciertos plazos. A comienzos de la presente década
(2011), abrí un Blog en el que he ido colocando mis escritos, a veces
compartidos, otras en exclusiva. Además, como es lógico, voy guardando en un
archivo, por orden cronológico, la mayor parte de los publicados. Allí figuran,
al día de hoy, 150 escritos cortos a modo de artículos o “post”, es hora de
hacer un punto de control o de romper definitivamente con el envío a las
publicaciones con las que colaboro, al menos poner freno al ritmo actual de
entregas. Los 100 primeros están recogidos en un libro, texto que será
sustituido por otro al que se le añadirán los últimos 50. De esta manera, el
trabajo con el título: “Artículos para
pensar”, contendrá 150, con un número de páginas cercano a las 600.
Como
en cualquier otra tarea, es la experiencia la que te va otorgando “oficio”. Los
primeros escritos están cargados de ingenuidad. Poco a poco se ha ido
imponiendo la visión realista de los acontecimientos, de los hechos y de los
procesos. No sé, a ciencia cierta, si mi trabajo habrá servido para convencer o
hacer pensar a muchos o a pocos, con las ideas que he intentado plasmar. De lo
que estoy plenamente convencido es de que es a mí al que me ha ayudado para
aclararme, para configurar una idea de la situación global, para perder del
todo la ingenuidad que, poco a poco, ha ido despareciendo. El resultado al que
he llegado no es posible plasmarlo con mayor precisión que con el enunciado del
presente escrito: “No le demos más vueltas, es cuestión de tiempo”, algo que
anuncié en un artículo anterior. Es hora de explicar esta expresión, a modo de
conclusión, aunque, haciendo un seguimiento de estos 150 artículos a los que
aludo, es posible concluir de igual manera.
Hace
unos días leí en algún comentario, en las redes, que decía que la izquierda no
ha gobernado nunca en Europa desde la segunda guerra mundial, por acotar el
tiempo. Dato que comparto en su totalidad. Evidentemente, el autor del
comentario y yo mismo entendemos por izquierda una opción política antisistema,
anticapitalista y defensora de los intereses de la clase trabajadora. Impulsora
de un modelo basado en la igualdad, la solidaridad, la justicia y la libertad.
Cada vez que ha habido una intentona de enfrentamiento al sistema capitalista,
este ha eliminado de raíz ese intento de cambio. Hasta la fecha, no ha habido en
Europa una fuerza superior que lo haya combatido y lo haya derrotado. El caso
más cercano en el espacio lo tenemos en la II República Española. La
movilización ciudadana y los políticos progresistas fueron aplastados por un
sanguinario golpe militar. En los años setenta, el PCI (Partido Comunista
Italiano) llegó a ser la fuerza más votada en Italia. El eurocomunismo de
Belinguer recorrió y creció por los países ribereños, pero no fueron capaces de
formar Gobierno. La OTAN fue la excusa o el instrumento para impedirlo. El caso
más cercano en el tiempo lo encontramos en Grecia. El triunfo electoral y el
Gobierno de Syriza fueron derrocados “pacíficamente”, en este caso por la
burocracia de la UE con el acompañamiento de las oligarquías europeas. Ahora no
hace falta recurrir a la fuerza bruta, ahora la guerra se hace asfixiando
económicamente a los “rebeldes”.
Por
lo que parece, esta especie no sabe vivir conforme a esos principios de
libertad e igualdad que hemos citado. Las pasiones negativas de búsqueda de
poder a toda costa y la resignación para soportar todo lo que venga, se han
impuesto y se han consolidado. Admitir por parte de las masas que tiene que
haber poderosos y sometidos es, por el momento, una situación estable. El
poder-pasión ha impuesto sus normas, sus leyes, sus gobiernos. Los mensajes y
sus dictados han calado de tal manera que han conseguido la aceptación de que
esta es la mejor forma de vida, asumiendo la mentira como dinámica de un modelo
injusto e inhumano.
La
falta de madurez intelectual de la
especie impide un cambio a mejor para la mayoría. Por eso, es cuestión de
tiempo, de mucho tiempo, para que lo que llamamos humanidad conviva de una
manera más acorde con lo que algunos sectores sociales anhelan. Pero es
posible, vamos estoy seguro, de que no lo veremos las diferentes generaciones
que ahora llenamos este minúsculo planeta. Siento muchísimo cerrar esta tanda
de 150 escritos con un mensaje poco alentador, pero los acontecimientos acaecidos a lo largo de la trayectoria de la especie, por desgracia, no
invitan a pensar otra cosa.
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