Desde
la aparición de Podemos en el panorama político le he dedicado una parte
importante de mi tiempo y de mi análisis.
Ahora que hago un repaso, observo que le he dedicado a este asunto más de lo
que yo pensaba. Tengo que reconocer que desde mayo de 2014 me he manifestado de
diferentes maneras, tal como podremos comprobar. Los deseos de cambio y la
aparición de una nueva formación en una escena anquilosada han influido en mis
manifestaciones. En ocasiones las pasiones han vencido a la razón. Las
alusiones a Podemos a lo largo de estos tres últimos años dan de sí para un
amplio texto, aunque intentaré resumir, centrándome en los comentarios más
relevantes. Tengo que admitir que muestro un cierto zigzagueo, idas y venidas,
respecto al potencial de Podemos para influir en la trayectoria del día a día o
para cambiar el ritmo marcado por el poder real.
Pero
ahora ya tengo una idea más madurada, más reposada. Ahora la razón se impone a
las pasiones. La conclusión, como es natural, queda recogida en el último
párrafo de este escrito, aunque ya al comienzo, recelaba de las posibilidades
de transformación del sistema. Por otro lado, siempre me ha rondado la duda
sobre su génesis, llegando, incluso, a pensar que pudieran ser un “invento” de
la oligarquía, para, como señalamos más adelante, encargarse de canalizar el descontento y evitar males
mayores.
El 27 de mayo de
2014 me refería por primera vez a este grupo, señalando: “Sorprendentemente,
irrumpe una nueva formación con el nombre de Podemos, creada hace tan solo cuatro meses. Un grupo sin apenas
estructura, ni dinero, pero que, a pesar de ser desconocidos por amplios
sectores sociales, han obtenido casi un millón y medio de votos (en las
elecciones Europeas), convirtiéndose en la cuarta fuerza política”.
Ya en julio del
mismo año, al poco tiempo, manifestaba la dificultad de trasformar el actual
sistema: “Somos optimistas respecto a las expectativas electorales de esta
nueva formación. Sin embargo, no tanto con las posibilidades de cambio socioeconómico que prometen, si es que
llegan a tener poder político suficiente. Aparecer en escena y ganar por la vía de este modelo
político no garantiza el derrumbe del actual sistema, aunque se encuentre herido de muerte”.
Más adelanten en
septiembre, decía: “Su acertada manera de abordar el
miedo como algo alternativo entre clases u estamentos sociales, provoca el
rechazo de los privilegiados. Es una realidad constatable históricamente que
cuando los sectores dominantes, por alguna circunstancia, han sentido miedo, su
poder ha mermado en beneficio de la clase trabajadora que, por el contrario,
han perdido el temor y han ganado poder, poder legítimo”.
En
marzo de 2015, manifestaba con total
claridad las dudas sobre el papel de Podemos como agente transformador: “Podemos
es un fenómeno social que, al margen de sus dirigentes, rompe con una práctica
política enquistada y corrupta, pero ¿su acceso al poder político, si lo
consigue, supone una verdadera alternativa transformadora?”
El 9 de agosto
2015, en una especie de carta dirigida directamente a ellos, decía: “Las ideas
y las propuestas iniciales ofrecían un panorama que bien podrían calificarse de
radical o de antisistema, pero, poco a poco, se han ido suavizando hasta el
punto de convertirse, ahora, en un conjunto de inconcreciones que hasta
comienzan a dejar de “asustar” a los de arriba. Da la sensación de que queréis
participar de la misma forma que el resto de los partidos en el marco del
actual modelo político”.
El
12 de octubre de 2015: (…) “pero ahora ya no estoy seguro de que éstos
(Podemos) no sean una pieza más de este juego”.
26
de mayo 2016: “Podemos o la esperanza
del cambio. Un partido político surgido desde abajo, al contrario que C’s.
Podemos ha sabido recoger el sentir y el descontento de una buena parte de la
sociedad. Sus propuestas iniciales, más agresivas que las actuales,
encandilaban a sectores específicos, entre ellos jóvenes y no tan jóvenes
verdaderamente críticos con el sistema
y, particularmente, con la actual práctica política. Su pretensión de llegar a
la mayoría social han diluido esas primeras propuestas, provocando un cierto
desencanto en quienes, al principio, se identificaban con el proyecto, dando
lugar a un deslizamiento en sus potenciales votantes”.
“De
cualquier forma, no esperemos grandes trasformaciones en el caso de que les
permitan acceder al poder político. El camino para iniciar un mundo nuevo pasa
por la conquista del poder económico, y son muchos y muy poderosos los enemigos
del pueblo, dentro y fuera del país”.
12 de junio de
2016: “¿Por qué tanta publicidad, negativa ¿o positiva? a los de Podemos? ¿A
qué se debe esa evolución tan rápida en su ideario? ¿Por qué se esfuerzan en
decir, ahora, que son “socialdemócratas”, cuando en la actualidad es una
práctica política desfigurada? ¿Por qué han variado de manera tan exagerada las
propuestas iniciales? ¿Por qué han suavizado tanto el mensaje? ¿Por qué esa
defensa, aunque velada, por parte de algunos de los medios más reaccionarios?
Y
algo que me ha llamado poderosamente la atención: ¿quiénes pagan esas
macrosedes que se han montado (los nuevos partidos) de la noche a la mañana
(incluye el imponente y lujoso edificio de siete plantas de Ciudadanos?”
“Hasta ahora, aunque con reservas, hemos
deducido, a través del análisis, que Podemos se oponía al sistema, pero, tal
vez, nos estén engañando todos y a todos. Tal vez Podemos forme parte de esa
invención en la que está también C’s. Tal vez quieran canalizar el descontento
a través de Podemos, para evitar males mayores”.
10
de septiembre de 2016: “Podemos se ha convertido en el partido de la
contestación al actual modelo político, pero sus posiciones no llegan a ser de
una auténtica izquierda que combata al actual sistema. Basa sus propuestas en
el crecimiento y el consumo y no cuestiona con firmeza la desigualdad, y mucho
menos la actual práctica de privatización de servicios. Pero la oligarquía
cerril, en la idea de que este grupo no sea una creación del poder, parece que
les tiene miedo”.
28
de agosto de 2016: “Podemos se encuentra en la cuerda floja con la duda de si
estarían dispuestos a intentar defender unos verdaderos valores anhelados por
la izquierda y convencer con sus
propuestas, o de que otros valores son posibles; con la duda de si sus apoyos populares
irán en aumento; con la duda de si, en
el corto o medio plazo, pudieran desaparecer de la escena política”
4
de febrero de 2017: “Podemos aparece en escena a raíz
de las protestas ciudadanas entre las que destaca el movimiento 15M. Una
aparición oportuna, u oportunista, del citado grupo constituido en partido
político. La evolución de Podemos es más que constatable. Una evolución que más
que un lógico proceso de adaptación han sufrido una verdadera metamorfosis, ¿o
es que todo ha sido una farsa desde el principio? Quién te ha visto y quién te
ve, o la sombra de lo que eras, o lo que decías que eras, parafraseando al
insigne Miguel Hernández”.
Y,
finalmente, el 10 de febrero de este año, añadía: “Aunque manifestamos algunas
dudas, fruto del análisis, ya sí que es posible obtener algunas conclusiones.
Podemos podrá mantener un cierto apoyo electoral durante bastante tiempo, pero
ha perdido la posibilidad de ser el partido más votado, tal como eran sus
pretensiones. Por otro lado, aunque consiguiera mayoría suficiente para
gobernar, jamás será capaz de trasformar el sistema desde dentro para eliminar
la injusticia y la desigualdad, y otorgar fuerza y poder a las clases populares”.
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