domingo, 20 de octubre de 2024

LA FUERZA DE LA MENTE La hipocondria vista por un hipocondriaco

La mente es un término complejo, asimilable al cerebro como forma material, en la que se incluyen las capacidades cognitivas, las emociones, los sentimientos y las formas de comportamiento. Algunas de esas capacidades son innatas, que van evolucionando biológicamente a lo largo de la vida. Sin embargo, tanto las innatas como las adquiridas, en las que juega un papel fundamental la voluntad y la inquietud, pueden incrementarse o variar a la baja por causas de la enfermedad o de la edad. En lo sentimientos, las emociones y en los comportamientos intervienen otros factores, a los que nos referiremos más adelante.

El poder de la mente es tal que, a veces, nos tortura y nos arrastra a estados no deseados que nos atormenta y nos genera enfermedades derivadas o estados ajenos a lo netamente físico, dando lugar a dolencias que se conocen como psicosomáticas. El dolor y el cansancio son dos de ellas. Existe una expresión, entre otros campos en el de la psicología, denominada “profecía autocumplida” según la cual, el mero hecho de pensar que algo puede ocurrir, ocurre, por lo general, algo que nos daña debido, fundamentalmente, al miedo.

El campo del estudio de la mente y su influencia en la parte material es muy extenso. Sin embargo, a lo que nos queremos ceñir aquí es al caso de la hipocondria y de las hipocondriacas e hipocondriacos, sin la intención de llevar a cabo un exhaustivo análisis, sencillamente intentar ayudar a quienes padecen este mal.

Ser hipocondriaco, como ser diabético (por ejemplo), se es para toda la vida, lo que sí es posible es evitar el sufrimiento que esta enfermedad produce. En todo ello está presente mi experiencia personal y mi opinión sobre las asistencias a Psicólogos y Psiquiatras.

La hipocondría es una enfermedad mal tratada tanto por la medicina como para el que la sufre. Por lo general, el paciente manifiesta irregularidades funcionales o dolores, y se dedica a visitar especialistas que no remedian sus males. Por ignorancia, o por miedo, no acude a quien de verdad puede orientarle. La medicina suele tratar los trastornos físicos que el hipocondriaco manifiesta, sin ir a la raíz del problema y sin dar solución por tratarse de un mal emocional (psicológico) no orgánico. Lo que de verdad ocurre es que estos trastornos de origen mental dan aparición a daños de carácter psicosomático (síntomas físicos provocados por motivos psicológicos), que esos si son reales, pero que no desaparecen mediante la medicina que los trata como un mal orgánico. Los dos síntomas psicosomáticos más frecuentes, coco hemos señalado, son el cansancio y el dolor. Un par de ejemplos pondrán luz a lo que hemos dicho:

Primero. Un tipo de hipocondriaca o un hipocondriaco está permanentemente pendiente de sus funciones o constantes vitales, con alti-bajos. Se mide las pulsaciones con demasiada frecuencia. Si por cualquier circunstancia él o ella piensa que son elevadas, comienza el sufrimiento y la preocupación. Eso le obliga a repetir la medición y a desarrollar un estrés que le impide que ese ritmo cardiaco baje. El deseo de que el mal desaparezca hace que aumente. Cree que padece del corazón, que tiene un problema cardiaco y acude al especialista. Este recurre a las pruebas habituales: hacer un electrocardiograma y colocarle un Monitor Holter. El médico no encuentra mal orgánico, pero tiene que dar una solución, que lo hace recetando un medicamento del tipo Betabloqueante, pero eso no soluciona el origen del problema. Por lo general, no suelen señalar que se trata de un problema mental (este ejemplo es de mi cosecha).

 Segundo. Ante una determinada sensación nos puede ocurrir que el nombre que nos venga a la mente sea muy amenazador. Podemos pensar: ¿Y si fuera un cáncer? Entonces acudimos al médico para que nos diga que no es nada. Cuando lo haga, puede que nos quedemos tranquilos y que dejemos de observarnos. Pero si seguimos intentando estar absoluta y completamente seguros, pronto volverán nuestras dudas, porque la sensación está ahí, porque nos han dicho que no es nada, pero no nos han dado explicación para ello y nuestro miedo nos impulsará a seguir pensando que puede ser un cáncer. Es posible que pensemos que el médico no ha sido capaz de entendernos, que no le hemos dado toda la información, que ha pasado el tiempo y que puede que ahora se haya desencadenado la enfermedad o que no nos ha han hecho la prueba adecuada. Nos habremos convertido en aprensivo o hipocondríaco (J.A. García Higueras, Curso Terapéutico de Aceptación)

Dice la doctora Suzanne O’ Sullivan, Neuróloga:

Lo que percibí es que en torno al setenta por ciento de las personas que me transferían con ataques epilépticos mal controlados no reaccionaban al tratamiento antiepiléptico porque no tenían epilepsia. Las causas de sus convulsiones eran puramente psicológicas.

Y continúa en su libro “Todo está en tu cabeza”:

Hasta un tercio de los pacientes que acuden a una clínica de neurología general presentan síntomas neurológicos inexplicables y, en esas personas, suele sospecharse que el   origen es una causa emocional. Al paciente le resulta muy duro digerir la noticia de que su enfermedad física podría tener una causa psicológica. Se trata de un diagnóstico difícil de entender, por no hablar ya de asimilar. Por otro lado, los médicos también pueden mostrarse reacios a emitirlo, en parte por temor a enojar a sus pacientes y en parte por temor a que se les haya pasado algo por alto. Por ende, los pacientes suelen encontrarse atrapados en una zona entre los mundos de la medicina y la psiquiatría, y ninguna de las dos comunidades asume la responsabilidad plena por ello. Quienes se enfrentan a un diagnóstico de esta índole pueden buscar la opinión de médico tras médico con la esperanza de encontrar una explicación distinta: una validación de su sufrimiento.

La obtención reiterada de resultados normales en los análisis los decepciona y, desesperados buscan otra respuesta.

Algunos se sienten arrinconados y forzados a aceptar el papel de ser alguien no diagnosticado, alguien a quien no puede ayudarse, porque cualquier opción se antoja mejor que la humillación de tener un trastorno psicológico. La sociedad es sentenciosa con las enfermedades psicológicas, y los pacientes lo saben.

Por lo general, la tristeza es una buena compañera de viaje del hipocondriaco, a forma de círculo vicioso, su mal le genera tristeza y la tristeza le impide sanar. La capacidad de adaptación permite al hipocondriaco vivir con una cierta aparente normalidad, pero con sufrimiento, a veces oculto, otras recurriendo a los médicos con frecuencia o una combinación de ambos casos.

 Psicología y siquiatría.

Si el hipocondriaco o hipocondriaca supera la presión social y piensa que sus males nada tienen que ver con la locura, recurre a las sesiones de psicología o de psiquiatría. La diferencia entre un caso o el otro es que, los Psiquiatras, al ser médicos, pueden recetar medicamentos.

Las sesiones se traducen en conversaciones de unos 50 minutos cada cierto periodo de tiempo que acuerdan profesional y paciente. El primero suelen tomar notas de lo que dice el otro, a veces suele hacer algunas preguntas con el fin de reconducir la charla.

Desconozco los resultados sobre otros pacientes, pero aquí tengo que expresar mi opinión sobre mi asistencia a ambos tipos de consultas.   

Lo mío, no es demasiado tiempo el que he asistido, pero sí lo suficiente como para hacer una valoración de mi asistencia. Mi valoración no es positiva, aunque últimamente, he experimentado una trasformación en positivo, en varias dimensiones, a lo que volveremos más adelante.

Las conversaciones mantenidas en las diferentes sesiones han sido como las que pueden ser con cualquier persona cercana que se preste a conversar sobre asuntos más o menos íntimos. Yo diría más, tal vez en este caso el dialogo puede ser más constructivo si existe una amistad sincera, un conocimiento previo y la libertad para charlar de distintos asuntos, porque, a mi entender, no deben separarse las diferentes dimensiones que configuran el ser de cada cual.

En el caso de la psiquiatría, entran en juego los medicamentos cuya función es la de levantar el ánimo o, más aún, aliviar la depresión, en el caso de estar deprimido, no necesariamente asociado a la hipocondría. En mi caso, en particular, necesito que el profesional presente un nivel intelectual, al menos como el mío, pero, en principio, es una persona extraña para el paciente, no conoces nada de su vida, de sus relaciones, de su ideario, de su situación económico, etc.

 En el capítulo de las soluciones

Según mi experiencia, la recuperación tiene una componente personal básica. De cualquier forma, los terapeutas de ambas especialidades comparten esta idea. Desgraciadamente no existe un recetario, un protocolo, que te permita seguirlo y superar el problema. En el estado mental de los ciudadanos influyen situaciones y elementos de carácter general que tienen una importante repercusión en cada uno de ellos, a saber: El sistema socioeconómico, la práctica religiosa, la forma política, las relaciones sociales, el desarrollo intelectual y la situación económica personal. Nuestro análisis se circunscribe a Estados como el nuestro. Se nos escapan países lejanos y otras culturas, aunque, tal vez, las preocupaciones y el sufrimiento tenga elementos en común con los pacientes de nuestro entorno.

Como hemos avanzado, se trata de evitar el sufrimiento y vivir con la normalidad con la que vive la mayoría, en condiciones normales, aunque, esporádicamente, nadie se libra de algún susto por el resultado de algún diagnóstico, un mal resultado académico, etc.

 Una señal inequívoca de que los males son de carácter psicosomático consiste en comprobar que los especialistas a los que se suele recurrir no remedian el problema, de manera que se suele hacer una ronda por diferentes especialidades sin encontrar la solución. Eso sí, los médicos a los que se visita recetan medicamentos para remediar los males que se achacan, pero a ninguno se le ocurre decir que las quejas tienen un origen psicológico. Por ejemplo, si me duele la cabeza, y descartado un tumor: analgésicos.

Por lo tanto, en primer lugar, es de gran ayuda ser consciente de que se es hipocondriaco, que los males son psicosomáticos. Para lo cual es conveniente recurrir a la razón (desarrollo intelectual), apoyados en la historia, observando que los temores no se materializan. Ejemplo, me temo que tengo un cáncer, pero no se manifiesta. Esto no quiere decir que los hipocondriacos estén libres de cualquier enfermedad real como todo ser viviente.

Todo esto requiere un notable desarrollo intelectual, de manera que aquellas o aquellos más habituados a utilizar la mente, tienen más facilidad para comenzar el proceso.

 Una vez convencidos de que se padece este mal, es necesario llevar a cabo un esfuerzo de voluntad y desechar hábitos de “autochequeo” permanente. Por ejemplo, si te imaginas que tienes algún problema cardiaco, se suele estar muy pendiente de las pulsaciones, lo que genera un sufrimiento continuo, aunque no se sea consciente del sufrimiento, empañado por la tristeza.

La medida más potente consiste en perder todos los miedos. Aquí se trata, otra vez, de hacer un esfuerzo de voluntad y un ejercicio intelectual.

La siguiente recomendación, es aconsejable tanto para hipocondriacos como para toda la población. Se trata de desengancharse del ideario impuesto por los diferentes poderes. Crear un ideario propio, teniendo como referencia la integridad y la libertad. No cabe la menor duda, como hemos señalado, que el Estado y el sistema influyen sobre la mente, si no te proteges. 

 En el terreno del día a día, es imprescindible rechazar cualquier pensamiento negativo y disfrutar de cualquier actividad por muy elemental que sea. Buscar incentivos y combatir la tristeza. Hace algún tiempo, le dije a un amigo, a mi médico de cabecera, que no tenía incentivos, y él me dijo que el mejor incentivo es la vida, que más quieres, me dijo. Perder los miedos en sintonía con vivir la vida de la forma más intensa posible es la mejor medicina para los hipocondriacos.

Una vez comprobado que las causas de los males que nos aquejan no son de carácter orgánico, descartados por especialistas que no es un cáncer, ni una dolencia cardiaca, ni un problema óseo, ni otra dolencia orgánica, etc., concluiremos en que es una dolencia de tipo psicosomático.

El proceso de desconexión comienza porque el doliente se lo crea, que deje de estar pendiente de su organismo, deje de chequearse y de cambiar los pensamientos negativos por otros positivos. Siempre habrá oportunidades que te generen satisfacción. El proceso de salir de ese pozo de amargura no es fácil, es necesario un esfuerzo, pero a modo de círculo satisfactorio los avances ayudan a mejorar.

En una aproximación a mi perfil

A lo largo de un periodo de tiempo, tal vez desde el comienzo de los últimos Gobiernos socialistas, incluidos los de Zapatero, he pasado por un cambio de paradigma. Lo que era la creencia en una transformación radical del sistema hacia la “arcadia”, se convierte en utopía. Pienso ahora que la única manera de progreso es la reformista, paso a paso al estilo de la “Ley del trinquete” enunciada por E. Wallerstein.

Este cambio, entre otras razones, ha influido en mi estado mental y emocional, y cada día me levanto alegre con ánimo de celebrarlo por el mero hecho de vivir, sin que sepa por qué, tal vez porque sea más persona de lo que quieren que sea. Me salgo del engranaje social en el que quieren que nos integremos sin fricciones, como dice E. Fromm. Lejos del poder, de la ambición, de la sumisión, y desde la Razón, la igualdad y la justicia, como sustrato o soporte, intento alcanzar la integridad y la libertad. Y desde la Pérdida de miedos, la tolerancia con los demás, asumiendo las contrariedades por las que he pasado y las que puedan venir (Ampliado en: “Recuerdos de algunas batallas ganadas y de otras perdidas”), huir del ideario impuesto por el sistema, tener mi ideario personal, desarrollar y gestionar mis propios sentimientos y deseos, y ayudando a los demás en lo que esté a mi alcance, intento alcanzar bienestar, equilibrio y serenidad. 

Lejos de estereotipos, la manera de manifestarme se materializa en comportamientos con el ánimo de lograr esa integridad, ese bienestar y esa serenidad  como metas.

De esta manera establezco la unión con el mundo. De nuevo, volviendo a E. Fromm, el poder (el dominio), el deseo de poder (ambición), la fama y la sumisión están llamados a la derrota en esa posibilidad de integridad y de conexión con el resto de la humanidad y el medio ambiente.

    

lunes, 20 de mayo de 2024

EVOLUCIÓN DE LA ESTRATEGIA

A estas alturas de la vida, la mejor estrategia para el progreso, en países como el nuestro, consiste en defender la democracia, marcando la diferencia entre demócratas y antidemócratas. En estos momentos, aquí,  la democracia está en manos de PSOE más las fuerzas que apoyaron a P. Sánchez en su investidura. Quedan fuera de la democracia, es decir, son los antidemócratas el PP y Vox. Por lo tanto, es imprescindible resaltar y  potenciar la diferencia entre una posición y la otra. Olvidémonos de la izquierda y la derecha que es el lenguaje que utiliza el sector más reaccionario como forma de división política.

Los reaccionarios, en su defensa, dirán que ellos se presentan a las elecciones, pero no dirán cuales son sus intenciones, más allá de usurpar el poder soberano a través del engaño, el abuso y la manipulación. La ignorancia de una buena parte de la población es su compañera de viaje.

Desde la óptica del progreso, incluso de mejora de la especie, siempre se ha manejado una nomenclatura que distinguía unos sectores sociales que apoyaban a unas formas de hacer política o a otra. No hace tanto tiempo, se manejaba el término Comunista por parte de los sectores más retrógrados para desacreditar a los que luchaban y eran partidarios de otorgar los beneficios a los más débiles. Por el contrario, los partidarios de esta opción, acusaban de fascistas a los contrarios. De manera que se normalizaba una dualidad política ficticia que no respondía a la realidad político social. Más adelante, y sin olvidar la división anterior, se estableció la contradicción izquierdas-derechas, siempre con la intención de desacreditar a los partidarios del progreso.

Ahora esa auto denominada derecha asume sin tapujos que es derecha, pero hubo un tiempo en que se escondía bajo el término Centro, más tarde Centro-derecha sin que dieran contenido político a esas siglas. Así surgieron grupos con esa oferta que han desaparecido estrepitosamente.

Esas divisiones entre opciones, más utilizadas por la reacción, solo han servido para desacreditar a los más amantes del progreso. Por cierto, esa derecha siempre ha querido estar más cerca del poder real (económico) y representarle, y optar al poder político de cara al pueblo con el único afán de posesión y de corromperse, como hemos podido comprobar.

 Por lo tanto, hay que huir de términos divisorios que sirvan exclusivamente para descalificaciones que, en muchas ocasiones, asustan a una población mermada de razón. Los términos Democracia, Democrático, carecen de carga peyorativa y  están bien vistas por la mayoría social. De manera que utilizar como estrategia la clasificación política entre demócratas y no demócratas, o antidemócratas, para defender las opciones más progresistas, es lo más acertado, de manera que en nuestro país el PP y Vox queden fuera de la opción de progreso.

En otro tiempo, no muy lejano, hacía un análisis más detallado de la Democracia como estrategia del  sistema socioeconómico actual. Hoy le damos la vuelta y observamos como se puede convertir en una herramienta de progreso. Ya lo anunciábamos en el último párrafo del documento adjunto en cursiva:

El sistema siempre se ha visto necesitado de una cobertura política que, de una u otra manera, le proteja y le permita operar de la forma más tranquila posible. Cuando ha sido necesario utilizar modelos represivos, no ha tenido inconveniente en llevar esas prácticas hasta sus últimas consecuencias. Las democracias modernas ofrecen una aparente paz social, haciéndonos creer que éste es el menos malo de los modelos de convivencia. El término “democracia” se ha convertido ahora en el parapeto político de un sistema injusto tras el cual toda actuación se legitima por el mero hecho de estar encuadrado en lo que no es otra cosa que una mera fachada para mantener la mansedumbre de las masas y para contener cualquier intento de rebeldía.

Inicialmente la democracia nace como alternativa a la aristocracia con el fin de diluir el poder político, dando participación a un colectivo más amplio de la población, pero, históricamente, la toma de decisiones siempre ha estado restringida a un sector, estamento o clase social. En cualquier caso, el sistema se ha protegido de manera demagógica para evitar la verdadera participación popular, poniendo en práctica “modelos” muy alejados de la autentica intervención política del conjunto de la ciudadanía. El poder económico ha sabido administrar hábilmente la situación política y el control ha estado siempre en sus manos, estableciendo gobiernos que, parafraseando a los clásicos, se constituyen en gabinetes de gestión de la clase dominante. Esa habilidad para la adaptación política a los intereses de clase, la ausencia de una verdadera y eficaz estrategia para el cambio, la debilidad de quienes impúdicamente están dispuestos a prestar sus servicios a cambio de las migajas que caen de la mesa del poderoso y la utilización de todos los medios a su alcance para deformar y distraer a la ciudadanía han dado lugar, a pesar de encontrarnos en estados de corte “democrático”, a la permanente ausencia de una favorable correlación de fuerzas de los menos favorecidos y, como consecuencia, a la tergiversación del curso natural de la historia.

Pero si la democracia es una estrategia o una táctica dilatoria para que la clase dominante mantenga el poder, también podría ser una estrategia para combatirlo profundizando en la participación y cuestionando el actual modelo. La forma razonable de convivencia pasa por la voluntad y el deseo de una mayoría consciente de su realidad y despojada del velo del engaño al que reiteradamente está sometida.

https://www.bubok.es/libros/193055/en-los-limites-de-la-irracionalidad-analisis-del-actual-sistema-socioeconomico, pág. 91

 

martes, 12 de marzo de 2024

En una aproximación a mi actual perfil

 

A lo largo de un periodo de tiempo, tal vez desde el comienzo de los últimos Gobiernos socialistas, incluidos los de Zapatero, he pasado por un cambio de paradigma. Lo que era la creencia en una transformación radical del sistema hacia la “arcadia”, se convierte en utopía. Pienso ahora que la única manera de progreso es la reformista, paso a paso al estilo de la “Ley del trinquete” enunciada por E. Wallerstein.

Este cambio, entre otras razones, ha influido en mi estado mental y emocional, y cada día me levanto alegre con ánimo de celebrarlo por el mero hecho de vivir, sin que sepa por qué, tal vez porque sea más persona de lo que quieren que sea. Me salgo del engranaje social en el que quieren que nos integremos sin fricciones, como dice E. Fromm. Lejos del poder, de la ambición, de la sumisión, y desde la Razón, la igualdad y la justicia, como sustrato o soporte, intento alcanzar la integridad y la libertad. Y desde la Pérdida de miedos, la Tolerancia con los demás, asumiendo las contrariedades por las que he pasado y las que puedan venir (Ampliado en: “Recuerdos de algunas batallas ganadas y de otras perdidas”), huir del ideario impuesto por el sistema, tener mi Ideario personal, desarrollar y gestionar mis propios sentimientos y deseos, y ayudando en lo que esté a mi alcance, intento alcanzar bienestar, equilibrio y serenidad. 

Lejos de estereotipos, la manera de manifestarme se materializa en comportamientos con el ánimo de lograr  esa integridad, ese bienestar y esa serenidad  como metas.

De esta manera establezco la unión con el mundo. De nuevo, volviendo a E. Fromm, el poder (el dominio), el deseo de poder (ambición), la fama y la sumisión están llamados a la derrota en esa posibilidad de integridad y de conexión con el resto de la humanidad y el medio ambiente.

 

viernes, 11 de agosto de 2023

JUEGO DE PALABRAS

 

¡Son tantas las veces, a lo largo de los últimos 20 años, que hemos hablado de alternativa y alternancia, de su definición, de sus diferencias! Sin embargo, para el común de los mortales son la misma cosa. Es una imposición, una victoria, de las tantas que forman parte de  ese ideario impuesto por el actual sistema.

Por primera vez en mi vida he votado, haciendo uso de la razón, dejando al margen mis principios, mi ideología. He votado al Partido Socialista, he votado al “Sanchismo”.

También es cierto, que he abandonado ese grupo ideológico cuyos individuos, en base a su ideología, piensan, pensábamos, que en la actualidad es posible presentar una alternativa transformadora del actual sistema capitalista. A veces confundimos lo deseable con lo posible. Y hoy por hoy es imposible vencer al camaleónico sistema. En consecuencia, me parece adecuado ir con pies de plomo y apoyar a quienes dentro de las actuales estructuras puedan conseguir ciertas mejoras que benefician a los más débiles. Que garanticen, que se consoliden, los derechos conquistados.

Soy optimista y pienso que, en las últimas elecciones del 23J, los ciudadanos hemos vencido a la dinámica impuesta, hemos rechazado la alternancia y hemos apoyado la alternativa de progreso como un paso adelante hacia otra más avanzada, hemos evitado la involución. ¿Seremos capaces de mantener esta situación durante cuatro años?, ¿seremos capaces de construir una alternativa democrática más avanzada que la actual?

Queda mucho por hacer. Queda avanzar, poco a poco, para combatir contra el sistema. Ya hemos conseguido frenar el fascismo en una Europa plagada de extrema derecha, incluso gobernando en países próximos.

 De momento, Sumar (grupo político) no va camino de convertirse en una alternativa. La mezcla de tantos grupos desfigura un ideario que arrope a una izquierda real. Yo mismo no soy capaz de enumerar todos los grupos que lo forman. Sí sé que, al final, se incorporó Podemos y que ya estaba dentro Izquierda Unida. Y que han bajado en número de representantes respecto a la unión de Unidas Podemos, más los de otras formaciones incluidas en Sumar, en las elecciones de 2019. Sumar es una construcción de última hora, y desde arriba, en la que hay grupos que han estado anteriormente enfrentados. Podemos se ha visto muy forzado para incorporarse poco antes de la campaña. La izquierda real se ha ido diluyendo a lo largo de las últimas décadas. Por estas razones, podríamos concluir en que el “Proyecto Sumar” ha sido un fracaso.

 Después de haber negado su validez en ciertas ocasiones, recurro ahora a la “Ley del trinquete” de Wallerstein para ir construyendo alternativas poco a poco. Un paso más, entre lo que podría ser una sociedad más racional, más democrática y más justa,  y lo que tenemos ahora, cabría, en el marco del actual sistema, una actuación de los gobiernos con talante progresista consistente en la intervención en asuntos de especial relevancia: a) el saneamiento  de las administraciones y de las dependencias de carácter publico; b) la persecución implacable de la corrupción, y la regulación normativa para evitar la especulación; c) la aplicación de una política fiscal que penalizara de manera auténticamente progresiva los elevados ingresos, lo que supondría poner límite a las crecientes desigualdades económicas entre unos y otros; d) el acuerdo internacional para evitar la evasión de capitales. Ahora bien: ¿es posible esto en el actual modelo de alternancia del poder político?, ¿es posible que la socialdemocracia, como fuerza política más progresista con posibilidades de gobierno, pueda o quiera dar este paso?

Por otro lado, a más largo plazo, tenemos una tarea de cambio político en la forma de Estado y evolucionar hacia una República.

En consecuencia, y visto lo visto, las próximas alternativas de progreso giran en torno al Partido Socialista. Sumar no se muestra como una alternativa. Es posible que IU y Podemos emprendan otro camino del que pueda surgir, a medio plazo, una alternativa que rompa con el bipartidismo, pero esa posibilidad no parece cercana.

miércoles, 12 de julio de 2023

LA AMBIGÜEDAD Y LO CIERTO

Nos han acostumbrado a vivir en la ambigüedad. No quieren que nos comprometamos con la verdad, que nos aproximemos, o, por lo menos, que descartemos lo absurdo o la mentira. Todo hecho encierra objetivamente una verdad, pero en lugar de descubrirla nos inhibimos y nos acogemos a la subjetividad. “Eso será para ti yo creo otra cosa” (siempre con el uso del verbo creer). Es esta una expresión habitual en cualquier tipo de conversación ante cualquier hecho, acontecimiento o creencia de otros. Sin embargo, la mentira es una pura invención de las personas. La mentira es una de las principales causas por las que el progreso humano esté estancado. La mentira, con el tiempo, es cada vez más usada y, lo peor, más asumida por los individuos. La mentira nubla la verdad objetiva y potencia la duda y establece la ambigüedad como regla del juego, hasta el punto de convertir la mentira en el instrumento manipulador del poder, a sabiendas de que no es la verdad.

 Hay una correspondencia entre el sistema capitalista y los comportamientos, la ausencia de valores y de una ética apoyada en la razón. Se impone el egoísmo a lo colectivo. La acumulación, la explotación, vivir del trabajo de los otros, vivir de las rentas, el miedo, la ambigüedad y la ignorancia, son fruto de un sistema de clases, que, a base de masajes por parte del poder, se convierten, como hemos dicho, en las reglas del juego sin que se manifieste la mínima contestación. La consideración social se basa en el poder adquisitivo de cada cual.

 Estas ideas se podrán entender con algunos ejemplos, aunque, es posible, que una mayoría no lo asuma:

Primero. Ejemplo de hecho vulgar y cotidiano: En cierto lugar, y cierto momento, un conductor circulaba correctamente, conforme a las reglas de circulación, por una rotonda de una carretera. De pronto, otro vehículo, de forma atropellada, adelanta al primero por la derecha aprovechando el estrecho arcén de la vía, lo que genera un encontronazo entre ambos. La verdad del hecho es que el primero tenía razón, pero el segundo intenta culparle, diciendo que fue el primero el que invadió el carril por el que circulaba. La vileza y la falta de madurez intelectual da lugar a la aparición de la mentira, lo que hace que nos movamos en la ambigüedad al relatar el hecho ante terceros. La autentica verdad del hecho  es la que es, aunque el hecho podría haber sido otro, lo que la verdad habría sido otra, pero siempre se correspondería con el hecho.

 Segundo. Entraré en otro caso que más que un hecho concreto es un factor inmaterial que envuelve a enormes colectivos sociales de diferentes culturas, razas y zonas geográficas. Me refiero a la creencia de muchos en seres, para ellos, divinos e inmateriales. Es aquí donde la ambigüedad alcanza sus cotas más altas.

Me refiero a lo que en nuestra zona se conoce como dios. El dios de las religiones cristianas. Las personas de estas sociedades se dividen en creyentes y no creyentes, aunque la vida de todos está marcada por la de los creyentes. Las fiestas suelen ser celebraciones religiosas. Lo que se conoce como historia comienza a partir de un hecho religioso proclamado por  la iglesia católica. De esta manera se dice para situar un hecho en el tiempo: antes de cristo (a de C) o después de cristo (d de C). La contabilidad del tiempo se hace a partir del mismo hecho: 2023 ahora.

Sin embargo, ese ser no existe. Es una creación de las personas. esa creación, en manos del poder, da lugar a la ambigüedad más generalizada. De la nada, como digo, surge una división entre creyentes y no creyentes. La ambigüedad es tan extensa que aparecen nuevas figuras alejadas de la nitidez conceptual. Así, por miedo o por ignorancia, aparece la figura de quienes se manifiestan con el “algo hay” o “yo no creo en los curas, pero algo habrá”. Lo de los curas es un negocio de enormes dimensiones que da lugar a un inmenso poder en todo el planeta.

 La verdad  de un hecho no debería ser necesario demostrarla, sencillamente con la observación o la descripción fidedigna sería suficiente. En este universal último caso, la verdad es la no existencia de esa “divina” figura. Sin embargo, se elabora la mentira que, de una o otra manera, se impone a los individuos de todo el mundo conocido.

Nota.

Repasando las miles de páginas escritas en estos últimos años, dedicadas en su mayoría al análisis del sistema socioeconómico, encontramos títulos tan sugerentes, al menos para mí, como En los límites de la irracionalidad, Reflexiones sobre la reflexión y el análisis, La dificultad de asumir la realidad, La vida y la fatalidad, Crisis del pensamiento, Miedo a asumir la realidad, Los aspectos psicológicos del poder, este mismo de La ambigüedad y lo cierto, y otros tantos, que sobrepasan al objetivo principal de mis análisis, y nos adentra en el campo de lo que podríamos entender como filosófico, por lo que me he convertido en un aprendiz de filósofo, con una diferencia: no busco el amor a la sabiduría, sino la interpretación de los hechos y acontecimientos, aunque soy consciente de que tiene la misma validez, es decir, en estos momentos ninguna. Pero, la verdad, ahora, es mejor hablar de filosofía que de política.


lunes, 19 de junio de 2023

ELECCIONES

 I Previo. Cuando, en este país, se dan situaciones políticas como la actual, aparece, entre sus pobladores, ese pesimismo generalizado de que esto durará poco y pronto gobernará lo que llamamos derecha, como forma más afín con el actual sistema socioeconómico. Además, la oligarquía busca maneras más reaccionarias que refuercen a esa derecha con aparente imagen moderada, es decir, el PP. De esta manera crearon esa formación que llamaron Ciudadanos, pero ante el fracaso, han recurrido directamente a reforzar al fascismo que en España se materializa en Vox, aunque no permitirán que sea más que un apoyo al PP, ya que un gobierno abiertamente fascista podría generar un revuelo que fuera más allá de un simple apoyo a la conocida izquierda moderada.

Además, algunos han analizado la trayectoria electoral y han establecido la regla de los ocho años o dos legislaturas de permanencia en el Gobierno. Entre unas cosas y otras, el mensaje optimista se sustenta en el esfuerzo que hay que llevar a cabo para romper con esa regla y con ese pesimismo histórico de ruptura del gobierno más progresista.

E. Wallerstein estableció una norma que denominó “La ley del trinquete” según la cual el proceso hacia una sociedad más avanzada, más democrática, se apoyaría en la alternativa y no en la alternancia de fuerzas políticas, que es la fórmula aplicada en países como el nuestro. El gobierno del PP con el apoyo de Vox supondría una involución con la supresión de leyes promulgadas en los últimos años.

II El actual Presidente del Gobierno, supongo que consensuado con sus Ministros, ha adelantado unos meses las elecciones generales para el día 23 de julio de este año, es decir, para dentro de mes, más o menos. El detonante ha sido los malos resultados en las Autonómicas y Municipales del 28 de mayo y el éxito del PP que globalmente supera al PSOE en unos 700.000 votos, lo que supone un 3% aproximadamente.

Con esta medida P. Sánchez, con arrojo, da un paso hacia adelante, convirtiéndose en protagonista este hecho, ante la celebración del éxito del PP, y evitando la permanente petición del adelanto de elecciones, lo que supondría un desgaste político y personal de los miembros del actual Gobierno.

En los últimos días, P. Sánchez ha propuesto un cara a cara con Feijóo durante seis semanas. Los del PP se acojonan. P. Sánchez les lleva, de nuevo, la delantera.

Hasta aquí, un resumen de la información que la mayoría conocemos o deberíamos conocer, ahora: el análisis.

III ¿Cuáles son los motivos que inducen a que una persona se decida por una o por otra de las opciones que se presentan a las elecciones?:

Los intereses personales, ojalá fueran de clase. La ideología propia o inducida. La razón.

Puede ser un único factor, pero, por lo general, suele ser una mezcla de todos ellos, salvo aquellos que lo hacen sin criterio alguno muy ligado a quienes lo hacen por ideología inducida, sector mayoritario al que nos referiremos con detenimiento.

Votar por los intereses personales es, en la clase trabajadora, una forma razonable de votar a aquellos que trabajan por la mejora de las condiciones de vida del votante económicamente más débil, como por ejemplo el aumento de los ingresos, la mejora del acceso a la vivienda, la igualdad, etc. No cabe duda que aquellos que tengan unas condiciones de vida muy por encima de la media intentarán mantenerlas votando a grupos conservadores, salvo que algún otro de los motivos prevalezca. Sin embargo, esta norma no se ajusta a la realidad. Un gran número de votantes de la clase trabajadora votan a partidos que van o irán en contra de sus intereses.

El voto ideológico, como decimos, puede ser ajustado al ideario personal o inducido por el poder dominante. En el primer caso, suele ser un voto de izquierdas, y pertenecer a personas íntegras, a quienes les gustaría un sistema diferente, y trabajan, en la medida de sus posibilidades, y de su voluntad, para conseguirlo.

Sobre el voto inducido es necesario preguntarse: ¿Qué clase de personas necesita el poder en un sistema como éste? 

Necesita hombres y mujeres que cooperen sin rozamientos en grandes grupos, que deseen consumir cada vez más, y cuyos gustos estén estandarizados y fácilmente puedan ser influidos y previstos.

Necesita hombres que se sientan libres e independientes, no sometidos a ninguna autoridad, a ningún principio, a ninguna conciencia; pero que quieran ser mandados, hacer lo que se espera de ellos y adaptarse sin fricciones al mecanismo social. (E. Fromm).

Este, el voto inducido, constituye el grupo mayor de individuos de este tipo de sociedades, lo que desvirtúa la idea y la práctica de democracia. Los medios de comunicación, como tantas veces hemos dicho, son una potente herramienta del sistema para frenar el avance hacia la igualdad. En la actualidad, es algo contra quien tiene de combatir el actual Gobierno. No hay ninguna cadena o emisora neutral, ni tan solo las públicas. Grandes masas que apoyan a la derecha son embaucadas y sufrirán el deterioro de su medio vital con las políticas que llevarán a cabo aquellos a los que han votado. El caso más sangrante es el de la Comunidad Autónoma de Madrid. Le otorgan la mayoría absoluta a quienes recortan, y seguirán hasta suprimir, los servicios públicos.

En este caso, subyace una sociedad con un bajo nivel de capacidad intelectual de la que se aprovecha el poder dominante. Por este motivo hace muy poco para universalizar una población pensante.

 Hay otra forma para elegir el voto que está por encima de intereses o ideología que consiste en pensar, al alcance de muy pocos, haciendo uso de la razón. Por lo general, esta opción suele coincidir con un pensamiento de izquierdas y se suele ejercer con miras más amplias, pensando, en primer lugar, en la eficacia de aquellos a los que se vota y, en segundo lugar, en la imagen del país cara al resto del mundo.

 IV Ante las próximas elecciones de julio, de sus resultados, hay una diversidad de opiniones, más o menos interesadas. De todas ellas destacan dos entre la clase trabajadora: quienes, en aras de ese pesimismo habitual, y de los resultados de las elecciones de mayo, creen que ganará la derecha. Por otro lado, quienes piensan que “reinará” la razón y se apoyará a los grupos de izquierdas para, al menos, mantener las medidas de progreso llevadas a cabo en los últimos años, aproximándonos más lo que podría ser una alternativa y no una alternancia.

miércoles, 26 de abril de 2023

LA DESDICHA DE LA IZQUIERDA

 

La izquierda a la que hago referencia no es esa a la que se refiere ese término ambiguo que forma parte del binomio en el que en el otro extremo está la derecha, sino a aquella que está por la  “superación  del capitalismo y el avance hacia una sociedad sin explotación y sin alienación, hacia un socialismo concebido como la plena realización de los derechos humanos y la profundización de la democracia”. Esa es la esencia de la izquierda real.

Ante la trayectoria de la izquierda nominal cabe la pregunta: ¿existe una organización oculta que trabaja para que esa izquierda real se vaya desvaneciendo o es su propia capacidad autodestructora?

Evidentemente el sistema capitalista no va a permitir su transición a otro sistema como ese que proclama la izquierda. Por el contrario, pondrá todos los inconvenientes para que eso no ocurra. Para ello dispone de instrumentos más que suficientes. Cuenta con una clase dominante que dispone del dinero y de su control, de unos medios de difusión, de las religiones y de una sociedad de baja capacidad intelectual, manipulable y adaptada a las normas marcadas por el poder. El sistema ha adquirido vida propia y no necesita inyectar demasiada energía para que la cosa funcione a su antojo. Por eso, pensamos que no hay necesidad de que un equipo oculto y específico se dedique a destruir todo aquello que perturbe su funcionamiento, ni la correlación de fuerzas.

El afán de protagonismo es un elemento que juega a favor de esa pérdida de identidad de esa izquierda real, de esa izquierda que solo anida en el imaginario de algunos hombres y de algunas mujeres, que choca frontalmente con una sociedad como la actual. Distinguiremos pues entre lo que vulgarmente se conoce como izquierda y esa izquierda real en la que se  incluye a todas y todos que quisieran un cambio en profundidad, formen parte o no de instituciones políticas.

En estos momentos, lo que se conoce como izquierda, esa izquierda formal, esta repartida entre Podemos y Sumar, sin que se sepa quienes participan de ambas formaciones. ¿Dónde se encuentra Izquierda Unida, y el Partido Comunista?, victimas de esa desdicha a la que nos referimos en el enunciado. Más abajo comentaremos esas erráticas carreras que han sufrido a lo largo del tiempo.

Las encuestas, manipuladas todas, dicen que si se unieran saldrían beneficiadas. Sin embargo, parece que si van separadas puede ser el derrumbe de ambas o, al menos, de una de ellas. El sentido común avala los diferentes resultados de esta dualidad (juntos o separados).

La posibilidad de que surja una formación política fuerte en las próximas elecciones se enfrenta a varios inconvenientes: el propio sistema de elección que en la mayoría de los casos pierde el carácter de proporcionalidad, la inmadurez intelectual de la mayoría del electorado y la desorientación de la parte más ideologizada de no saber donde se encuentra esa izquierda transformadora, y que opte por la abstención.

 La situación actual de división o deserción de las fuerzas que representan a la izquierda no es nueva. La desdicha a la que aludimos viene de mucho más atrás.

 Desde el X congreso de 1981 hasta el XV de 1998 el PCE ha sufrido transformaciones y divisiones perdiendo capacidad revolucionaria, militantes y votantes.

Es el 1986 cuando cambia de estrategia y, junto a otras fuerzas, se crea Izquierda Unida(IU) que va obteniendo un apoyo electoral irregular, consiguiendo la máxima representación con Julio Anguita como líder de la coalición.

Pero, en esa dinámica de divisiones, IU sufrió una fuerte agresión al aparecer una nueva corriente convertida en partido independiente, el PDNI creado por Cristina Almeida en 1997.

 En enero de 2014 se fundó Podemos como partido para presentarse, por primera vez, a una convocatoria para las elecciones europeas. A Podemos, los analistas, en ese espectro político, lo sitúan entre la izquierda y lo que llaman extrema izquierda. Los resultados en esa convocatoria y en las siguientes son espectaculares. Pero como viene siendo habitual a lo largo de la historia aparecen las escisiones cargadas de egos. Iñigo Errejón creó una división importante dando lugar a una nueva formación, Más País, y reduciendo, en consecuencia, la militancia y los electores de Podemos. Por otro lado, los andaluces se desmarcan por la izquierda creando, también, una nueva formación. Todas las corrientes convergentes que le dieron fortaleza a Podemos se van diluyendo, debilitándole políticamente.

En la convocatoria de mayo Sumar no se presenta, sin que haya dado pistas de a que grupos apoyará. Parece que no lo hará con Podemos.

El futuro es incierto, pero todo apunta a la pérdida de apoyo a Podemos, si no a su desaparición del panorama político.

Sumar se confiesa como un grupo de ideología socialdemócrata como alternativa al Partido Socialista, por lo tanto, esa izquierda añorada por algunas y algunos, es difícil encontrarla representada en las actuales formaciones.


viernes, 6 de enero de 2023

DEMOCRACIA DOS: de su inicio a la actualidad

 

El análisis queda limitado a este breve espacio al que, como unidad territorial, aunque no asumido por todos, llamamos España, con sus peculiaridades e idiosincrasia. Tal vez, en lo básico tengamos algo que ver con países vecinos.

 Este periodo que se conoce en nuestro país como democrático, arranca con la muerte de un dictador y el nombramiento de un rey Borbón de una manera chapucera. El verdadero sucesor de la Corona no llegó a ejercer nunca como Rey por imposición del Dictador, quien preparó como su sucesor al hijo de aquel a quien le correspondía el puesto. El pueblo, masacrado y sometido a un régimen autoritario, no conoció la forma de vivir en libertad. La brutal Dictadura que sufrimos durante 40 años marcó una impronta sobre todos nosotros, marca que perdura, en muchos, en los tiempos que corren.

 Solamente un movimiento político, el PCE, se enfrentó al Régimen a costa de la persecución, la represión, la cárcel e, incluso, la vida en algunos casos.

Otros grupos se fueron formando en la etapa del tardofranquismo apoyados por países vecinos y por poderes internos. Otros surgieron directamente del régimen fascista.

 De las pocas palabras que este país ha aportado al diccionario político es la de transición. Un periodo inédito impuesto a una ciudadanía aturdida, y, por lo tanto, sin su participación. Los primeros gobiernos fueron formados directamente por franquistas. Las amenazas de golpes cuarteleros fueron constantes hasta que definitivamente un guardia civil, pistola en mano entró en el Congreso y secuestró al Gobierno y a los Diputados durante unas horas. Hasta el momento, no sabemos quiénes organizaron esta especie de circo. Lo que si es cierto es que este hecho puso fin a esas constantes amenazas.

Las elecciones eran cercanas a esa intentona. El PSOE, un grupo creado en despachos, apropiándose de las siglas de un viejo partido, llevó a cabo una perfecta campaña (sin que, a día de hoy, se sepa quién la pagó, aunque hay sospechas). El éxito fue espectacular. Los individuos con talante izquierdista, aunque desde la ignorancia, se volcaron en unos líderes de nula trayectoria política. Sin embargo, los resultados de los verdaderamente luchadores contra la Dictadura fueron discretos. El miedo y la influencia de falsas leyendas ejercieron su papel.

A partir de ese momento, 1982, se estableció un largo periodo de estabilidad política y social, a pesar de una dura lucha obrera contra lo que se conoció como “reconversión industrial”, aunque esta operación fue localista y sectorial. Ahora, a la vista de los perfiles y comportamientos de aquellos dirigentes, podemos concluir que vivimos engañados. Evidentemente tuvieron lugar algunos acontecimientos que supusieron algunas ventajas para el pueblo llano, pero era necesario para mansedumbre de la ciudadanía. Aunque lo más relevante es que el ejército se tranquilizó y, sobre todo, que la oligarquía, el poder económico, apoyaba al poder político. Fue la corrupción la que acabó con aquel periodo.

A partir del final de ese periodo entramos en una nueva etapa que podríamos denominar de alternancia en la que fuerzas políticas diferentes se alternan cada 8 años, es lo que a mi me gusta llamar la alternancia cada dos legislaturas. Una fuerza muy reaccionaria encarnada por el PP sustituyó a los socialista y se mantuvieron durante 8 años para ser sustituida, posteriormente, por los socialistas que se mantienen, a trancas y barrancas, otras dos legislaturas. Vuelven los del PP que, tras una etapa de corrupción como nunca se había producido, fueron expulsados mediante una moción de censura en el Congreso.

En este nuevo cambio se suceden dos hechos inéditos y sucesivos. Primero el éxito de una moción de censura, segundo, un Gobierno de Coalición formado por socialista y fuerzas a su izquierda: Unidas Podemos, lo que tendrá influencia en las más importantes decisiones que se han tomado en este periodo.

Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno, será reconocido por los sectores más progresistas de este país como el mejor dirigente político que hemos tenido. Es capaz de negociar con sus socios y de tomar decisiones que favorecen a los más débiles. Es un gobernante incómodo para los poderosos, que están manejando en su contra, y de todo el  Gobierno, todos los instrumentos a su alcance. De esta manera, todos los medios de comunicación, incluso los públicos, se han convertido en una maquinaria antigubernamental. Un equipo de reaccionarios se han convertido en agentes de opinión que en lugar de informar se dedican a difamar y a manipular.

 El hecho de que por primera vez se lleve a cabo una nítida política de progreso, ha puesto al descubierto la farsa de los dirigentes de los primeros Gobiernos que surgieron a raíz del 82. Felipe González y Alfonso Guerra se han convertido en los mayores opositores del actual Gobierno de progreso. A ellos le siguen todos los que gobernaron en sus equipos. Por desgracia, algunos de ellos continúan en activo. Son indecentes las declaraciones de presidentes de algunas Comunidades Autónomas con mayorías socialistas.

 Por último, destacar que este periodo que se conoce como democrático arranca en una  situación farragosa con un pueblo temeroso y amenazado permanentemente por el ejército hasta que la oligarquía pacta con un falso grupo socialista que abusando de unas siglas históricas engañó a una sociedad políticamente ignorante.

Por otra parte, destacar la ausencia de reconocimiento de los verdaderos combatientes de la Dictadura lo que denota la falta de madurez política y, en general, intelectual de una sociedad que asume sin pudor las reglas de un sistema de desigualdad.

martes, 6 de diciembre de 2022

DEMOCRACIA

Desde la ingenuidad, en mayo de 2011, distinguía entre democracia representativa y democracia participativa, apostando por esta última, en la creencia de que militando en posiciones políticas de progreso podríamos lograr un mundo mejor. Creía en la ley del trinquete de I. Wallerstein. No sé si estaba entonces plenamente convencido de que ese  proceso de avance de progreso sería superior al posible retroceso, pero hoy no lo pienso.

La democracia, esta democracia, es una estrategia que se ha convertido ahora en el parapeto político de un sistema injusto tras el cual toda actuación se legitima por el mero hecho de estar encuadrado en lo que no es otra cosa que una mera fachada para mantener la mansedumbre de las masas y para contener cualquier intento de rebeldía. De esta forma hemos llegado a donde estamos. Este es un sistema al que le va mejor un gobierno conservador, reaccionario, es decir, que no crea en la democracia. Pero que admite gobiernos que aprueben medidas que favorezcan, con moderación, a los de abajo, como es el caso en el que estamos ahora, pero que deje indemne el sistema de desigualdad.

Cuando, en este país, se dan situaciones políticas como la actual aparece, entre sus pobladores, ese pesimismo generalizado de que esto durará poco y pronto gobernará lo que llamamos derecha de forma estable. Además, la oligarquía busca formas más reaccionarias que refuercen a esa derecha con aparente imagen moderada. De esta manera crearon esa formación que llamaron Ciudadanos, pero ante el fracaso, han recurrido directamente a reforzar al fascismo que en España se materializa en Vox, aunque no permitirán que sea más que un apoyo al PP, ya que un gobierno abiertamente fascista podría generar un revuelo que fuera más allá de un simple apoyo a la conocida izquierda moderada.

 En ese juego verbal de izquierda-derecha, hay que decir que los partidos que se sitúan en esa banda de progresía moderada sí que respetan las reglas democráticas, porque sus militantes y votantes creen en la democracia, aunque deberían ser conscientes, sobre todo los votantes, que jamás se logrará una verdadera sociedad democrática manteniendo las estructuras actuales. Así, cuando gobierna el sector reaccionario, se respetan las reglas del juego y se hace una oposición constructiva. Sin embargo, cuando son los grupos más progresistas los que gobiernan no ocurre lo mismo. La oposición actual, el PP, se convierte en un arma destructiva cuya única misión es eliminar al Gobierno para ocuparlo ellos, en la firme convicción de que es a ellos a los que les corresponde ocupar el poder político. Esta creencia es compartida con la Iglesia, la Policía, el Ejercito, el aparato judicial y ,por supuesto, la oligarquía.

El actual Gobierno se queja de que no negocian (el PP) en casos tan sangrantes como la renovación del CGPJ. El problema fundamental es que no saben, porque ni tan siquiera admiten la actual forma de alternancia. Pero lo más indignante, desde la óptica del progreso, es que existe un importante número de individuos que les apoyan, lo que nos genera una tremenda tristeza, que nos arrastra a la desesperación y, admitida la negación de la ley del trinquete, nos aleja de un camino de progreso en forma de alternativas cada vez más encaminadas a la igualdad. Y esto es lo que hay.

Nota. Aunque pudiera parecerlo no son los acontecimientos que se celebran en estas fechas de aniversario las que me llevan a escribir este breve relato (que, por su naturaleza, podría ser mucho más extenso), sino las razones por las cuales el PP mantiene esta posición destructora en la oposición.

 


viernes, 11 de noviembre de 2022

SE ME DERRUMBARON LOS MITOS

 

“Gentes, con aparentes formas de progresía, no deberían confundirnos porque intentan dar una imagen de izquierdas, pero sus comportamientos son semejantes a los de los ricos sin aparentes diferencias”.

http://ajgilpadilla.blogspot.com/2022/09/la-etica-y-la-moral-extraido-de-un.html

El 15 de septiembre escribí este artículo en mi Blog. Un amigo, de estos del alma, resaltó ese párrafo. Ahora, en este mes de noviembre, vuelvo a esa idea porque he escuchado algún comentario sobre “ilustres” con ese perfil, elogiándolos, y esto hace que me reafirme sobre lo que dije al encontrar nuevos argumentos que refuerzan el contenido de esa expresión.

Eso de la izquierda o la derecha son etiquetas de contenido vano, señales que se colocan como un pin, sin reflexión y sin conjugar esa apariencia con los comportamientos de cada cual.

Una sociedad ignorante es un buen caldo de cultivo para crear becerros de oro nacientes del mundo de la información, del deporte y la farándula. Ídolos formados a base de mensajes y masajes a los que se les añaden méritos inmerecidos. Ídolos a los que se les derrumba el pedestal en el momento que arañas un poco ese pie de barro y comparas esa apariencia pseudo progre con sus comportamientos y modo de vida.

En la lógica más elemental es conveniente analizar la coherencia entre las ideas y los comportamientos y los sentimientos. Claro que para ello es necesario tener ideario propio.

Al margen de las filiaciones o simpatías con unos u otros grupos políticos están los sentimientos y la coherencia vital con una u otra tendencia: capitalismo o comunismo, y siento ser en esto digital, pero no veo posiciones intermedias.

Comunismo Es una concepción de la vida que anida, exclusivamente, en el deseo, en el ideario y en el imaginario de los que componen un determinado sector social, pero merece la pena seguir avanzando en la idea para que algún día  pueda convertirse en realidad. Ensayo prematuro en la Unión Soviética.

Capitalismo Asociado a Plusvalía, acumulación y desigualdad. Capital es la cantidad de fuerza de trabajo de la que se apropia el patrono. Acumulación dineraria virtual, fruto de la especulación (lo que se conoce como economía financiera).

 El hecho de vivir en un sistema socioeconómico de corte capitalista condiciona los deseos y comportamientos de los individuos que habitan estas sociedades. La legislación habitual es una cobertura protectora de esos comportamientos y son considerados como algo normal, aunque potencien la desigualdad. Así, ese afán de acumulación fuerza a los individuos hasta el estrés. De esta forma, si la capacidad económica real o potencial lo permite se compra uno una vivienda, o varias, ajenas a la vivienda habitual, y se alquila a otros carentes de vivienda propia. Se establece, así, una manera de obtención de ingresos a costa de otros. Es lo que se llama vivir de las rentas, la forma más miserable de pervivir. El sistema lo admite y lo potencia, y el pueblo llano lo ve con absoluta normalidad.

 Luego, como decimos al comienzo, está eso de los famosos que se granjean esa fama de izquierdistas. En lo concreto, alguien me citaba, el otro día, a J. Sacristán, J. M. Serrat, I. Gabilondo, etc., como personas con ese perfil. Un perfil creado artificialmente, sin una base ideológica sólida, sin una práctica política conocida. Individuos enriquecidos, con un copioso patrimonio y con un deseo de acumulación tan enfermizo como el de los más fieles explotadores. Si no fuera así como se explicaría esas giras de actuaciones a una edad avanzada cuando ya se han perdido sus facultades cantoras y de otro tipo. El pueblo les admira, desea estar junto a ellos y les mantiene en ese pedestal de la ignorancia. Sólo a algunos se nos derrumbaron esos mitos de épocas anteriores. A esos algunos nos queda la dignidad de gentes como Paco Ibáñez, Javier Krahe, etc. Pero esto no se circunscribe al mundo de la música, se extiende al terreno del cine, del teatro, del deporte y de la información.

 

 

jueves, 15 de septiembre de 2022

LA ÉTICA Y LA MORAL Extraído de un escrito más amplio relativo a los comportamientos

 En esto de los comportamientos, aunque sea para negarlo, es imprescindible hablar de ética o moral, por eso estos términos aparecen de forma repetida en el conjunto de ese escrito. Es necesario llevar a cabo un desarrollo, de manera que cuando lo mencionemos lo hagamos con precisión, alejados de la ambigüedad.

Ya hemos tratado la ambigüedad en otro apartado. Esto de la ética y la moral se encuentra en ese marco de lo ambiguo.

Esos términos, con esa característica de imprecisión, se viene tratando en el ámbito educativo, e, incluso, con cierta asiduidad, en el lenguaje vulgar, aunque no se sepa muy bien lo que se quiera decir. En los textos de filosofía de la enseñanza secundaria, en mis tiempos, aparecía un bloque con ese título: Ética y Moral, basado en los textos de los clásicos griegos. Supongo que la tarea del alumnado era simplemente aprendérselo de memoria, pero sin que aquello influyera, en lo más mínimo, en las conductas de cada cual.

La mayoría de las definiciones encontradas en “la enciclopedia Google”, incluida las de la RAE, no distinguen una cosa de la otra. Buscamos Ética y nos dicen: “Disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano”. Luego buscamos Moral: “Disciplina filosófica que estudia el comportamiento humano en cuanto al bien y el mal”.

De todo lo visto podemos deducir del tratamiento que se le da allí donde se menciona, que tanto la ética como la moral, sin que podamos distinguirlo, tienen que ver con el bien y el mal, y con los comportamientos. Pero no se aclara que se considera el bien o el mal, ni, sobre todo, los valores y contravalores que determinan una cosa u otra.  Pero lo más importante es que  lo que no se hace en su tratamiento es vincular los comportamientos al modelo socioeconómico vigente en cada momento.

En la literatura ad hoc, tampoco se aclara con precisión que es eso de ética o moral. A lo más que se llega es a citar los términos en el texto. “Es éticamente reprobable”, “su comportamiento ético…”, etc.

 Las religiones cristianas establecen unas normas en forma de mandamientos y dogmas que aunque obligan a los creyentes han marcado ciertas pautas que alcanzan a la mayoría de la población de occidente. Por otra parte, en 1948 se redactó La Declaración universal de los DDHH, pero su aplicación se reduce a su lectura, de vez en cuando.

Porque todo ello se encuadra en un sistema capitalista, ya que en otro diferente las acciones que se llevan a cabo contra la igualdad y la justicia serían comportamientos delictivos. Porque la explotación, el vivir del trabajo de otros, vivir de las rentas, la acumulación, la manipulación, la mentira, etc. deberían ser delitos, desde la óptica de lo humano.

El poder en un sistema injusto, desde la óptica de la desigualdad, imponen el ideario a una población débil, incapaz de elaborar el suyo propio.

En consecuencia, ética y moral se limitan a ser una disciplina académica poco relevante. Por lo que es preferible hablar de comportamientos en una sociedad, en su mayoría, dirigida por el poder dominante. En una minoría de oposición al sistema se entremezclan comportamientos variopintos sin que exista unas reglas que unifiquen mínimamente dichos comportamientos. Las ideologías se han difuminado hasta su total desaparición, por lo que hay que conformarse con el ideario de cada cual. El materialismo histórico, como base ideológica, ha desaparecido de los partidos políticos denominados, en otros tiempos, de izquierda.

 Por lo tanto, olvidémonos de la ética y de la moral y conformémonos con tratar los comportamientos cívicos de cada cual. Las religiones, en estos lares, cada vez tienen menos influencia en generaciones jóvenes, si bien es cierto que ha dejado importantes secuelas en los que ahora ya somos viejos, aunque la tecnología está contrarrestando ciertos hábitos y costumbres de carácter religioso.

Como digo, en unas sociedades mansas se habla y se actúa tal como quieren quienes las dirigen. En esa minoría que se escapa, y que me atrevo a calificar de pensante, no hay unanimidad en sus comportamientos. La vida en sociedades como la nuestra la convivencia es tan compleja que da lugar a comportamientos que, aunque con similares intenciones, son diferentes. Lo que ha desaparecido, en todos los ámbitos, es la protesta, la subversión y, no digamos, las acciones revolucionarias. Gentes con aparentes formas de progresismo no deberían confundirnos, porque intenta dar una imagen de personas de izquierdas, pero sus comportamientos son semejantes a los de los ricos sin aparente diferencia. El deseo de acumulación está tan generalizado que ha pasado a la categoría de normal.

Las ONG y esas fundaciones “filantrópicas”, en el marco de los comportamientos, son simplemente negocios más o menos sucios que sirven al sistema como válvulas de escape para tranquilizar conciencias imprecisas y confusas. 

Nota. Mi posición personal, según la concepción ética, consiste en que mis comportamientos se soportan sobre la razón, la igualdad y la justicia.


lunes, 1 de agosto de 2022

LOS DEPREDADORES DE LA HUMANIDAD Entre la realidad y la distopía

 

Tal vez todo sea un entramado destinado a eliminar, por cualquier modo, a los humanos, pero la cara visible son los esbirros de los medios de comunicación, algunos muestran sus rostros, otros utilizan la pluma o la voz. En esta tarea depredadora hay que añadir a los tertulianos y todos los programas basura de los canales de ámbito estatal. Decimos depredadores porque la destrucción comienza con anular la mente y, una vez conseguido, es posible, incluso, la autodestrucción.

Alguien me dijo una vez que había oído que en este planeta sobrábamos unos mil quinientos millones de personas. Por el contrario, hubo una época en la que el desarrollo industrial, en la zona más industrializada, estaba necesitado de mano de obra, tratada como una mercancía más. La tecnología ha sustituido la mano de obra por medios automáticos o informáticos. Los habitantes de lo que se conoce como países desarrollados solo les servimos al sistema para consumir, pero a pesar de ello debemos sobrar, y, en esa contradicción, se inclinan por reducir la plantilla. Si no fuera así, no entenderíamos la tortura a la que nos someten de forma continua, a través de los medios.

 Los grandes centros de poder deciden, de forma unilateral, cuándo estamos en crisis y cuando no. Las crisis se declaran cuando los beneficios no son crecientes, cuando la acumulación se estanca, respondiendo, así, a la más pura regla del capitalismo.

 Una panda de “informadores”, con escasa materia gris, repartidos por los diferentes medios de comunicación, son la mano tonta  de esa tarea de eliminar, por la vía del desgaste físico (hambre) o psicológico (tortura, idiotez extrema) a los seres de la Tierra, al menos en países como este. Tal vez ni ellos mismos lo sepan, son meros instrumentos elegidos, pero así es. Ellos son el preámbulo de lo que será la manipulación cibernética a través de máquinas. Desde luego, ya han conseguido atontar a más de media humanidad, y anular la poca o mucha conciencia del propio ser de los individuos. Los más concienciados también caerán. Estos ya no ven ni oyen los informativos, pero el mero hecho de saber que existe tal situación los llevará al abismo. Tal vez sean los primeros en desaparecer por desesperación.

Estos “comunicadores” utilizan, sin que ellos lo sepan, la técnica que los psicólogos llaman la profecía autocumplida, lo que en palabras llanas podría ser eso de “piensa mal y acertarás”, es decir, nos anuncian, de antemano, los futuros desastres, y el pueblo llano se los toma al pie de la letra: nos dicen, ahora, en verano, que el otoño será horroroso que habrá una nueva crisis. Y poco a poco van introduciendo cambios a peor que van minando a las clases con mayores problemas, a los más débiles. Lo que pasa es que la marea se extiende y cada vez se ven involucrados sectores más pudientes. Esto nos recuerda aquello que se le atribuye a Bertolt Brecht, aunque ahora se dice que es de otro: primero vinieron a por los comunistas, pero yo no era comunista…

Son los portavoces del desastre y profetas del caos. Contabilizadas!!!, son, a veces, hasta siete noticias seguidas de calamidades las de los informativos televisivos, con sus imágenes de fuego, de inundaciones, de altas temperaturas con unos mapas con colores agresivos que te acojonan. Luego viene la amenaza: mañana será peor. Te lo dicen como haciéndote a ti responsable, como si un humilde ciudadano pudiera remediarlo.

Según estos genios de la información, este verano, aquí en este país, y por extensión, en el mundo entero, este año es el más caluroso de la historia, por lo que estamos abocados al desastre final, porque el cambio climático es el vehículo que nos lleva a ese ocaso. Tal vez por confirmar esos tristes destinos de la humanidad, o por acabar con ella a base de disgustos, niegan cualquier información que diga que en tiempos pasados también los veranos eran calurosos. Es más, hacen del cambio climático la bandera del progresismo y su negación lo ubican en la extrema derecha. Pero nada más lejos de la realidad. Hay una crítica desde las posiciones más progresistas que piden explicaciones de lo que se ha convertido en un cajón de sastre en el que todo cabe. Cualquier acción que los humanos de a pie lleven a cabo dicen que perjudica el medio, y le hacen responsable  de potenciar el cambio climático. Pero en el fondo, los individuos son meros consumidores, imbuidos por la propaganda, que compran coches contaminantes, consumen energía eléctrica, gas y gas-oíl para tener una vida algo más confortable. Son las grandes corporaciones y las productoras de combustibles fósiles las que incitan al consumo, y, en consecuencia, los responsables de ese cambio climático, que, en el fondo, no sabemos, de una manera científica, en qué consiste. Por cierto, es la extrema derecha la que está detrás de los más poderosos. Tal vez esta sea la razón por lo que niegan ese cambio, o lo que sea.

 La audiencia de estos depredadores de la especie se limita a un sector ya un tanto envejecido, del cual algunos nos escapamos. Para la niñez y la juventud tienen otros instrumentos anulatorios de su propio ser. La electrónica, junto a la informática, han cogido un camino que les anula el pensamiento a través de esos sofisticados dispositivos que se multiplican y perfeccionan día a día.

 Las noticias amenazantes las sueltan sin ningún tipo de reflexión, e incluso como presumiendo de darla. En aras de esa profecía autocumplida, intentan crear situaciones horribles que tendrán lugar, aunque sin el apoyo técnico adecuado. Hoy me dicen que un diario, de tantos de los que circulan, anuncia  una “Filomena” de verano, lo que supongo que quieren decir, que es una ola de calor, pero como con el caso de la Filomena real nos castigan de forma extensa e intensa, se trata de meter el miedo en el cuerpo. Lo peor es que el pueblo llano se identifica con la noticia y se convierte en amplificador para propagarlo. Aparece la dimensión agorera de este ser nuestro, un sentimiento que se pone siempre en lo peor.

En el desmadre de la manipulación, haciendo zapping, pillé el final de un programa en el que el presentador, un imbécil convertido en filósofo, intentaba auto justificar su mísera existencia insultando a toda la humanidad diciendo que todos somos una piltrafa cargados de todos los defectos que no caben en el diccionario del insulto. Un miserable con suerte que el sistema ha hecho rico a base de embrutecer y enajenar a una masa perdida para una causa de mejora de la razón. Un ignorante que tira por tierra la lucha, el sufrimiento, el esfuerza e. incluso, la pérdida de la vida de muchos por la igualdad, la verdadera libertad y la justicia.

Estos son los estómagos agradecidos que ha elegido el sistema para deshumanizar, maltratar e, incluso, destruir a unas sociedades ya de por si castigadas durante décadas. Serán ellos los primeros en sucumbir. Por dinero han perdido lo poco que les quedaba de esa condición de la que erróneamente presumimos. Por eso, no son el espejo en el que mirarnos, porque ya no existen, son la basura que terminará en el vertedero más putrefacto de la historia.