jueves, 22 de noviembre de 2012

LA “CRISIS” QUE NO TOCA FONDO Y LA ASIMETRÍA SOCIAL




Cuando se ignora la verdadera naturaleza de los acontecimientos, o cuando se quieren ocultar, los que mandan recurren a clichés, a simplificaciones que calan sin la mínima reflexión en las mayorías sociales que necesitan esas recetas para sobrellevarlo, aunque lo que se anuncie o se propague sea la concreción de una situación vital que les perjudica. Dejarse llevar por el ritmo cínico e hipócrita que marcan quienes están al servicio de un sector invadido por la codicia es una muestra evidente de la debilidad intelectual de esta especie nuestra.
La crisis económica es el término al que se recurre ahora para ocultar un estado de cosas que tiene mucha más enjundia de lo que nos quieren hacer ver. La crisis se ha convertido en el cajón de sastre en el que todo cabe, privándole a la expresión de su verdadero significado. Las crisis económicas, para que puedan  ser consideradas como tal, deberían ser hechos de carácter coyuntural, no pueden permanecer en el tiempo sine die. Una crisis, en el más amplio sentido del término, es un tramo temporal con un comienzo y un final. Acaba con la recuperación y la vuelta a una situación análoga a la anterior o con el final de esa situación. Ahora nos están mintiendo intencionadamente diciendo que la crisis en la que, según la propaganda, estamos inmersos acabará, pero no se sabe cuándo. Antes era en el 2012, después en el 2013, ahora los políticos que gobiernan este país nos dicen que habrá recuperación en el 2014, algunos hablan del 2020, pero en estos momentos nadie con sentido común se atreve a pronosticar el final de esta crisis que, según nos han ido contando desde los ámbitos de poder, para ocultar la verdadera realidad, ha ido adquiriendo, a modo de metamorfosis, diferentes formas: inmobiliaria, financiera, económica, etc.
Ningún gobierno de turno, ni ningún medio de comunicación, se atreven a decir que lo que se está produciendo es la “crisis sistémica final” o, en términos más precisos, la quiebra del sistema capitalista. Pero interesa mantener el engaño para distraer a la masa y para que unos cuantos sigan viviendo del cuento mientras esto dé de sí. Nadie considera en estos tiempos  que fuera una simple crisis económica el paso del feudalismo al capitalismo, proceso que se prolongó,  al menos, durante doscientos años.
El falso anuncio de crisis económica, sin acotar principio y fin, es, en suma, una estratagema para seguir manteniendo esas enormes desigualdades entre unos y otros sectores sociales, cuando no para incrementarlas. Es, además, una medida de resistencia para mantenerse a flote en un barco que se hunde sin remedio.

Pero, en este tiempo de confusión y de mentira, no todos los sectores sociales se encuentran en la misma situación, lo que origina una asimetría vital, o “crisis asimétrica”, que complica las cosas e impide, en gran medida, una revuelta generalizada. Esa asimetría vital o social se manifiesta a diario en el espacio internacional y, particularmente, en diferentes ámbitos de esta sociedad nuestra, dando lugar a contrastes o contradicciones que desbordan los límites de la razón:
  • Las clases populares se empobrecen al mismo ritmo que las grandes fortunas aumentan, o que aparecen bolsas de nuevos ricos.
  • Las desigualdades se agudizan incluso entre lo que se conoce como “clase media”: la pobreza en nuestro país se ceba sobre más de doce millones de personas, mientras otros sectores de trabajadores siguen manteniendo un desahogado nivel de vida. Quizás sea éste uno de los principales motivos por los que  no se produce una agitación social generalizada.
  • Las actuales manifestaciones y demás actos de protesta se nutren de ese amplio sector social que vive sin demasiadas apreturas mientras que quienes se encuentran en la más absoluta penuria no acuden masivamente a  estos eventos.
  • Muchas y masivas manifestaciones en la calle no se traducen en logros, lo que muestra que las acciones de otros tiempos no son válidas, por lo que habría que buscar nuevas fórmulas más efectivas.
  • Desahucios: los bancos se apropian de los pisos, los pobres tienen que seguir pagando el crédito después de ser desalojados de sus viviendas.
  • Las mayorías votantes eligen a unos supuestos representantes que luego gobiernan en contra de sus intereses  y restringen sus derechos.
  • Los políticos, supuestos representantes de la soberanía popular, se blindan custodiados por la policía mientras los ciudadanos protestan en las calles, e intentan rodear el Congreso para manifestar su descontento con los que se sientan en los escaños.
  • La Monarquía se divierte entregando premios en Asturias a futbolistas, y a otros tantos, mientras los ciudadanos  protestan en los aledaños de los palacios por las medidas llevadas a cabo por el Gobierno de turno.
  • La corrupción es práctica habitual en todas y cada una de las instituciones públicas; sin embargo, esto no supone ningún coste a los elementos que se corrompen.
  • Los medios de comunicación manipulan la información, los tertulianos reciben excelentes emolumentos y el pueblo llano, sin voz ni voto, se deja llevar, sin indignarse,  por los absurdos pseudodebates de esos individuos de baja talla  intelectual.
  • Unas clases privilegiadas (políticos, deportistas, agentes de los medios de comunicación, etc.) consumen lujo mientras amplias capas sociales tienen que recurrir a la caridad para poder comer.
  • El actual Gobierno del PP recorta salarios y sube impuestos a los sectores menos favorecidos mientras mantiene los privilegios impositivos de las grandes fortunas. Un empresario español dona 20 millones de euros a Cáritas, mientras se beneficia de unos 500  millones a través de las ventajas que ofrecen las SICAV (sociedades de inversión de capital variable).

En resumen,  que se asuma lo que oficialmente nos cuentan y no haya respuestas generales o individuales, físicas o intelectuales, ante el engaño de quienes nos hablan de una crisis que, según ellos, tendrá fin, aunque no dicen cuando; que exista un amplio sector social que aún no se ve afectado en su ritmo de vida  (a pesar de recortes y subidas de impuestos); que, sin ningún tipo de reflexión o cuestionamiento, se acepten  las normas impuestas desde arriba; que las acciones globales ejercidas contra el Gobierno o, en general, contra la casta política sean un fin en sí mismo y no un medio para alcanzar unos objetivos; que la corrupción no sea motivo de castigo en las urnas; todo esto, tal vez todo esto, sea la causa de que no se lleve a cabo una respuesta contundente y eficaz contra los que se empeñan en empeorar e, incluso, destruir una forma de vida que con tantos esfuerzos ha conseguido la clase trabajadora a través de la historia. Una respuesta que, ante el final de un sistema agotado, permita avanzar hacia un nuevo modelo basado en la igualdad y el progreso. 
Sin embargo, hay que valorar en positivo la lucha de sectores laborales que no cesan en la defensa de sus condiciones de trabajo. Un reciente proceso reivindicativo con logros lo encontramos en el mantenimiento funcional del madrileño Hospital de la Princesa, doblegando la voluntad de un Gobierno regional reaccionario. Apostamos por este tipo de acciones sectoriales en la certeza de que la sincronía de actos de este tipo pueden hacer cambiar el ritmo de unos dirigentes que, de dejarles seguir así, nos arrastrarán hacia una sociedad empobrecida y cada vez más radicalizada, con enormes diferencias entre ricos y pobres.

viernes, 16 de noviembre de 2012

PARAÍSOS FISCALES: SUS EFECTOS SOBRE LOS PAÍSES EN DESARROLLO



Los paraísos fiscales, conocidos también como enclave offshore o de baja retribución, enclave extraterritorial, oasis fiscal, tax havens (refugios de impuestos), etc., etc., son una lacra para la humanidad, constituyen un instrumento para fomentar la desigualdad entre unos y otros, para enriquecerse más y más de manera lícita o ilícita.
Comenzaremos por decir que los paraísos fiscales no son sólo las islas caribeñas, las islas del pacífico o los pequeños países. Aunque no hay un acuerdo, son del orden de 70 lugares, entre los que se encuentran  Nueva York y Londres, quienes ofrecen reducción o eliminación de impuestos cuando se realizan  ciertas operaciones financieras.
Hemos de señalar, en primer lugar, que las ventajas fiscales de estos lugares son sólo y exclusivamente para los extranjeros ya que la regulación legal para los residentes es diferente. Además, el dinero que reciben no tiene ninguna proyección sobre la actividad productiva del país, por el contrario su único destino es el mercado especulativo buscando exclusivamente la revalorización.
Por su propia naturaleza los datos de los que se dispone no son precisos, por lo que es necesario recurrir a las estimaciones; en esta línea, para hacernos una idea, se supone que en estos paraísos el volumen de transacciones se cuantifica en más de un tercio del PIB mundial. ¿Quiénes son los que refugian su dinero en estos países? Fundamentalmente tres tipos de agentes: bancos, multinacionales y particulares con grandes patrimonios, entre los que se encuentran actores y actrices de éxito, deportistas, cantantes y otros tantos profesionales, esos que, con una doble moral, se hacen merecedores del aplauso por crear fundaciones y cooperar con los países en desarrollo. De los paraísos fiscales salen esos grandes volúmenes de dinero que cada día participan en esos entes “ocultos” que llaman mercados. Participan en las bolsas de valores, en la compra-venta de divisas, en la compraventa de metales preciosos, pero sobre todo, hoy día, se dedican a la compra de deuda pública, provocando grandes desequilibrios entre unos estados y otros, haciendo variar eso que llaman prima de riesgo para asfixiar, como estamos observando, a los estados europeos  ribereños que se ven obligados a llevar a cabo reformas y recortes en detrimento de las clases menos favorecidas.

Intentaremos analizar la presión que estas injustas formas de enriquecimiento ejercen, fundamentalmente, sobre los países en desarrollo. Para encontrar algunos datos necesarios para el análisis, nos apoyaremos en ciertos informes elaborados por entidades públicas, entre los que destaca un Informe noruego publicado en 2009, elaborado por una comisión de expertos por encargo del propio gobierno, y cuyo principal objetivo es el de “evaluar los efectos dañinos que los paraísos fiscales están causando en los países en desarrollo”. También lo haremos en otro mas conocido, elaborado por el departamento político de Oxfam de Gran bretaña.
Las pérdidas económicas de los países en desarrollo relacionadas con actividades extraterritoriales son incalculables. Como en otros casos, debido a la opacidad de los paraísos fiscales, no se puede precisar el dinero que fluye hacia ellos procedente de los países pobres o en vías de desarrollo. La valoración más optimista estima que el dinero que sale es el mismo que lo que supone la ayuda que prestan los países ricos. Global Financial Integrity en un informe emitido recientemente dice que se  estima que el importe que sale  es diez veces superior a la ayuda oficial al desarrollo destinada a países necesitados.
Estas son las tres principales maneras de cómo perjudican los centros extraterritoriales los intereses de los países pobres: competencia fiscal y elusión de impuestos, blanqueo de dinero e inestabilidad económica.

a) Por un lado, la competencia fiscal hace que los ciudadanos de los países en desarrollo desvíen sus capitales hacia los países extraterritoriales; por otro lado, esa misma competencia fiscal obliga a los gobiernos a bajar las tasas impositivas sobre sociedades a inversores extranjeros. En la actualidad pocos países en desarrollo aplican tasas impositivas superiores  al 20%. Los fondos que se pierden por agujeros negros fiscales, y entran en centros financieros extraterritoriales, se podrían utilizar para financiar inversiones básicas en sanidad y educación.

b) El mundo extraterritorial es un paraíso seguro para prácticas como la corrupción política o el tráfico de armas, diamantes y drogas. Los paraísos facilitan a élites corruptas de los países pobres el saqueo de fondos públicos, lo que puede ser la mayor barrera para el desarrollo económico y social. Se ha calculado que en Nigeria, durante la dictadura de Abacha, fueron robados de los fondos públicos 55 mil millones de dólares americanos. Los países del norte presionan a los del sur para que adopten sistemas presupuestarios más claros y transparentes; sin embargo, potencian la corrupción al no tratar con eficacia la eliminación de los paraísos fiscales.

c) El sistema extraterritorial contribuye a la creciente incidencia de crisis económicas que han destruido el sistema de subsistencia de países pequeños. Los paraísos fiscales se han convertido en imprescindibles para el funcionamiento de los mercados financieros. Tanto antes como ahora, la inestabilidad de divisas y las subidas y bajadas de los movimientos de capitales en todo el mundo se han convertido en rasgos característicos del sistema financiero mundial. Las crisis que asolaron el oriente asiático  fue, por lo menos en parte, el resultado de la volatilidad de los mercados. Arrastrada por la crisis asiática, la economía  de Indonesia sufrió una grave contracción, y el número de personas que viven ahora bajo el umbral de pobreza se multiplicó por dos, alcanzando los 40 millones. En Tailandia, años atrás, el presupuesto de sanidad se recortó casi en un tercio. Tanto en un caso como en el otro la deuda pública contraída no les permite ahora levantar cabeza.

¿Puede ser que algún día, tal vez no muy lejano, los países del sur de la UE se vean avocados a situaciones semejantes a las de estos otros países en vías de desarrollo?, ¿es posible que la creciente deuda pública de estos países ribereños llegue a estrangular sus economías hasta el punto de no poder cancelarla nunca? Los paraísos fiscales, y aquellos que los alimentan, juegan un papel primordial en este proceso de empobrecimiento paulatino al que están siendo sometidos países como el nuestro.

lunes, 12 de noviembre de 2012

TODAS Y TODOS A LA HUELGA

La respuesta del día 14 ha de ser contundente. El pueblo debe salir a la calle y manifestarse de todas las formas posibles. Todos y todas tenemos que estar por encima de sindicatos y partidos políticos que están integrados en el sistema, y sometidos a las órdenes de los que ostentan el poder real. 
La acción del día 14 hay que integrarla en un PROCESO de lucha permanente hasta alcanzar las metas establecidas, y no llevarla a cabo como un hecho aislado. El proceso está en marcha: protesta por los desahucios, defensa de una sanidad y una enseñanza públicas de calidad, concentraciones ante el Congreso en el que se encuentran unos políticos que no nos representan, etc. etc.
Después del día 14 es imprescindible llevar a cabo acciones en varias direcciones:
-En lo económico: reducir el consumo, eliminar el superfluo o innecesario, reducir el gasto energético, vivir con austeridad; limitar la concurrencia a los bancos; denunciar las grandes fortunas y los desmedidos ingresos de famosos (las elites de deportistas, actores, "estrellas" de radios y TV, etc.).

-En lo político: huir de las actuales formaciones políticas; la mejor forma de combatir la actual pseudodemocracia es la ABSTENCIÓN.

-En cuanto a los medios de comunicación: boicot a los medios, y en particular a la telebasura (que son todos los canales); boicot a las retransmisiones deportivas, y particularmente al fútbol. 

Por otro lado, es imprescindible construir una alternativa política POPULAR alejada de los fines y de la práctica de las formaciones que  participan en el actual panorama político, convertido en un mercado más. Ojala los actuales movimientos juveniles, con algo más de reflexión, pudieran  ser el germen de esa alternativa, sin caer en la tentación de dejarse captar por las formaciones actuales, ni constituirse en grupo político hasta tener la fuerza suficiente para influir de manera decisiva, pero esto lleva tiempo, firmeza  y constancia. Esa alternativa ilustrada debe estar soportada sobre la razón