viernes, 11 de agosto de 2023

JUEGO DE PALABRAS

 

¡Son tantas las veces, a lo largo de los últimos 20 años, que hemos hablado de alternativa y alternancia, de su definición, de sus diferencias! Sin embargo, para el común de los mortales son la misma cosa. Es una imposición, una victoria, de las tantas que forman parte de  ese ideario impuesto por el actual sistema.

Por primera vez en mi vida he votado, haciendo uso de la razón, dejando al margen mis principios, mi ideología. He votado al Partido Socialista, he votado al “Sanchismo”.

También es cierto, que he abandonado ese grupo ideológico cuyos individuos, en base a su ideología, piensan, pensábamos, que en la actualidad es posible presentar una alternativa transformadora del actual sistema capitalista. A veces confundimos lo deseable con lo posible. Y hoy por hoy es imposible vencer al camaleónico sistema. En consecuencia, me parece adecuado ir con pies de plomo y apoyar a quienes dentro de las actuales estructuras puedan conseguir ciertas mejoras que benefician a los más débiles. Que garanticen, que se consoliden, los derechos conquistados.

Soy optimista y pienso que, en las últimas elecciones del 23J, los ciudadanos hemos vencido a la dinámica impuesta, hemos rechazado la alternancia y hemos apoyado la alternativa de progreso como un paso adelante hacia otra más avanzada, hemos evitado la involución. ¿Seremos capaces de mantener esta situación durante cuatro años?, ¿seremos capaces de construir una alternativa democrática más avanzada que la actual?

Queda mucho por hacer. Queda avanzar, poco a poco, para combatir contra el sistema. Ya hemos conseguido frenar el fascismo en una Europa plagada de extrema derecha, incluso gobernando en países próximos.

 De momento, Sumar (grupo político) no va camino de convertirse en una alternativa. La mezcla de tantos grupos desfigura un ideario que arrope a una izquierda real. Yo mismo no soy capaz de enumerar todos los grupos que lo forman. Sí sé que, al final, se incorporó Podemos y que ya estaba dentro Izquierda Unida. Y que han bajado en número de representantes respecto a la unión de Unidas Podemos, más los de otras formaciones incluidas en Sumar, en las elecciones de 2019. Sumar es una construcción de última hora, y desde arriba, en la que hay grupos que han estado anteriormente enfrentados. Podemos se ha visto muy forzado para incorporarse poco antes de la campaña. La izquierda real se ha ido diluyendo a lo largo de las últimas décadas. Por estas razones, podríamos concluir en que el “Proyecto Sumar” ha sido un fracaso.

 Después de haber negado su validez en ciertas ocasiones, recurro ahora a la “Ley del trinquete” de Wallerstein para ir construyendo alternativas poco a poco. Un paso más, entre lo que podría ser una sociedad más racional, más democrática y más justa,  y lo que tenemos ahora, cabría, en el marco del actual sistema, una actuación de los gobiernos con talante progresista consistente en la intervención en asuntos de especial relevancia: a) el saneamiento  de las administraciones y de las dependencias de carácter publico; b) la persecución implacable de la corrupción, y la regulación normativa para evitar la especulación; c) la aplicación de una política fiscal que penalizara de manera auténticamente progresiva los elevados ingresos, lo que supondría poner límite a las crecientes desigualdades económicas entre unos y otros; d) el acuerdo internacional para evitar la evasión de capitales. Ahora bien: ¿es posible esto en el actual modelo de alternancia del poder político?, ¿es posible que la socialdemocracia, como fuerza política más progresista con posibilidades de gobierno, pueda o quiera dar este paso?

Por otro lado, a más largo plazo, tenemos una tarea de cambio político en la forma de Estado y evolucionar hacia una República.

En consecuencia, y visto lo visto, las próximas alternativas de progreso giran en torno al Partido Socialista. Sumar no se muestra como una alternativa. Es posible que IU y Podemos emprendan otro camino del que pueda surgir, a medio plazo, una alternativa que rompa con el bipartidismo, pero esa posibilidad no parece cercana.

miércoles, 12 de julio de 2023

LA AMBIGÜEDAD Y LO CIERTO

Nos han acostumbrado a vivir en la ambigüedad. No quieren que nos comprometamos con la verdad, que nos aproximemos, o, por lo menos, que descartemos lo absurdo o la mentira. Todo hecho encierra objetivamente una verdad, pero en lugar de descubrirla nos inhibimos y nos acogemos a la subjetividad. “Eso será para ti yo creo otra cosa” (siempre con el uso del verbo creer). Es esta una expresión habitual en cualquier tipo de conversación ante cualquier hecho, acontecimiento o creencia de otros. Sin embargo, la mentira es una pura invención de las personas. La mentira es una de las principales causas por las que el progreso humano esté estancado. La mentira, con el tiempo, es cada vez más usada y, lo peor, más asumida por los individuos. La mentira nubla la verdad objetiva y potencia la duda y establece la ambigüedad como regla del juego, hasta el punto de convertir la mentira en el instrumento manipulador del poder, a sabiendas de que no es la verdad.

 Hay una correspondencia entre el sistema capitalista y los comportamientos, la ausencia de valores y de una ética apoyada en la razón. Se impone el egoísmo a lo colectivo. La acumulación, la explotación, vivir del trabajo de los otros, vivir de las rentas, el miedo, la ambigüedad y la ignorancia, son fruto de un sistema de clases, que, a base de masajes por parte del poder, se convierten, como hemos dicho, en las reglas del juego sin que se manifieste la mínima contestación. La consideración social se basa en el poder adquisitivo de cada cual.

 Estas ideas se podrán entender con algunos ejemplos, aunque, es posible, que una mayoría no lo asuma:

Primero. Ejemplo de hecho vulgar y cotidiano: En cierto lugar, y cierto momento, un conductor circulaba correctamente, conforme a las reglas de circulación, por una rotonda de una carretera. De pronto, otro vehículo, de forma atropellada, adelanta al primero por la derecha aprovechando el estrecho arcén de la vía, lo que genera un encontronazo entre ambos. La verdad del hecho es que el primero tenía razón, pero el segundo intenta culparle, diciendo que fue el primero el que invadió el carril por el que circulaba. La vileza y la falta de madurez intelectual da lugar a la aparición de la mentira, lo que hace que nos movamos en la ambigüedad al relatar el hecho ante terceros. La autentica verdad del hecho  es la que es, aunque el hecho podría haber sido otro, lo que la verdad habría sido otra, pero siempre se correspondería con el hecho.

 Segundo. Entraré en otro caso que más que un hecho concreto es un factor inmaterial que envuelve a enormes colectivos sociales de diferentes culturas, razas y zonas geográficas. Me refiero a la creencia de muchos en seres, para ellos, divinos e inmateriales. Es aquí donde la ambigüedad alcanza sus cotas más altas.

Me refiero a lo que en nuestra zona se conoce como dios. El dios de las religiones cristianas. Las personas de estas sociedades se dividen en creyentes y no creyentes, aunque la vida de todos está marcada por la de los creyentes. Las fiestas suelen ser celebraciones religiosas. Lo que se conoce como historia comienza a partir de un hecho religioso proclamado por  la iglesia católica. De esta manera se dice para situar un hecho en el tiempo: antes de cristo (a de C) o después de cristo (d de C). La contabilidad del tiempo se hace a partir del mismo hecho: 2023 ahora.

Sin embargo, ese ser no existe. Es una creación de las personas. esa creación, en manos del poder, da lugar a la ambigüedad más generalizada. De la nada, como digo, surge una división entre creyentes y no creyentes. La ambigüedad es tan extensa que aparecen nuevas figuras alejadas de la nitidez conceptual. Así, por miedo o por ignorancia, aparece la figura de quienes se manifiestan con el “algo hay” o “yo no creo en los curas, pero algo habrá”. Lo de los curas es un negocio de enormes dimensiones que da lugar a un inmenso poder en todo el planeta.

 La verdad  de un hecho no debería ser necesario demostrarla, sencillamente con la observación o la descripción fidedigna sería suficiente. En este universal último caso, la verdad es la no existencia de esa “divina” figura. Sin embargo, se elabora la mentira que, de una o otra manera, se impone a los individuos de todo el mundo conocido.

Nota.

Repasando las miles de páginas escritas en estos últimos años, dedicadas en su mayoría al análisis del sistema socioeconómico, encontramos títulos tan sugerentes, al menos para mí, como En los límites de la irracionalidad, Reflexiones sobre la reflexión y el análisis, La dificultad de asumir la realidad, La vida y la fatalidad, Crisis del pensamiento, Miedo a asumir la realidad, Los aspectos psicológicos del poder, este mismo de La ambigüedad y lo cierto, y otros tantos, que sobrepasan al objetivo principal de mis análisis, y nos adentra en el campo de lo que podríamos entender como filosófico, por lo que me he convertido en un aprendiz de filósofo, con una diferencia: no busco el amor a la sabiduría, sino la interpretación de los hechos y acontecimientos, aunque soy consciente de que tiene la misma validez, es decir, en estos momentos ninguna. Pero, la verdad, ahora, es mejor hablar de filosofía que de política.


lunes, 19 de junio de 2023

ELECCIONES

 I Previo. Cuando, en este país, se dan situaciones políticas como la actual, aparece, entre sus pobladores, ese pesimismo generalizado de que esto durará poco y pronto gobernará lo que llamamos derecha, como forma más afín con el actual sistema socioeconómico. Además, la oligarquía busca maneras más reaccionarias que refuercen a esa derecha con aparente imagen moderada, es decir, el PP. De esta manera crearon esa formación que llamaron Ciudadanos, pero ante el fracaso, han recurrido directamente a reforzar al fascismo que en España se materializa en Vox, aunque no permitirán que sea más que un apoyo al PP, ya que un gobierno abiertamente fascista podría generar un revuelo que fuera más allá de un simple apoyo a la conocida izquierda moderada.

Además, algunos han analizado la trayectoria electoral y han establecido la regla de los ocho años o dos legislaturas de permanencia en el Gobierno. Entre unas cosas y otras, el mensaje optimista se sustenta en el esfuerzo que hay que llevar a cabo para romper con esa regla y con ese pesimismo histórico de ruptura del gobierno más progresista.

E. Wallerstein estableció una norma que denominó “La ley del trinquete” según la cual el proceso hacia una sociedad más avanzada, más democrática, se apoyaría en la alternativa y no en la alternancia de fuerzas políticas, que es la fórmula aplicada en países como el nuestro. El gobierno del PP con el apoyo de Vox supondría una involución con la supresión de leyes promulgadas en los últimos años.

II El actual Presidente del Gobierno, supongo que consensuado con sus Ministros, ha adelantado unos meses las elecciones generales para el día 23 de julio de este año, es decir, para dentro de mes, más o menos. El detonante ha sido los malos resultados en las Autonómicas y Municipales del 28 de mayo y el éxito del PP que globalmente supera al PSOE en unos 700.000 votos, lo que supone un 3% aproximadamente.

Con esta medida P. Sánchez, con arrojo, da un paso hacia adelante, convirtiéndose en protagonista este hecho, ante la celebración del éxito del PP, y evitando la permanente petición del adelanto de elecciones, lo que supondría un desgaste político y personal de los miembros del actual Gobierno.

En los últimos días, P. Sánchez ha propuesto un cara a cara con Feijóo durante seis semanas. Los del PP se acojonan. P. Sánchez les lleva, de nuevo, la delantera.

Hasta aquí, un resumen de la información que la mayoría conocemos o deberíamos conocer, ahora: el análisis.

III ¿Cuáles son los motivos que inducen a que una persona se decida por una o por otra de las opciones que se presentan a las elecciones?:

Los intereses personales, ojalá fueran de clase. La ideología propia o inducida. La razón.

Puede ser un único factor, pero, por lo general, suele ser una mezcla de todos ellos, salvo aquellos que lo hacen sin criterio alguno muy ligado a quienes lo hacen por ideología inducida, sector mayoritario al que nos referiremos con detenimiento.

Votar por los intereses personales es, en la clase trabajadora, una forma razonable de votar a aquellos que trabajan por la mejora de las condiciones de vida del votante económicamente más débil, como por ejemplo el aumento de los ingresos, la mejora del acceso a la vivienda, la igualdad, etc. No cabe duda que aquellos que tengan unas condiciones de vida muy por encima de la media intentarán mantenerlas votando a grupos conservadores, salvo que algún otro de los motivos prevalezca. Sin embargo, esta norma no se ajusta a la realidad. Un gran número de votantes de la clase trabajadora votan a partidos que van o irán en contra de sus intereses.

El voto ideológico, como decimos, puede ser ajustado al ideario personal o inducido por el poder dominante. En el primer caso, suele ser un voto de izquierdas, y pertenecer a personas íntegras, a quienes les gustaría un sistema diferente, y trabajan, en la medida de sus posibilidades, y de su voluntad, para conseguirlo.

Sobre el voto inducido es necesario preguntarse: ¿Qué clase de personas necesita el poder en un sistema como éste? 

Necesita hombres y mujeres que cooperen sin rozamientos en grandes grupos, que deseen consumir cada vez más, y cuyos gustos estén estandarizados y fácilmente puedan ser influidos y previstos.

Necesita hombres que se sientan libres e independientes, no sometidos a ninguna autoridad, a ningún principio, a ninguna conciencia; pero que quieran ser mandados, hacer lo que se espera de ellos y adaptarse sin fricciones al mecanismo social. (E. Fromm).

Este, el voto inducido, constituye el grupo mayor de individuos de este tipo de sociedades, lo que desvirtúa la idea y la práctica de democracia. Los medios de comunicación, como tantas veces hemos dicho, son una potente herramienta del sistema para frenar el avance hacia la igualdad. En la actualidad, es algo contra quien tiene de combatir el actual Gobierno. No hay ninguna cadena o emisora neutral, ni tan solo las públicas. Grandes masas que apoyan a la derecha son embaucadas y sufrirán el deterioro de su medio vital con las políticas que llevarán a cabo aquellos a los que han votado. El caso más sangrante es el de la Comunidad Autónoma de Madrid. Le otorgan la mayoría absoluta a quienes recortan, y seguirán hasta suprimir, los servicios públicos.

En este caso, subyace una sociedad con un bajo nivel de capacidad intelectual de la que se aprovecha el poder dominante. Por este motivo hace muy poco para universalizar una población pensante.

 Hay otra forma para elegir el voto que está por encima de intereses o ideología que consiste en pensar, al alcance de muy pocos, haciendo uso de la razón. Por lo general, esta opción suele coincidir con un pensamiento de izquierdas y se suele ejercer con miras más amplias, pensando, en primer lugar, en la eficacia de aquellos a los que se vota y, en segundo lugar, en la imagen del país cara al resto del mundo.

 IV Ante las próximas elecciones de julio, de sus resultados, hay una diversidad de opiniones, más o menos interesadas. De todas ellas destacan dos entre la clase trabajadora: quienes, en aras de ese pesimismo habitual, y de los resultados de las elecciones de mayo, creen que ganará la derecha. Por otro lado, quienes piensan que “reinará” la razón y se apoyará a los grupos de izquierdas para, al menos, mantener las medidas de progreso llevadas a cabo en los últimos años, aproximándonos más lo que podría ser una alternativa y no una alternancia.

miércoles, 26 de abril de 2023

LA DESDICHA DE LA IZQUIERDA

 

La izquierda a la que hago referencia no es esa a la que se refiere ese término ambiguo que forma parte del binomio en el que en el otro extremo está la derecha, sino a aquella que está por la  “superación  del capitalismo y el avance hacia una sociedad sin explotación y sin alienación, hacia un socialismo concebido como la plena realización de los derechos humanos y la profundización de la democracia”. Esa es la esencia de la izquierda real.

Ante la trayectoria de la izquierda nominal cabe la pregunta: ¿existe una organización oculta que trabaja para que esa izquierda real se vaya desvaneciendo o es su propia capacidad autodestructora?

Evidentemente el sistema capitalista no va a permitir su transición a otro sistema como ese que proclama la izquierda. Por el contrario, pondrá todos los inconvenientes para que eso no ocurra. Para ello dispone de instrumentos más que suficientes. Cuenta con una clase dominante que dispone del dinero y de su control, de unos medios de difusión, de las religiones y de una sociedad de baja capacidad intelectual, manipulable y adaptada a las normas marcadas por el poder. El sistema ha adquirido vida propia y no necesita inyectar demasiada energía para que la cosa funcione a su antojo. Por eso, pensamos que no hay necesidad de que un equipo oculto y específico se dedique a destruir todo aquello que perturbe su funcionamiento, ni la correlación de fuerzas.

El afán de protagonismo es un elemento que juega a favor de esa pérdida de identidad de esa izquierda real, de esa izquierda que solo anida en el imaginario de algunos hombres y de algunas mujeres, que choca frontalmente con una sociedad como la actual. Distinguiremos pues entre lo que vulgarmente se conoce como izquierda y esa izquierda real en la que se  incluye a todas y todos que quisieran un cambio en profundidad, formen parte o no de instituciones políticas.

En estos momentos, lo que se conoce como izquierda, esa izquierda formal, esta repartida entre Podemos y Sumar, sin que se sepa quienes participan de ambas formaciones. ¿Dónde se encuentra Izquierda Unida, y el Partido Comunista?, victimas de esa desdicha a la que nos referimos en el enunciado. Más abajo comentaremos esas erráticas carreras que han sufrido a lo largo del tiempo.

Las encuestas, manipuladas todas, dicen que si se unieran saldrían beneficiadas. Sin embargo, parece que si van separadas puede ser el derrumbe de ambas o, al menos, de una de ellas. El sentido común avala los diferentes resultados de esta dualidad (juntos o separados).

La posibilidad de que surja una formación política fuerte en las próximas elecciones se enfrenta a varios inconvenientes: el propio sistema de elección que en la mayoría de los casos pierde el carácter de proporcionalidad, la inmadurez intelectual de la mayoría del electorado y la desorientación de la parte más ideologizada de no saber donde se encuentra esa izquierda transformadora, y que opte por la abstención.

 La situación actual de división o deserción de las fuerzas que representan a la izquierda no es nueva. La desdicha a la que aludimos viene de mucho más atrás.

 Desde el X congreso de 1981 hasta el XV de 1998 el PCE ha sufrido transformaciones y divisiones perdiendo capacidad revolucionaria, militantes y votantes.

Es el 1986 cuando cambia de estrategia y, junto a otras fuerzas, se crea Izquierda Unida(IU) que va obteniendo un apoyo electoral irregular, consiguiendo la máxima representación con Julio Anguita como líder de la coalición.

Pero, en esa dinámica de divisiones, IU sufrió una fuerte agresión al aparecer una nueva corriente convertida en partido independiente, el PDNI creado por Cristina Almeida en 1997.

 En enero de 2014 se fundó Podemos como partido para presentarse, por primera vez, a una convocatoria para las elecciones europeas. A Podemos, los analistas, en ese espectro político, lo sitúan entre la izquierda y lo que llaman extrema izquierda. Los resultados en esa convocatoria y en las siguientes son espectaculares. Pero como viene siendo habitual a lo largo de la historia aparecen las escisiones cargadas de egos. Iñigo Errejón creó una división importante dando lugar a una nueva formación, Más País, y reduciendo, en consecuencia, la militancia y los electores de Podemos. Por otro lado, los andaluces se desmarcan por la izquierda creando, también, una nueva formación. Todas las corrientes convergentes que le dieron fortaleza a Podemos se van diluyendo, debilitándole políticamente.

En la convocatoria de mayo Sumar no se presenta, sin que haya dado pistas de a que grupos apoyará. Parece que no lo hará con Podemos.

El futuro es incierto, pero todo apunta a la pérdida de apoyo a Podemos, si no a su desaparición del panorama político.

Sumar se confiesa como un grupo de ideología socialdemócrata como alternativa al Partido Socialista, por lo tanto, esa izquierda añorada por algunas y algunos, es difícil encontrarla representada en las actuales formaciones.


viernes, 6 de enero de 2023

DEMOCRACIA DOS: de su inicio a la actualidad

 

El análisis queda limitado a este breve espacio al que, como unidad territorial, aunque no asumido por todos, llamamos España, con sus peculiaridades e idiosincrasia. Tal vez, en lo básico tengamos algo que ver con países vecinos.

 Este periodo que se conoce en nuestro país como democrático, arranca con la muerte de un dictador y el nombramiento de un rey Borbón de una manera chapucera. El verdadero sucesor de la Corona no llegó a ejercer nunca como Rey por imposición del Dictador, quien preparó como su sucesor al hijo de aquel a quien le correspondía el puesto. El pueblo, masacrado y sometido a un régimen autoritario, no conoció la forma de vivir en libertad. La brutal Dictadura que sufrimos durante 40 años marcó una impronta sobre todos nosotros, marca que perdura, en muchos, en los tiempos que corren.

 Solamente un movimiento político, el PCE, se enfrentó al Régimen a costa de la persecución, la represión, la cárcel e, incluso, la vida en algunos casos.

Otros grupos se fueron formando en la etapa del tardofranquismo apoyados por países vecinos y por poderes internos. Otros surgieron directamente del régimen fascista.

 De las pocas palabras que este país ha aportado al diccionario político es la de transición. Un periodo inédito impuesto a una ciudadanía aturdida, y, por lo tanto, sin su participación. Los primeros gobiernos fueron formados directamente por franquistas. Las amenazas de golpes cuarteleros fueron constantes hasta que definitivamente un guardia civil, pistola en mano entró en el Congreso y secuestró al Gobierno y a los Diputados durante unas horas. Hasta el momento, no sabemos quiénes organizaron esta especie de circo. Lo que si es cierto es que este hecho puso fin a esas constantes amenazas.

Las elecciones eran cercanas a esa intentona. El PSOE, un grupo creado en despachos, apropiándose de las siglas de un viejo partido, llevó a cabo una perfecta campaña (sin que, a día de hoy, se sepa quién la pagó, aunque hay sospechas). El éxito fue espectacular. Los individuos con talante izquierdista, aunque desde la ignorancia, se volcaron en unos líderes de nula trayectoria política. Sin embargo, los resultados de los verdaderamente luchadores contra la Dictadura fueron discretos. El miedo y la influencia de falsas leyendas ejercieron su papel.

A partir de ese momento, 1982, se estableció un largo periodo de estabilidad política y social, a pesar de una dura lucha obrera contra lo que se conoció como “reconversión industrial”, aunque esta operación fue localista y sectorial. Ahora, a la vista de los perfiles y comportamientos de aquellos dirigentes, podemos concluir que vivimos engañados. Evidentemente tuvieron lugar algunos acontecimientos que supusieron algunas ventajas para el pueblo llano, pero era necesario para mansedumbre de la ciudadanía. Aunque lo más relevante es que el ejército se tranquilizó y, sobre todo, que la oligarquía, el poder económico, apoyaba al poder político. Fue la corrupción la que acabó con aquel periodo.

A partir del final de ese periodo entramos en una nueva etapa que podríamos denominar de alternancia en la que fuerzas políticas diferentes se alternan cada 8 años, es lo que a mi me gusta llamar la alternancia cada dos legislaturas. Una fuerza muy reaccionaria encarnada por el PP sustituyó a los socialista y se mantuvieron durante 8 años para ser sustituida, posteriormente, por los socialistas que se mantienen, a trancas y barrancas, otras dos legislaturas. Vuelven los del PP que, tras una etapa de corrupción como nunca se había producido, fueron expulsados mediante una moción de censura en el Congreso.

En este nuevo cambio se suceden dos hechos inéditos y sucesivos. Primero el éxito de una moción de censura, segundo, un Gobierno de Coalición formado por socialista y fuerzas a su izquierda: Unidas Podemos, lo que tendrá influencia en las más importantes decisiones que se han tomado en este periodo.

Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno, será reconocido por los sectores más progresistas de este país como el mejor dirigente político que hemos tenido. Es capaz de negociar con sus socios y de tomar decisiones que favorecen a los más débiles. Es un gobernante incómodo para los poderosos, que están manejando en su contra, y de todo el  Gobierno, todos los instrumentos a su alcance. De esta manera, todos los medios de comunicación, incluso los públicos, se han convertido en una maquinaria antigubernamental. Un equipo de reaccionarios se han convertido en agentes de opinión que en lugar de informar se dedican a difamar y a manipular.

 El hecho de que por primera vez se lleve a cabo una nítida política de progreso, ha puesto al descubierto la farsa de los dirigentes de los primeros Gobiernos que surgieron a raíz del 82. Felipe González y Alfonso Guerra se han convertido en los mayores opositores del actual Gobierno de progreso. A ellos le siguen todos los que gobernaron en sus equipos. Por desgracia, algunos de ellos continúan en activo. Son indecentes las declaraciones de presidentes de algunas Comunidades Autónomas con mayorías socialistas.

 Por último, destacar que este periodo que se conoce como democrático arranca en una  situación farragosa con un pueblo temeroso y amenazado permanentemente por el ejército hasta que la oligarquía pacta con un falso grupo socialista que abusando de unas siglas históricas engañó a una sociedad políticamente ignorante.

Por otra parte, destacar la ausencia de reconocimiento de los verdaderos combatientes de la Dictadura lo que denota la falta de madurez política y, en general, intelectual de una sociedad que asume sin pudor las reglas de un sistema de desigualdad.