miércoles, 26 de abril de 2023

LA DESDICHA DE LA IZQUIERDA

 

La izquierda a la que hago referencia no es esa a la que se refiere ese término ambiguo que forma parte del binomio en el que en el otro extremo está la derecha, sino a aquella que está por la  “superación  del capitalismo y el avance hacia una sociedad sin explotación y sin alienación, hacia un socialismo concebido como la plena realización de los derechos humanos y la profundización de la democracia”. Esa es la esencia de la izquierda real.

Ante la trayectoria de la izquierda nominal cabe la pregunta: ¿existe una organización oculta que trabaja para que esa izquierda real se vaya desvaneciendo o es su propia capacidad autodestructora?

Evidentemente el sistema capitalista no va a permitir su transición a otro sistema como ese que proclama la izquierda. Por el contrario, pondrá todos los inconvenientes para que eso no ocurra. Para ello dispone de instrumentos más que suficientes. Cuenta con una clase dominante que dispone del dinero y de su control, de unos medios de difusión, de las religiones y de una sociedad de baja capacidad intelectual, manipulable y adaptada a las normas marcadas por el poder. El sistema ha adquirido vida propia y no necesita inyectar demasiada energía para que la cosa funcione a su antojo. Por eso, pensamos que no hay necesidad de que un equipo oculto y específico se dedique a destruir todo aquello que perturbe su funcionamiento, ni la correlación de fuerzas.

El afán de protagonismo es un elemento que juega a favor de esa pérdida de identidad de esa izquierda real, de esa izquierda que solo anida en el imaginario de algunos hombres y de algunas mujeres, que choca frontalmente con una sociedad como la actual. Distinguiremos pues entre lo que vulgarmente se conoce como izquierda y esa izquierda real en la que se  incluye a todas y todos que quisieran un cambio en profundidad, formen parte o no de instituciones políticas.

En estos momentos, lo que se conoce como izquierda, esa izquierda formal, esta repartida entre Podemos y Sumar, sin que se sepa quienes participan de ambas formaciones. ¿Dónde se encuentra Izquierda Unida, y el Partido Comunista?, victimas de esa desdicha a la que nos referimos en el enunciado. Más abajo comentaremos esas erráticas carreras que han sufrido a lo largo del tiempo.

Las encuestas, manipuladas todas, dicen que si se unieran saldrían beneficiadas. Sin embargo, parece que si van separadas puede ser el derrumbe de ambas o, al menos, de una de ellas. El sentido común avala los diferentes resultados de esta dualidad (juntos o separados).

La posibilidad de que surja una formación política fuerte en las próximas elecciones se enfrenta a varios inconvenientes: el propio sistema de elección que en la mayoría de los casos pierde el carácter de proporcionalidad, la inmadurez intelectual de la mayoría del electorado y la desorientación de la parte más ideologizada de no saber donde se encuentra esa izquierda transformadora, y que opte por la abstención.

 La situación actual de división o deserción de las fuerzas que representan a la izquierda no es nueva. La desdicha a la que aludimos viene de mucho más atrás.

 Desde el X congreso de 1981 hasta el XV de 1998 el PCE ha sufrido transformaciones y divisiones perdiendo capacidad revolucionaria, militantes y votantes.

Es el 1986 cuando cambia de estrategia y, junto a otras fuerzas, se crea Izquierda Unida(IU) que va obteniendo un apoyo electoral irregular, consiguiendo la máxima representación con Julio Anguita como líder de la coalición.

Pero, en esa dinámica de divisiones, IU sufrió una fuerte agresión al aparecer una nueva corriente convertida en partido independiente, el PDNI creado por Cristina Almeida en 1997.

 En enero de 2014 se fundó Podemos como partido para presentarse, por primera vez, a una convocatoria para las elecciones europeas. A Podemos, los analistas, en ese espectro político, lo sitúan entre la izquierda y lo que llaman extrema izquierda. Los resultados en esa convocatoria y en las siguientes son espectaculares. Pero como viene siendo habitual a lo largo de la historia aparecen las escisiones cargadas de egos. Iñigo Errejón creó una división importante dando lugar a una nueva formación, Más País, y reduciendo, en consecuencia, la militancia y los electores de Podemos. Por otro lado, los andaluces se desmarcan por la izquierda creando, también, una nueva formación. Todas las corrientes convergentes que le dieron fortaleza a Podemos se van diluyendo, debilitándole políticamente.

En la convocatoria de mayo Sumar no se presenta, sin que haya dado pistas de a que grupos apoyará. Parece que no lo hará con Podemos.

El futuro es incierto, pero todo apunta a la pérdida de apoyo a Podemos, si no a su desaparición del panorama político.

Sumar se confiesa como un grupo de ideología socialdemócrata como alternativa al Partido Socialista, por lo tanto, esa izquierda añorada por algunas y algunos, es difícil encontrarla representada en las actuales formaciones.