lunes, 27 de diciembre de 2021

LAS CUATRO Y DIEZ Luis Eduardo Aute

 

No sé por qué  razón, hace unos cuantos días me dio por volver a escuchar la música de Aute.  Luego leí su biografía y, a pesar de seguirle desde hace tantos años, y de haber coincidido personalmente con él en algunas ocasiones, no conocía en profundidad todas las dimensiones en las que desarrollaba su actividad.

A esa canción que tituló “Las cuatro y diez” le he estado dando vueltas, oyéndola varias veces, y he hecho mi propia interpretación de su contenido. Lástima que no pudiera haber comentado con él el texto y el origen de la letra. La publicó en el 73, y a mí me lleva a esos tiempos, tan intensos, con esa forma de vivir las primeras relaciones amorosas, en esas edades y en esas circunstancias.

 Esta es mi interpretación, con comentarios:

En la letra se muestran dos momentos con una distancia de, al menos, 10 años. La película a la que hace referencia se estrenó en los EEUU en 1955. Supongo que aquí a España, en aquella situación política, tardaría unos años en llegar.  

Comienza recordando un cine, sentados, él y ella, en una mesa de un restaurante, un cine céntrico, donde se estrenaban películas que permanecían en cartel un año o más. Ir al cine era la única diversión para la juventud de aquellos 16 años, edad a la que te permitían entrar a determinadas películas censuradas, aunque simplemente fuera por una secuencia de un beso de amor. Describe la represión de la época cuando dice que a la salida, en  la puerta, nos pidió un triste inspector nuestros carnets.

En la mesa de ese restaurante están ahora y, en esa misma mesa estuvieron en ese otro momento en el que vieron la película. Ella le esperó hora y media mientras él estaba en clase de francés. En aquellos años había un centro en la calle Tetuán de Madrid que se llamaba, y continúa llamándose, Academia Briam, al que iban entonces los jóvenes de familias de clase media, para aprender o reforzar algún idioma

Uno le enseña al otro una foto, no se sabe quién es el que la muestra, pero se supone que está casada o casado y tiene varios hijos.

Por último, él le dice a ella que no se demore, no sea que no llegues a la hora al almacén. Sin duda se refiere al Corte Inglés de la calle Preciados que hace esquina a la calle Tetuán donde se encuentra Briam, el centro de estudios de idiomas en el que él estudió francés, entonces. Luego se despiden de una manera un tanto fría. Toda la futura relación lo limitan a una simple llamada si es posible: llámame el día que puedas. Se supone que se lo dice él a ella, sin respuesta por su parte. Claro que la composición rítmica limita bastante el contenido del texto.

 Concreción

La canción cuenta la historia de un reencuentro, después de una relación previa. Lo primero es ese amor de juventud, un primer amor, pero firme ya que ella es capaz de esperar a él una hora y media. ¿Quién no ha tenido, o le han tenido, que esperar una o dos horas por amor? Esa etapa de la edad y esa época, calculo que en la década de los 60, dónde el refugio era el cine. Un amor este que acabó, aunque no se cuenta por qué motivos, pero, a modo de asignatura pendiente, uno de ellos llama al otro o a la otra para recordar aquellos primeros tiempos. Sin embargo, parece que la cosa no pasa de ese simple reencuentro y una petición de llamada de teléfono, se supone.

No me cabe la menor duda de que es un relato autobiográfico. Luis Eduardo es posible que asistiera a Briam porque dominaba 5 o 6 idiomas, entre otros francés. Ella es, en el momento del reencuentro, una empleada del CI, cercana al centro de idiomas al que él asistió entonces.

 Letra

Fue en ese cine, ¿te acuerdas?
En una mañana al este del Edén
James Dean tiraba piedras
A una Casablanca, entonces, te besé

Aquella fue la primera vez
Tus labios parecían de papel
Y a la salida, en la puerta
Nos pidió un triste inspector nuestros carnets

Luego, volví a la academia
Para no faltar a clase de francés
Tú me esperaste hora y media
En esta misma mesa, yo me retrasé

¿Quieres helado de fresa
O prefieres que te pida ya el café?
Cuéntame cómo te encuentras
Aunque sé que me responderás: "muy bien"

Ten, esta foto es muy fea
El más pequeño acababa de nacer
"Oiga, ¿me trae la cuenta?"
"¡Calla!, que fui yo quien te invitó a comer"

No te demores, no sea
Que no llegues a la hora al almacén
Llámame el día que puedas
Date prisa que ya son las cuatro y diez

domingo, 12 de diciembre de 2021

ESTO ES LO QUE HAY

Para el análisis político, por lo general, observamos la evolución política y los comportamientos sociales de la forma más rigurosa posible, para lo que es conveniente seguir un método. Pero a veces conviene bajar al fango, a lo vulgar, a lo chabacano, a aquello que ocupa al pueblo llano.

En contraste con ello, de vez en cuando, aparecen asuntos que se nos escapan y enmudecen el mero análisis por su complejidad, aunque afectan a la humanidad en su conjunto. ¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿dónde estamos?

 Mientras aflora una noticia sobre si el universo comienza con el Big Bang o ha existido siempre, tema de alcance, 1,5 millones de españoles (líder de audiencia) permanecen frente al televisor, viendo y escuchando a “Paquirrín”, el hijo de una folclórica y un torero. Esto es lo que hay.

El que dicen prestigioso físico de la Universidad de Edimburgo John Peacock ha sacado a la luz un asunto al que los científicos le siguen dando vueltas. Según el citado físico, resulta que el universo no ha tenido principio, ni tendrá final: ha existido siempre. Pero ¿qué más da? Al personal le interesa más saber de la vida de una familia que se gana la vida en los platós de televisión, hablando de sus desencuentros familiares. 1,5 millones de seres, se supone que adultos, pegados al aparato de TV, viendo y escuchando a Paquirrín, hijo de Paquirri y de la Pantoja. Que si se pelea con su madre, que si se reconcilia, etc. El caso es facturar una y otra vez. Paga una cadena creada especialmente para corromper, un vertedero que se supera, día tras día, como máquina vomitiva para, a modo de círculo vicioso, atontar a unos colectivos ya faltos de sentido común, de bajo tono intelectual, alienados al extremo, consecuencia de un largo proceso.

Lo del si hay uno o múltiples universos, si ha existido siempre, si ha habido Big Bang o no, ¿a quién le importa? Algunos se consolarán creyendo en que hay un cielo dónde hay un dios (Dios con mayúsculas para ellos y ellas) al que irán, aunque si eres malo irás al infierno que debe de estar cerca, pero aislado para que no le llegue demasiado calor a los buenos. Supongo que ni tan solo se plantearán si hay un cielo en cada galaxia, o en cada universo, si fuera cierto que hay varios (universos), como ahora dudan los expertos.

Mientras las diferentes religiones sigan teniendo tanto poder y tanta implantación en las diferentes zonas del planeta, poco podemos esperar de cambios significativos a mejor. Mientras no cambie el verbo creer por el de pensar poco podemos esperar de esta especie para avanzar hacia unas sociedades diferentes.

Mientras tanto, lo más deleznable del género mal llamado humano se potencia día a día y surgen nuevas fórmulas para construir sociedades cada vez más dependientes, más vulnerables y más indiferentes a la situación mundial de desigualdad, incluso de la suya propia. Mientras algunos, pocos, gozan de fastos, viajando en sus particulares barcos o aviones, otros, muchos, se convierten en nómadas, desposeídos de todo, buscando alguna solución para subsistir. Cada día son más quienes permanecen en campos de refugiados. En estas sociedades de los países que llaman desarrollados en los que existe desigualdad en varios niveles el elemento que dinamiza el día a día, cada uno en las medidas de sus posibilidades, es el consumo. Mientras tanto, las cadenas de televisión en su papel mintiendo, manipulando, asustando, en suma, atontando a unos colectivos de por sí ya enajenados de su propio ser, de su propia vida.

Pues esto es lo que tenemos, en los límites de la irracionalidad cabe de todo, desde la erudición de pocos a la baja actividad mental de las mayorías que se dejan llevar por la ideología dominante.

Algunas personas se empeñan en dar soluciones, anunciando que hay alternativas, pero su función no va más allá del simple discurso en el que se confunde lo que sería deseable con lo que es posible llevar a cabo con estos mimbres. Se olvidan de lo fundamental. Una alternativa avanzada no es un recetario, sino un agente social organizado y sólido que sea capaz de emprender un periodo de lucha, que se nos antoja largo, hasta conseguir un cambio radical, una ruptura definitiva con el actual sistema. Una alternativa política no se improvisa, ni se monta de la noche a la mañana, por eso UP (en España), en el que muchos han depositado su confianza, es una simple burbuja que ha reventado sin éxito alguno, sólo queda un rastro que poco a poco se va desvaneciendo. Una alternativa, como hemos señalado, ha de ser sólida, fundamentada en una determinada ideología y materializada en un grupo dirigente ajeno al actual montaje parlamentario, asentado en una base social suficiente como para respaldar las acciones que permitan la transformación. 

domingo, 5 de diciembre de 2021

LA CONSTITUCIÓN ¿PARA QUÉ?

A eso de las ocho, más o menos, conecto desde la cama el aparato de radio que está sobre la mesita de noche que se encuentra a la derecha. Como cada día, es RNE quien está emitiendo. No sé bien por qué esta emisora es la única que tengo sintonizada. Tal vez mi casa se encuentre en una zona de “sombras” donde las ondas de radiofrecuencia lleguen con dificultad, quizás sea por aquello de pensar que es una emisora pública, tal vez el aparato debiera ser sustituido por otro más moderno. Se oye al locutor de turno. Tengo la suerte de poder quedarme en la cama un tiempo, momento más que agradable para conectar lentamente con el mundo y recordar las tareas que tendré que abordar después de las abluciones matutinas.

El caso es que, como cada mañana, aparece la decepción. Uno espera una información neutral, equilibrada, si me apuras, algo tendenciosa hacia las posiciones gubernamentales, por aquello de que dependen del Gobierno, pero eso no ocurre. La esperanza es lo último que se pierde, dicen, pero esto está llegando a la desesperación, vía irritación. Mala forma de desperezarse.

A eso de las ocho, cuando conecto, comienza la intervención de unos tertulianos, de plantilla, claramente críticos con el Gobierno y con la izquierda en general. Me atrevería a decir, sin lugar a error, que son gente reaccionaria, conservadores se me queda corto. No te esperas lo que oyes de una radio pública. Claro que si ves las cadenas de TVE te ocurre lo mismo. En este caso, la emisión de todas las catástrofes se combina con los comentarios más reaccionarios.

 

Estas fechas de comienzo de diciembre dan de sí para hablar de la Constitución. Parece, además, que tenemos prisa, por qué será, y nos solemos adelantar a los acontecimientos. El caso es que la entrevistada, en este caso, era una señora que forma parte del Tribunal Constitucional (TC). “La Constitución es imprescindible, todos los países deben tener una Constitución” dice la señora, eso o algo parecido. Lo dice con alegría desde su posición de privilegio, aunque ella no lo sepa, y si fuera consciente, pensaría que se lo merece. Un miembro del TC gana unos 150.000 euros más los complementos por algún cargo, despacho, secretarias, coche oficial, etc. Desde ahí la Constitución es la hostia, pero para la mayoría es el soporte legal de un sistema injusto, papel mojado que en el capítulo de los derechos ciudadanos se queda en la letra. La Constitución española no sólo no promulga la igualdad, sino que potencia la desigualdad. En un modelo político como el actual la ley no es igual para todos.

El actual texto fue elaborado en un momento que aún podría estar encuadrado en el tardofranquismo, por elementos, en su mayoría, que participaron activamente en el anterior régimen, todo ello bajo la vigilancia y la amenaza de un ejército golpista. Una Constitución hecha a espaldas del pueblo y en su contra, asumiendo los signos de la Dictadura, y la Monarquía heredera de allí mismo.

El actual texto constitucional nada tiene que ver con el de la Segunda República de 1931, cuyo primer artículo dice de forma clara y contundente: España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de libertad y de justicia. Ahí tenían un buen referente para elaborar la nueva. Pero se trataba de elegir entre avanzar hacia un sistema más progresista o continuar con el régimen anterior bajo la vigilancia, como digo, de un ejército golpista.

La Constitución actual es el soporte adecuado para proteger al poder real y para reprimir a la ciudadanía. Así, de las últimas veces que se ha aplicado, ha sido a través del los artículos 135 y 155. En el primer caso, para modificarlo y dar prioridad al pago de la deuda pública. En el segundo, para suspender el estado autonómico en Cataluña.

  

miércoles, 13 de octubre de 2021

LO QUE HE QUERIDO DECIR

Guardo algunas referencias de cartas y artículos enviados a diarios publicados en papel desde comienzos de este nuevo siglo XXI, pero es en 2008 cuando comencé a ordenar los escritos en forma de textos de diferentes envergaduras: libros, artículos enviados, periódicamente, a distintos diarios digitales y post en un modesto Blog. Son miles de páginas para expresar esas ideas que uno va fraguando a lo largo de una vida, fruto, fundamentalmente, de mis inquietudes, de las vicisitudes de esa vida por la que uno ha tenido que pasar, de mi trayectoria política y de la observación activa de los comportamientos sociales de una especie a la que, de forma gratuita, se le atribuye la condición de humana. Todo ello, en un contexto de relaciones de Poder y Sumisión, pasiones de las que resulta difícil escapar, analizado, sobre todo, en estas sociedades de países que dicen desarrollados.

Mis análisis, y alguna que otra conclusión, han contado con la lectura de trabajos de tantos que, magistralmente, se han dedicado, a lo largo de la historia, a tareas semejantes. También con los escritos de tantos y tantas analistas contemporáneos que sintonizan con esas ideas, con esos deseos de transformación.

Todo este relato, de textos largos y relatos más cortos, está cargado de artículos-resumen, tal vez debido a una mente “cartesiana” (he dedicado algunos artículos al método), pero, fundamentalmente, porque nunca llegas a la esencia de lo que quieres decir. También es cierto que, en lo básico, no se producen cambios significativos. En mi caso, leo y releo artículos y textos escritos hace, por ejemplo, diez o doce años y los escribiría ahora tal cual lo hice en su día. 

 Cuando decides ponerte a escribir, integrándote en lo que yo considero “pensamiento crítico”, habiendo tenido una vida política activa, es decir, habiendo sido militante y activista en grupos políticos, en algunos tiempos clandestinos, pretendes continuar con cierta actividad, analizando el sistema (en este caso el capitalismo y, en consecuencia, la situación socioeconómica que conlleva) e intentando aportar algo de luz. Al comienzo, en un trabajo denominado “En los límites de la irracionalidad”, digo esto: “Uno de los objetivos principales (de escribir) es el de poner algo de luz en un mundo tan en penumbra como este en el que nos ha tocado vivir”.

 Comencé, de manera poco consciente, con una aparente contradicción. Por un lado, intentaba aportar información a los individuos para cambiar las condiciones de vida de un sistema que considero injusto e irracional. Por otro, ya partía de la base de la inmadurez intelectual de la especie.

 En ese mismo texto de 2010, al que he hecho referencia, también digo: La causa por la que la vida discurre en estas sociedades, tal como lo hace, hay que buscarla, y este es el resultado al que me refiero, en la ancestral y flagrante inmadurez intelectual.

Por ser la inmadurez intelectual una de las claves sobre las que se sustenta todo nuestro razonamiento, queremos, desde el principio, ofrecer una aproximación conceptual:

Falta de capacidad necesaria para convivir en armonía con el medio natural y en igualdad entre seres de la misma especie, con arreglo a los dictados de la razón y del entendimiento.

Posesión de comportamientos “primates” que impiden manifestarse como un ser verdaderamente racional y humano. Pobreza humana.

Términos asociados: conciencia (ausencia de), enajenación, sumisión, dominio (instinto de), poder, etc.

Conviene señalar que cuando hablo de inmadurez me refiero a la especie nuestra en general, huyendo de atribuciones personales, si bien es cierto que quiero resaltar el esfuerzo y el sacrificio de todos aquellos que han luchado y luchan por un mundo diferente.

 Método: No es el momento de la improvisación. No soy partidario de hacerlo. Mis manifestaciones se mueven en el terreno de la reflexión, del análisis, del razonamiento, desechando la mera opinión, la conjetura, el disentimiento improvisado o el vano comentario. Por lo general, esas manifestaciones van tomando cuerpo y se consolidan con el paso del tiempo. Un pronóstico solo cabe hacerlo cuando se sustenta sobre un sólido análisis de la realidad, acompañado de la observación de los hechos que apuntan de manera inexorable al final que se infiere.

 Como he dicho antes, nunca llegas con nitidez a lo que quieres expresar, por eso, trabajas en espiral, intentando aproximarte, de forma repetitiva, a esa idea. En estos diez o doce años, he ido “afinando”, intentando aproximarme, apoyándome en escritos anteriores. Poco a poco he ido desacelerando el ritmo de las publicaciones, muestra evidente de que algunas de esas ideas, esas propuestas, se han ido materializado o confirmando.

Todo este proceso me ha servido, fundamentalmente, para reafirmarme en la premisa inicial, y para encontrar las razones de los comportamientos de la ciudadanía. En ese largo recorrido he coincidido con otros que, tal vez, tenían las mismas pretensiones. Frente a mi cansancio, algunos continúan, quizás por ingenuidad, quizás porque les reporta un beneficio. Evidentemente, cuando comencé no sabía que, salvo para el propio desahogo personal,  es inútil escribir, sobre todo ahora, en esta etapa frente a la manipulación de los medios de comunicación. Por otro lado, la interpretación que el interesado lector haga de lo que se escribe no se ajusta a la idea o ideas que expresa el autor.

En realidad, quería llegar a lo que enunciaba, como hipótesis, al inicio de mis análisis: la inmadurez intelectual de la especie. Todo este recorrido me ha servido para comprobar que es, y ha sido, inútil cualquier intento de superación de la desigualdad entre unos seres y otros, de superar la esclavitud en otras etapas, de superar que unos cuantos vivan, se enriquezcan del trabajo de otros, de superar la explotación.

En consecuencia, me he dado cuenta de que es ineficaz cualquier acción, por muy intensa que sea, para cambiar la correlación de fuerzas, que los elementales cambios, en esta última etapa, son los que el sistema concede para beneficio de los poderosos.

Hemos ido avanzando hacia un mundo, a una vida, soportada sobre la improvisación. Una situación explosiva, de provisionalidad, de manera que cuando se produce cualquier interrupción, por muy elemental que parezca, el sistema se tambalea en su totalidad. La subida del gas, por ejemplo, genera una subida generalizada de productos y servicios de primera necesidad. La ausencia de transportista en Gran Bretaña repercute en toda Europa. Y a niveles mayúsculos, estamos en manos de los que manejan los grandes ordenadores, y tal vez algún día tomen conciencia y sean ellos mismos los que controlen la información y las comunicaciones. Vamos camino de eso que ya se conoce como “Inteligencia artificial”.

La acumulación de capital en unos pocos es un fenómeno creciente que, alimentado por la codicia (fruto de la sinrazón) da lugar a la corrupción, a la delincuencia, y  contribuye a la autodestrucción del sistema.

La observación, el análisis y la reflexión me sitúan en una posición contraria a la de aquellos que dicen que hay que seguir manifestándose contra la situación actual, pero ignorando que no hay fuerza para cambiar en lo básico.  El sistema, como he señalado, hace concesiones en cuestiones accesorias, ocultando la contradicción fundamental, haciendo creer a ciertos sectores que han ganado la batalla.

Escribir es un recurso que permite mantener una necesaria actividad mental, evitando anquilosarte. Ha habido momentos, a lo largo de la historia, en los que las aportaciones de pensadores han tenido una mayor incidencia social, sobre todo, en ciertos sectores intelectuales o revolucionarios. Hoy por hoy, con los potentes instrumentos con los que cuenta el Poder, es como predicar en el desierto.

En consecuencia, seguiré escribiendo sobre asuntos, tal vez, más frívolos, aunque siempre estarán presentes los sentimientos y los comportamientos propios y ajenos.

  

martes, 17 de agosto de 2021

¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?

En el terreno de la comunicación, hay varios elementos que caracterizan ahora este tipo de atormentadas sociedades. Por un lado, el soporte físico de lo que llaman la era digital y el empleo que de los sistemas y dispositivos se hace, como   la extrema manipulación a través de los medios. Por otro, los efectos sobre el ser humano: el aislamiento, las prisas y la indiferencia, lo que nos arrastra a la pérdida de la comunicación verbal. Todos ellos guardan relación, y han dado lugar a una involución en lo que era una relación más natural y humana. Mi condición de tecnólogo me autoriza para decir que la tecnología, al contrario de la opinión de Eudald Carbonell, ha influido negativamente en lo que podríamos llamar el progreso humano de la especie.

Durante muchos años, eran las religiones clásicas con sus seres irreales, con sus dioses invisibles, con sus dogmas represivos, las que intoxicaban a una sociedad crédula. Los imperios eclesiales, a lo largo de tantos siglos, además de dedicarse a administrar las riquezas  y a obtener nuevos beneficios, siguen manteniendo cierta influencia sobre grupos poco avanzados intelectualmente, pero algunos se atreven a augurar el declive de la religión católica, por ejemplo, en países como el nuestro, pasadas tres generaciones.  Tal vez por eso, por su posible final o por su decadencia, otras religiones están apareciendo con sus modernos altares digitales.

Los avances de la tecnología, en estos últimos tiempos, se han traducido en dispositivos y sistemas que han sido magistralmente utilizados por el poder. Los medios audiovisuales de emisión se han ido transformando hasta convertirse en esos potentes instrumentos de manipulación y engaño. La mayoría de ellos están en manos privadas de grandes compañías, pero, lo más alarmante, es que los de control público, será por aquello de la rivalidad o la competencia, siguen la misma pauta.

 

Pero ahora, desde hace unas décadas, con esto de lo que llaman era digital, han entrado en barrena, y cualquier información de los medios sólo pretende asustar a una sociedad ya asustada, temerosa, indiferente y siempre con prisas

 

Llegados a la actual situación, estos medios ya no requieren la censura o el encargo por parte  de los que mandan. Los que presentan y dirigen los programas, incluidos los de las noticias, funcionan autónomamente. Alguno de estos decía hace unos días; “a mí nadie me dice lo que tengo que decir”. Alguien acertadamente le contestó: “claro, porque ya saben lo que tú vas a decir”. O sea, contratan al pregonero, con ese perfil, sin que sea necesario que le den el guión. En algún momento he dicho que el sistema, en general, adquiere vida propia y funciona sin necesidad de ser dirigido.

 

Una sociedad asustada es más manipulable

 

Coincido con los que alguna vez han dicho, y con cualquiera con un mínimo de sentido de la observación, que una sociedad asustada es más manipulable. Y bien que a lo largo de la historia se lo han aprendido las clases que han dominado. Pero ahora, desde hace unas décadas, con el potente desarrollo tecnológico, han entrado en barrena, y cualquier información de los medios sólo pretende asustar a una sociedad ya asustada, temerosa, indiferente y siempre con prisas, conseguido a base de mensaje y masaje tendenciosos. Para ser sincero, no sé, a ciencia cierta, hasta dónde quieren llegar. Es como que no hay quien pare la máquina, aunque se hayan “pasado de rosca”. 

Los trasmisores de todo tipo de desgracias suelen ser personal a sueldo, hombres y mujeres de paja, intelectualmente poco brillantes, que funcionan sin rechistar bajo unos esquemas preestablecidos.

La consigna, ya enmohecida, roñosa, pero cada vez más eficaz consiste en asustar, en meter miedo. Y el virus como constante, la información periódica del tiempo (el clima) y, coyunturalmente, los incendios o cualquier otro tipo de catástrofes abren cada día, en cada emisión, los servicios informativos de radio y televisión. Lo del cambio climático es también una constante, pero viene en píldoras, y cuando les parece sueltan alguna. El caso es acojonar al personal con desgracias ante las que el individuo se siente impotente, por lo que multiplica su angustia, y le previene ¡ojo! Que te puede pasar a ti mañana.

Lo del coronavirus es todo un despropósito, y un abuso de confianza, pero con una elevada carga manipuladora. Desde que apareció el fenómeno, la información que dan es intencionadamente confusa, incompleta  y, a mi modo de ver, falsa. Conociendo  la falta de rigor para las cifras en este país, ¿Cómo son capaces de suministrar esos datos con tal precisión de un día para otro, teniendo que reunir la información de tantos puntos diferentes? ¿Por qué no dan otros datos de otras enfermedades y los ponen todos en relación? Por ejemplo, de los fallecidos ayer sólo un dos % ha sido por Covid, ¿cómo se sabe que se ha fallecido por esta enfermedad? Pero la mayoría se asusta, sin analizar las cifras, y sin hacer la más mínima reflexión. Porque eso es lo que quieren los que nos controlan o nos quieren controlar.

Las temperaturas en verano, la machacona información con las temperaturas. Es como si sólo hubiera habido este año temperaturas altas. ¡Record de temperaturas! “Esto es consecuencia del cambio climático”, nos dicen. Doble angustia. En ese afán por la estadística, luego nos recuerdan que desde 1961 no se alcanzaban estas temperaturas. Entonces, en qué quedamos: ¿son las más altas estas de 2021 o ya en 1961 alcanzamos los mismos grados? Pareciera que estos simples informadores disfrutaran amenazando: “pero prepárense que mañana será peor”. Y qué puedo hacer, pregunto, que no sea refrescarme en la medida de mis posibilidades. Alguien, intelectualmente brillante me dice: “lo normal es que en verano, en estas latitudes, haga calor”.

Pero por si no tuviéramos bastante con el virus, el calor y el cambio climático: los incendios. Bien es cierto que hay imprudencias o maldades que dan origen a ciertos desastres, pero yo desde mi modesto hogar, que está  a cientos o a miles de kilómetros de la catástrofe: ¿Qué puedo hacer? Entonces: ¿para qué me lo cuentan? Está claro: para acojonarme.  Aunque no está claro que lo consigan en mi caso.

 

Esto ha cambiado, casi de forma radical, la comunicación verbal entre iguales. En estos tiempos, cuando alguien habla en grupo o dialoga con otro, no se le escucha

 

Toda esta mala, repetitiva y tendenciosa información está consiguiendo que sectores sociales, sobre todo jóvenes, abandonen las grandes cadenas de radio y TV y recurran a nuevas formas de distracción, pero aún son mayoría quienes se dejan seducir por la mentira, la manipulación y la TV basura. O sea que siguen siendo mayoría los afectados por estos nuevos modelos represivos, que juegan semejante papel que las religiones en la Edad Media y posterior

Lo que está claro es que hay que reconocer el éxito y  los efectos de esta manipulación sobre los comportamientos de los ciudadanos. No sólo es el mensaje que les llega, además de ello, también es el uso de nuevos dispositivos electrónicos.

Las prisas y la indiferencia, como hemos enunciado al comienzo, son dos elementos que caracterizan a estas sociedades en estos tiempos y, como hemos dicho un poco más arriba, el triunfo de la clase dominante. Estas dos deformaciones del comportamiento restan valor a la comunicación y a las capacidades de reflexión, meditación y análisis. Han conseguido que apliquemos la regla de cada cual a lo suyo, destruyendo los valores de fraternidad, de solidaridad, de crítica y de subversión. Con esto de las prisas han conseguido que el ser se sienta más importante enunciando que tiene prisa sea donde sea y cuando sea. Esto de sentir prisa en cada momento hace que vayamos siempre a la carrera y abunda en eso de la ausencia de reflexión y análisis. Es posible que las prisas, a veces sean para coger el móvil y jugar, ver los wasap acumulados o leer algunas noticias ajenas e irrelevantes.

Los individuos, cada vez más individuos, se han acostumbrado a recibir la información desde un dispositivo (radio, televisor, ordenador, tablet o móvil) de manera unidireccional, y en muchas ocasiones escrita. Esto ha cambiado, casi de forma radical, la comunicación verbal entre iguales. En estos tiempos, cuando alguien habla en grupo o dialoga con otro, no se le escucha, entre otras razones porque en tiempo de ocio rara vez se prescinde del “móvil”, dispositivo que nació con el fin de sustituir a la telefonía de conexión fija, pero que hoy día son dispositivos inteligentes cuyas posibilidades de emisión o recepción son enormes, pero, normalmente, en silencio. Por eso, esa forma de comunicación “tête a tête” o en reunión, y todo lo que conlleva, está en decadencia, lo que entendemos que nos arrastra a una profunda deshumanización.

 

 

jueves, 1 de julio de 2021

REIVINDICACIONES Y DUDA

Dos ideas se conjugan para dar rienda suelta a la reflexión y, si fuera posible, concluir en algo que ponga un poco de luz a esta situación vital que nos envuelve. Por un lado, la diversidad en los procesos reivindicativos, entre los que se encuentra el deseo independentista. Por otro, la duda: ¿cabe un sistema socioeconómico intermedio entre el capitalismo y el comunismo?

En primer lugar sería obligatorio exponer, en este último caso, lo que entendemos por una cosa y por otra.

Comunismo Es una concepción de la vida que, hoy por hoy, anida, exclusivamente, en el deseo, en el ideario y en el imaginario de los que componen un determinado sector social, pero merece la pena seguir avanzando en la idea para que algún día  pueda convertirse en realidad. En la materialización de esa idea comunista cada cual debiera vivir del rendimiento de su fuerza de trabajo, y no de la de los otros. No cabe la acumulación, ni la explotación, ni la enajenación, ni los grandes medios de producción y servicios en manos privadas.

En el Capitalismo el lema básico es la obtención del máximo beneficio en el menor tiempo posible a costa del trabajo y la explotación de otros. El capitalismo anida en sentimientos tan primarios, antisociales e irracionales como la codicia y el poder, dando lugar a estados de desigualdad, injusticia y, en muchas ocasiones, de crueldad.

A medio camino, entre lo que podría ser una sociedad más racional y lo que tenemos ahora, cabría, aunque en el marco del actual sistema, una actuación de los  gobiernos con talante progresista consistente en la intervención en asuntos de especial relevancia: a) el saneamiento de las administraciones y de las dependencias de carácter público; b) la persecución implacable de la corrupción, y la regulación normativa para evitar la especulación; c) la aplicación de una política fiscal que penalizara de manera auténticamente progresiva los elevados ingresos, lo que supondría poner límite a las crecientes desigualdades económicas entre unos y otros; d) el acuerdo internacional para evitar la evasión de capitales. Ahora bien: ¿es posible esto en el actual modelo de alternancia del poder político?, ¿es posible que la socialdemocracia, como fuerza política más progresista con posibilidades de gobierno, pueda o  quiera dar este paso? La realidad es que ese tipo de medidas, que podrían acercarnos a mayores cotas de racionalidad, cada día se ven más distantes. Pero, además, esto no es un sistema intermedio, porque, aunque esto sólo serían medidas reformistas, se mantendrían los sentimientos y los objetivos del modelo capitalista. Seguiría siendo un sistema de clases con una de ellas dominante.

En consecuencia, no cabe una situación intermedia entre un sistema de clases y otro sin ellas. No es posible, a través de los actuales modelos políticos, pasar de uno a otro. Como en otras épocas, el actual sistema se autodestruirá poco a poco, según se vayan agudizando las contradicciones. El deseo de acumulación, irá precarizando y empobreciendo a la clase trabajadora, extendiéndose progresivamente a los sectores actualmente más favorecidos. La pérdida de poder adquisitivo irá reduciendo el consumo, lo que supondrá una reducción de beneficios de algunos sectores, pérdida que, como en la clase trabajadora, se irá extendiendo progresivamente a otros sectores productivos.

 Esto no es una profecía, nada más lejos. Intento soportar mi análisis en la ciencia de la historia desarrollada por otros. Todos sistemas anteriores han sucumbido y han sido reemplazados por otros. El capitalismo acabará, lo que no ocurrirá de la noche a la mañana.

Recordemos, por ejemplo, que la floreciente etapa capitalista comenzó a gestarse hacia los siglos XIII y XIV, pero hasta los siglos XVIII y XIX no desaparecen las estructuras feudales, incluso, algunas forma de producción se han mantenido hasta fechas recientes en zonas rurales.

Por otra parte, en paralelo con la decadencia del viejo sistema ha habido otro naciente que, por lo general, se va apoderando del poder económico. En el momento actual, el capitalismo, camuflado con el eufemismo de neoliberalismo, está dando evidentes muestras de agotamiento en aquellas zonas donde comenzó. En ese marco de la señalada precarización: cada vez le resulta mas difícil a la clase dominante mantener sin cambios radicales las formas de dominación, cada vez se agudiza más la crisis política, incorporándose elementos fascistas de corte autoritario y antidemocrático, cada vez hay menos necesidad de fuerza de trabajo (pilar del sistema) y, en consecuencia, mayor desempleo y, por ese motivo, cada vez más colectivos viviendo en la pobreza. Pero, en este caso, no existe fuerza política organizada que se ofrezca como alternativa.

Las trampas de la diversidad (título prestado)

La actual reivindicación independentista forma parte de esa diversidad que resta fuerza a la principal contradicción: ricos, pobres. En otras etapas, expresado de manera nítida: explotadores, explotados. A veces me pregunto si esto de la diversidad no serán trampas del propio sistema para distraer a la ciudadanía de su verdadero problema. Otras veces me parece, con toda rotundidad, que así es. 

Observado desde dentro de Cataluña se muestra como reivindicación de la supuesta izquierda, aunque, en realidad, es el deseo de las clases dominantes locales, para quitarse lo que consideran el lastre de las Castillas y sus alrededores.

Aún en el mismo marco socioeconómico, hay marcadas diferencias en el trato político al problema entre gobiernos de talante progresista y otros de corte fascista, como los del PP. En consecuencia, el actual gobierno de coalición de este país intenta llegar a un acuerdo con los dirigentes catalanes para calmar esas ansias de absurda reivindicación de independencia que arrastra a un amplio sector social. Para ello, ha decretado el indulto para los políticos catalanes encarcelados. Unos políticos injustamente condenados, por lo que no cabía otra salida.

Pero si admitimos que no cabe un sistema intermedio entre capitalismo y socialismo (comunismo), los apasionados ciudadanos han de tener en cuentan, en el supuesto de que se lograra la independencia, que seguirían viviendo en un sistema de clases con ricos y pobres. Un sistema, como hemos señalado, en decadencia. Entonces descubrirían que todo fue una manipulación para seguir alimentando a la clase dominante, aunque la zona fuera conocida como República.


martes, 1 de junio de 2021

LA DEMOCRACIA COMO TAPADERA DE UNA ESTAFA (Y de paso, algunos comentarios de la más reciente historia política de este país)

 

Hace ya algún tiempo, hemos hablado de la democracia como estrategia (de un sistema socioeconómico) y, más recientemente, de una democracia a la medida (de un sistema socioeconómico). Nos hemos referido a la democracia en repetidas ocasiones, dando siempre por entendido que esto que llamamos democracia nada tiene que ver con un verdadero modelo de participación en el marco de la libertad y de la igualdad.

En el caso particular de España,  y después de una terrible dictadura, comenzó un periodo de miedo residual, de incertidumbre y de inexperiencia frente a los países de nuestro entorno. Comenzó eso que más tarde se llamó transición. Con una fórmula extraña, comenzó un periodo de continuidad franquista sin la figura principal, al que sucedió un personaje impuesto por el dictador, lo que a partir de 1978, dio lugar a una Monarquía constitucional, sin que la ciudadanía tuviera la posibilidad de elegir la forma de Estado, previo a la aprobación de la constitución. Nadie puede considerar, ni ahora ni entonces, esa situación, ni siquiera, como una democracia del estilo de las de los países vecinos. La trayectoria seguida en este país ha desembocado en un simulacro de democracia como tapadera de una estafa.

 Los siguientes siete años, después de la desaparición del sanguinario militar fascista, fuimos gobernados por elementos surgidos de la Dictadura. En ese tiempo, a la sombra, se fue fraguando un grupo político que se apropió de las siglas de los viejos socialistas que abandonaron el país tras la guerra. El PSOE estuvo escondido durante la Dictadura, frente a la acción antifranquista continuada y única del PCE.

 Ese PSOE del “cambio” es el partido que más daño ha hecho a este país y, en particular, a la izquierda.

Con el lema “por el cambio”,  el apoyo de la Europa socialdemócrata (la otra cara del liberalismo), el de la oligarquía patria y una potente operación de marketing, este renovado PSOE conquistó el voto de viejos republicanos y de jóvenes inexpertos que anhelaban una salida de esa angustia de tantos años. A partir de 1982, y durante 14 años, hemos vivido en la impostura y en el engaño, utilizando, ese renovado PSOE, la democracia como estrategia, y, situándose, falsamente, en la izquierda del espectro político.

Fue sorprendente que a partir de esa fecha desaparecieran todas esas intentonas de golpes cuarteleros, que fueron creciendo de tono hasta la toma del Congreso de los Diputados en febrero de 1981. A raíz del éxito de los “socialistas” esas intentonas desaparecieron radicalmente. Algo que hizo sospechar a algunos,  y a reflexionar, ante la pregunta: ¿cómo es posible que con un Gobierno de izquierdas (supuestamente) el ejército se tranquilizara?

 Detentaron  el poder político bajo el paraguas y la supervisión de la oligarquía, haciendo creer que esto era una verdadera democracia. Eso fue el inicio de un simulacro, una situación difícilmente convertible en algo creíble.

Ese PSOE del “cambio” es el partido que más daño ha hecho a este país y, en particular, a la izquierda. Dieron al traste con la verdadera estrategia de la izquierda de nombre “Ruptura democrática”, y vaciaron de contenido al término, engañando a una sociedad deseosa de la superación de la Dictadura. Detentaron  el poder político bajo el paraguas y la supervisión de la oligarquía, haciendo creer que esto era una verdadera democracia. Eso fue el inicio de un simulacro, una situación difícilmente convertible en algo creíble. Un periodo aquel en el que se cometieron atrocidades como la creación de los GAL, de Ministros y altos cargos condenados, lo que certifica esa realidad criminal. A pesar de ello seguimos sin saber quién fue “míster X”.  ¿O tal vez sea de dominio público?  El pueblo olvida y perdona a los delincuentes, aunque estos actúen en contra de sus intereses.

Ahí les tenemos ahora a los que levantaban el puño en los mítines, a los que dijeron: De entrada NO a la OTAN, y luego les faltó el tiempo para engatusar, manipular  y amenazar a un sector (suficiente) de la sociedad para conseguir el “si” mediante un Referendum de palo (robo, atraco, según la RAE).

Ahí tenemos al jefe, al otro, al que ellos mismos llamaban “el canijo”, a toda la caterva de entonces y a los que aún continúan calentando sillones, negando a su compañero de filas, enfrentándose a las políticas progresistas del Gobierno actual. Sus rancias declaraciones  de hoy día superan a las más reaccionarias de los ultras. Por eso, los partidos políticos de la derecha, y los sectores más recalcitrantes, reivindican el PSOE de antes, “el felipismo” de González, revolcándose éste ahora, en sus riquezas, y relacionándose con los poderosos en sus mansiones y en sus fincas de caza.

La corrupción, los desatinos y los delitos cometidos, dieron paso a la derecha ultramontana de los herederos de la Dictadura con un tal Aznar a la cabeza, sí, ese que nos metió en la guerra de Irak, y uno de los de la foto. Dejaron una situación tan deteriorada y tan antidemocrática que le vino que ni al pelo a ese aprendiz de Führer, el Führercito, como le llamó Fidel Castro.

Otra vez las mentiras y el desgobierno para los más pobres, tumbaron a los de esa derecha acosada por esos momentos de lucha y reivindicación que bien quisiéramos para hoy. Todo el largo proceso que comenzó con el triunfo del PSOE en el 82, dicho sea de paso, nos ha ido mermando fuerzas hasta llegar a donde estamos ahora.

La guerra de Irak nos puso en guardia con aquello del “No a la guerra” en un largo proceso de protesta que culminó con las mentiras de los atentados del 11M, unos días antes de las Elecciones Generales que dieron el triunfo de nuevo al PSOE. Un partido diferente al de los años 80 y 90, con un líder más auténtico que el anterior, con ganas de llevar a cabo transformaciones de progreso. Esa salida del ritmo marcado desde arriba y la crisis del 2008 acabaron con esa etapa, que, de haberle dejado, le habría dado un carácter más democrático al modelo. Zapatero sigue siendo una persona razonable y fiel a sus principios. Es un político en excedencia que apoya la actual política de Pedro Sánchez y del Gobierno de coalición, frente a todos los estómagos agradecidos de aquellos años perdidos para el progreso.    

En esta democracia fingida, se ha estado cumpliendo, grosso modo, la regla de las dos legislaturas, a raíz de la impostura del PSOE de González. Dos legislaturas de PP, dos del PSOE, otras dos del PP, interrumpida la segunda por la moción de censura de 2018. Bien es cierto que a partir de 2015, con la irrupción de Podemos  se rompe la alternancia bipartidista, quiebra el modelo, y se inicia un camino de chapuzas para mantener esa cíclica dinámica. Se crea un partido fantasma, Ciudadanos, se repiten elecciones y se obliga a una parte del PSOE a abstenerse para investir a M punto Rajoy en 2016.

A raíz de la moción de censura de 2018 comienza una etapa que bien se podría asociar a una democracia de corte europeísta, con algún error de los socialistas, como por ejemplo, cuando podrían haber formado una coalición unos meses antes, a raíz de las elecciones de abril de 2019. Una coalición más fuerte con el apoyo de más escaños de la izquierda.

Pedro Sánchez, con la encarnizada oposición de la plantilla de esos impostores de los primeros vencedores del PSOE, algunos aún permanecen en puestos de poder político, podría consolidar una democracia más acorde con el término. Sin embargo, el desgaste al que le están sometiendo puede que todo acabe con una nueva convocatoria, si no fuerzan una nueva moción de censura, ahora en sentido opuesto, y volver a las andadas, donde la oligarquía se encuentra más cómoda.  

Tenemos razones para concluir que somos diferentes porque el modelo político nacido a raíz del final de la gran guerra, encuentra difícil encaje en este país. Después de destruir la democracia más avanzada de toda Europa, le han sucedido 80 años repartidos entre una sanguinaria Dictadura, y, más tarde, hemos sido estafados con una democracia fingida.

 

domingo, 9 de mayo de 2021

UNA DEMOCRACIA A LA MEDIDA (Un modelo para un sistema)

Este título, “Una democracia a la medida”, es anterior a los últimos acontecimientos políticos. Ahora es inevitable incorporar el fenómeno capitalino (y su entorno) del día cuatro de abril, y la decisión tomada por Pablo Iglesias, aunque el contenido de este breve análisis intenta ir un poco más allá. Adelantándome a una de las conclusiones a las que el lector o lectora, tras la lectura completa, pudiera llegar, tal como señalo en el subtítulo, el sistema socioeconómico impone un modelo político a su medida, imposible de cambiar desde dentro, lo que me retrotrae a una idea que ya casi había abandonado: la abstención como potente elemento de lucha contra el sistema, aunque esto sólo sirva para sentirte ajeno a esa mayoría que se deja manipular y sostiene la situación política de protección de la oligarquía. Supongo que esta opción es difícilmente asumible, incluso podría considerarse contraria al progreso. Allá cada cual.

Como en tantas ocasiones, las emociones se anteponen a la razón, y, luego nos arrastra a la frustración, al desencanto y, vaya usted a saber, a dónde más. En acontecimientos como el que hemos vivido recientemente en Madrid, algunos hemos actuado, cargados de ilusión, olvidando las claves sobre las que descansa el modelo político y el sistema capitalista al que sirve lo que llaman democracia.

Intentaré que la emoción no me embargue para poder ir algo más allá de una simple oda a Iglesias, aunque, como he dicho, es inevitable hacer referencia al momento actual.

La democracia instalada en estos países de occidente es un modelo político basado en la alternancia de dos partidos, diseñado para el sistema capitalista clásico en el que coexisten dos clases antagónicas: explotadores y explotados. El desarrollo tecnológico ha permitido que las relaciones de producción hayan cambiado de forma sustancial, desdibujando las formas de relación, aunque marcando, de manera nítida, la desigualdad entre ricos y pobres, con un segmento de individuos instrumentalizados, y bien pagados, a modo de guardia pretoriana del poder real que se encarga de embrutecer a los de abajo y convertirles en masa maleable, formada por individuos sin libertad y sin integridad, y adiestrados para asumir la mentira. He aquí, a modo de ejemplo, el caso reciente de las elecciones madrileñas.

Pablo Iglesias ha ignorado gran parte de esta situación, de esta arquitectura montada para dar rienda suelta a las pasiones más miserables que el ser, mal llamado humano, es capaz de poner en práctica. Pablo ha sido una explosión de fuegos de artificio seguidos por la ceguera histórica de quienes buscan un mundo mejor. Viejos luchadores, y neófitos, no han reparado en hechos ocurridos a lo largo de la historia más reciente, es decir, de lo ocurrido en el siglo pasado y en lo que va del presente. No es este el momento de abordar la historia profunda en la que, en cada etapa, ha existido, como constante, una clase dominante.

Iglesias ha intentado romper con lo establecido sin reparar en que los que tienen el poder tratan de mantener una amplia franja de seguridad para proteger sus intereses y su riqueza. Por lo tanto, cuando barruntan que su poder puede quebrar, no dudan en tomar medidas desorbitadas y desproporcionas a los efectos que algunos acontecimientos pudieran producir. Unidas Podemos no tienen ninguna posibilidad de cambiar la correlación de fuerzas, pero incordia y es como una “mosca cojonera” en el marco del modelo político establecido, por eso lo mejor, piensan, es eliminarles del escenario político en un proceso encaminado a la vuelta al bipartidismo puro, si no al gran pacto buscado en tiempos recientes. Siempre con la idea de favorecer el beneficio creciente.

Por otra parte, Podemos nace con tres cabezas visibles: Iglesias, Errejón y Monedero. Este último un personajillo con afán de protagonismo, y a años luz del pueblo llano. Errejón un agente infiltrado que, junto a otras, traicionaría, como detallaremos más adelante, a su amigo y compañero. Un elemento decisivo en el derrumbe de la izquierda.

Pablo debería haber tenido en cuenta que consolidar un calentón de los sectores más progresistas, allá por el 2014, está llamado al fracaso en una sociedad instrumentalizada y de baja talla intelectual.  Como político, y politólogo, debería haber analizado la historia para concluir en que en esta democracia no cabe una opción que no sea aceptada por el poder real.     

Si observamos esa reciente historia del siglo veinte, y lo que va del actual, observaremos que cuando las elecciones han dado el triunfo a la verdadera izquierda, el poder real ha reaccionado, a veces de manera tan violenta como en nuestra tierra y en algún otro lugar, para arrebatarles el triunfo electoral. Por otra parte, ha sido un continuo la puesta de palos en la rueda para destruir a la izquierda competidora.

En todo ese tiempo hemos visto como las urnas han dado, a veces, el poder político a la verdadera izquierda, pero como, por unos u otros medios, han sido eliminados sus instituciones y sus protagonistas por unos u otros medios. En el año 1936, el Frente Popular, en este país nuestro emprendió una verdadera política de cambio a favor del pueblo, pero en sólo cuatro meses fue brutalmente destruida por un sanguinario golpe militar. El pueblo no era lo que es ahora y les mantuvo a raya durante tres años. Un verdadero acontecimiento heroico. En Latinoamérica son varios los casos: Argentina, Uruguay o Chile cuyo final, en este último caso, guarda muchas analogías con el caso español. Grecia es uno de los casos más recientes en el que el éxito de Syriza en 2015 se ha difuminado como un molinillo.

Por otra parte, hablando de lo más cercano, cuando la izquierda intenta reconstruirse, saltan las alarmas, y se toman esas medidas desorbitadas a las que hemos hecho referencia antes. Anguita era un político incómodo para el poder real en los 80 y en los 90. No tardaron en perseguirle y en difamarle hasta extremos insospechados. Fue el grupo Prisa el que tomó las riendas con Juan Luis Cebrián y Rodolfo Serrano como principales instigadores.  Fue en septiembre de 1997 cuando, definitivamente, unos diputados de IU se convirtieron en trásfugas y fundaron un nuevo partido, el PDNI, con Cristina Almeida como presidenta. Esta operación debilitó a IU, pasando de 21 diputados a 8 en las elecciones del 2000, a 5 en las del 2004, junto a ICV de Cataluña, y a uno exclusivamente en 2008. Llamazares era la persona que querían como líder para destruir los restos de lo que fue izquierda.

Cuando irrumpe Podemos en el 2014, la oligarquía se teme lo peor (para ellos) y se fija en Ciudadanos, que operaba en Cataluña, para convertirlo en un grupo de ámbito estatal. La idea era contrarrestar el efecto Podemos. Sin embargo, más adelante, irrumpe Vox que es una escisión del PP, y C’s deja de interesarles, lo que supone, como estamos comprobando, su desaparición.

Como Podemos resiste todos los envites, le intentan reventar desde dentro. Errejón en connivencia con una tal Manuela Carmena, a la que Podemos promocionó para alcaldesa de Madrid, prepararon un montaje, aupado por el IBEX35 que cumplió con su papel. Le quitaron votos a UP en las generales del 19, en las autonómicas y en las municipales.

La intención, como he dicho, es recuperar el bipartidismo: un PSOE light (alejado de una verdadera izquierda, un socialismo de impostura) y una extrema derecha del PP con Vox como apéndice y ariete. Esta operación cuenta con una sociedad mansa, indiferente e ignorante, con un bajo perfil intelectual, en su mayoría. La idea de cambio radical a mejor para los más desfavorecidos se desvanece cada vez que hay un intento de mejora. Nadie es capaz de explicar el desajuste entre los resultados electorales y la condición socioeconómica de los votantes. Incluso las revoluciones han fracasado, salvo honrosas excepciones. En consecuencia, parece que el estado mental de la especie no da más de sí, por lo que habrá que confiar en la evolución, aunque perdemos la esperanza de que esto que somos pueda mejorar a corto o medio plazo.

  

viernes, 19 de marzo de 2021

PRINCIPIO Y FIN DEL GRUPO CIUDADANOS EN UN MODELO POLÍTICO A LA DERIVA

Ciudadanos surge en el 2005 como plataforma cívica denominada Ciutadans de Catalunya.  Por su aceptación en el ámbito local, decidieron, allá por el bienio 2014-2015, hacerse presentes en todo el territorio del Estado. Un tiempo en el que el modelo de alternancia bipartidista ya había entrado en crisis.

Ese modelo bipartidista, PSOE-PP, se quebró con la aparición de Podemos, que surgió en 2014 a raíz del movimiento 15 M de 2011. La clase dominante, con esa visión tan miope de la situación socioeconómica, entró en pánico y buscó la forma de contrarrestar el fenómeno Podemos, que en algunas encuestas del 2014 le daban como primer partido en intención de voto. Fue entonces cuando centró la atención en Ciudadanos, viendo venir el desgaste del PP por la corrupción generalizada de la cúpula de este partido.

Ciudadanos es un grupo político de salón que nace sin ideología, sin militancia, sin organización y sin experiencia. Sus fundadores intentaron colocarlo en un espacio virtual de centro, pero su inconsistencia no le permite ocupar un sólido lugar en el panorama político. Sólo por el apoyo desde arriba, de la ambición de unos cuantos, por la corrupción de la derecha política clásica y por la ignorancia popular, consiguieron una representación en el Congreso de los Diputados, más o menos estable, que se materializa en 40, 32 y 57 diputados en los años 2015, 2016 y 2019A respectivamente. Pero es en noviembre de ese último año (2019N), en segunda convocatoria, cuando sufren el batacazo, limitándose su representación a 10 Diputados. Finalmente, es en las elecciones catalanas, celebradas el 14F donde Ciudadanos pasa de 36 representantes anteriores (el más votado) a 6.

Todo este periodo de tiempo está sembrado de otras elecciones municipales y autonómicas en las que Ciudadanos participa, pero sólo consiguen gobernar en coalición en contadas Comunidades y Municipios, en particular en Madrid, Andalucía, Castilla-León y Murcia.

Atención. El declive de Ciudadanos coincide con el auge de Vox, grupo político de corte fascista, que se presenta tras la máscara de la extrema derecha. El paso de 57 a 10 Diputados de Ciudadanos coinciden con el paso de 24 (en 2015 y 2016 no obtuvieron representación) a 52 de Vox.

Ya en mayo de 2015, me atreví a situar a Ciudadanos en la extrema derecha, por utilizar términos entendibles, en aras de sus actuaciones, su desorientación y a las declaraciones de sus dirigentes. Comprobando que Ciudadanos no se ajustaba a lo que sus poderosos creadores esperaban, optaron éstos por apoyar al original, es decir, a Vox.

A partir de ese momento se inicia la descomposición de Ciudadanos, comenzando por la dimisión y abandono de su jefe.  Ahora vemos como se resquebrajan los gobiernos de coalición de PP y Ciudadanos. Comienza el Gobierno Regional de Murcia en el que Ciudadanos, con el ánimo de sobrevivir, pretende romper con el PP y pactar con el PSOE, pero como esto no se puede permitir, han sobornado a la mitad de los Diputados para parar la moción de censura. Pero el daño para este grupo en esa Región ya está hecho.

En Madrid, donde gobiernan también en coalición con el PP, la Presidenta, oliéndose una operación similar, ha disuelto la Asamblea con el ánimo de obtener mayoría en las elecciones convocadas y pactar con Vox.

Ciudadanos ya no es necesario. Por lo tanto, su desaparición total es cuestión de tiempo, de poco tiempo. Sus dirigentes, huyendo de la quema, buscan un hueco en otros grupos, lo que pone de manifiesto que esto no es un grupo político al uso, sino una panda de truhanes que buscan una situación cómoda que les proporcione buenos ingresos.

Fracasado el ensayo Ciudadanos, nos vemos abocados a ser gobernados, en cualquier ámbito, por una derecha radical formada por PP y Vox en la que este último marcará la pauta, como ya está ocurriendo en aquellos lugares donde gobierna la derecha y Vox tiene presencia, aunque no forme parte del Gobierno o de  la coalición. La única tabla de salvación que les libera de esta catástrofe son los partidos nacionalistas en aquellas zonas donde tienen presencia.  Ya en julio de 2016, a raíz de los resultados electorales del  26J, dije que los nacionalistas jugarían un importante papel en el panorama político.

 

Sistema y modelo

El modelo político al uso en los países de occidente, está pensado como soporte del sistema capitalista, y la democracia como estrategia.

El sistema siempre se ha visto necesitado de una cobertura política que, de una u otra manera, le proteja y le permita operar de la forma más tranquila posible. Cuando ha sido necesario utilizar modelos represivos, no ha tenido inconveniente en llevar esas prácticas hasta sus últimas consecuencias. Las democracias modernas ofrecen una aparente paz social, haciéndonos creer que éste es el menos malo de los modelos de convivencia. El término “democracia” se ha convertido ahora en el parapeto político de un sistema injusto tras el cual toda actuación se legitima por el mero hecho de estar encuadrado en lo que no es otra cosa que una mera fachada para mantener la mansedumbre de las masas y para contener cualquier intento de rebeldía.

 

Hasta el momento, en este país, todos los Gobiernos han funcionado bajo esta regla. Los que se han pronunciado como de izquierdas, y los votantes así lo han entendido y aprobado con sus votos, han engañado al pueblo, jugando a la impostura, comenzando con aquel que ahora juega en el campo de los poderosos debido al pago recibido por los servicios prestados.

Sin embargo, lo que se conoce como derecha, una derecha casposa y fascista (antidemocrática y autoritaria) creen que son ellos los auténticos poseedores del poder político, y razón no les falta por pura coherencia. Por eso no reconocen a los Gobiernos que se definen como de izquierdas. Así, por ejemplo, el éxito de la última moción de censura que tumbó a Rajoy es interpretada por la actual oposición de derechas como un robo al, según su versión, auténtico Gobierno de derechas salido de los anteriores pactos.

 

En realidad, no tendremos una verdadera política de izquierdas mientras los triunfadores en las urnas no sean capaces de cambiar la actual correlación de fuerzas, y sean las clases populares las que tengan el auténtico poder para ir eliminando la desigualdad y la injusticia, inherentes a un sistema capitalista, ahora agotado, aunque sin alternativa a la vista.

 

El futuro no es demasiado halagüeño. La única solución que se les ha ocurrido a los que nos dominan es extremar la política, incorporando nuevos grupos claramente autoritarios y antidemocráticos (es decir, fascistas) como Vox, manipulando a la población, en la seguridad de que su mensaje cuaja en un colectivo mayoritario poco dotado intelectualmente.