domingo, 20 de noviembre de 2016

EL PSOE HA MUERTO: VIVA EL PROGRESO

Llegados a tal extremo, a la minoría farisaica del sanedrín del PSOE no le ha quedado más remedio que mostrar su verdadera cara, sin importarles que el partido se haya hecho trizas. ¡Qué más les da!, ellos ya han obtenido pingües beneficios, mintiendo al pueblo y a los militantes de buena voluntad. Quienes escriban la historia oficial, la crónica política, contarán a nuestros descendientes los hechos a los que asistimos de manera simplista: “el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, dimitió, M. Rajoy fue elegido Presidente del Gobierno por segunda vez con el apoyo de los socialistas y de un nuevo partido conocido como Ciudadanos”. O algo semejante. Así de plano nos lo han contado siempre, y eso los más objetivos. Ha sido necesario recurrir a la historia no oficial y al análisis para descubrir las razones por las que la humanidad ha seguido una trayectoria tan errática.
Los o las que cuenten los acontecimientos a los que estamos asistiendo no dirán que cuando Pedro Sánchez estaba decidido a dar un giro a la política conservadora de las últimas décadas, fue defenestrado de forma impúdica por sus propios compañeros. No contarán que complotaron, utilizando las más siniestras estratagemas; que aquellos a los que él mismo había elegido para la dirección del partido, le traicionaron: la mitad de la ejecutiva dimitía para forzarle a dimitir a él, como así ocurrió. Un trabajo sucio que saca a la luz la extrema pobreza humana de aquellos y aquellas que fueron manejados por los que deseaban venganza, por aquellos y aquellas que mantienen una falsa imagen ante una sociedad ingenua o ignorante. Se cargaron a Sánchez, y de paso al partido al completo. ¿Qué recompensa tendrán?, ¿se conformarán con un simple asalto a la dirección del partido? Poca cosa. Tal vez haya mucho más detrás de todo esto. Algo nos imaginamos, pero es el lector el que debe reflexionar a partir de estos datos.
Después de estos acontecimientos, el partido queda destrozado. Pero los destructores parece que piensan que, antes o después, se recompondrá. Deben pensar que el paso del tiempo cerrará las cicatrices, en la creencia de que los individuos son manipulables. Miserables premisas para la reconstrucción. Bien es cierto que la buena voluntad de algunos podría jugar un importante papel en la remontada. Una sincera ideología y un deseo de no querer perderlo todo, podría ayudar a aupar a los nuevos dirigentes. Sin hacer nada, el PSOE mantiene un suelo que siempre les apoyará en las elecciones. Cuatro maniobras les permitirán recuperar parte de las pérdidas que inicialmente hayan sufrido. Los conspiradores dejarán un tiempo muerto para desactivar a los críticos, promocionarán a un candidato o a una candidata y, posteriormente, convocarán un congreso, con la intención de que todo siga igual que antes de las acciones llevadas a cabo por el atrevido Sánchez. Lampedusa tan vigente ahora como hace cien años.
Sin embargo, los ingenuos portavoces de los protagonistas del atropello son poco lúcidos, o se conforman con que este grupo político se mantenga en la oposición sine die. En sus declaraciones señalan que el PSOE volverá a ser de nuevo la alternativa de gobierno al PP. Creen, o eso parece, que se volverá al pasado en donde dos partidos se alternaban cada dos legislaturas sin la necesidad de pactar con otras de las nuevas fuerzas políticas. No saben, o no quieren saber, que Podemos está aquí para quedarse; que, por muchos que sean los ataques de uno u otro lado, seguirá ocupando un amplio espacio en el panorama político, que el PSOE jamás conseguirá gobernar sin un pacto con Podemos, las confluencias e IU. Pero los que controlan actualmente el partido jamás llegarán a ese acuerdo.
Caben, pues, dos salidas a la actual situación que afectarán, en cualquier caso, a la ciudadanía en su conjunto, aunque en manos de los ciudadanos está la posibilidad de seguir con gobiernos reaccionarios, contrarios a la defensa de sus intereses, o votar por un cambio que les favorezca.
La peor de estas dos salidas consiste en la unión de PP y un PSOE con una dirección como la que intentan fraguar. A lo que estamos asistiendo ahora es un ensayo de lo se pudiera consolidarse en el futuro. Así, contaríamos con un PP fuerte y un PSOE muerto, en el sentido de convertirse en el partido muleta, sin ninguna posibilidad de ser jamás el grupo más votado. Triste panorama.
El mejor camino para la mayoría sería la alianza de un partido socialdemócrata con Unidos Podemos. Para ello sería imprescindible llevar a cabo alguna de estas dos actuaciones. Una, que en el próximo congreso del PSOE ganara la alternativa progresista, si es que la hay, y se uniera la izquierda. Otra, la división del partido, dejando a todos los viejos y jóvenes carcamales con sus siglas y sus contradicciones: PSOE, ni socialista, ni obrero.
En el caso, probable, de que el congreso lo gane la opción conservadora, animamos a Sánchez, y a los que piensen como él, a que den los pasos que consideren oportunos para caminar hacia posiciones de progreso, mediante la creación de una nueva formación. Desde estas líneas proponemos nombres para ese nuevo partido: Partido Socialista (a secas), Partido Socialdemócrata, etc. Sería conveniente aprovechar el actual descontento de algunos políticos, de gran parte de la militancia y de sus desconcertados votantes.
Aunque estoy convencido de que la puesta en práctica estas propuestas son las únicas que pueden servir para avanzar hacia posiciones de progreso, también lo estoy de que las posibilidades son escasas. Podría ser que este texto nunca llegue a las manos de quienes pudieran ejecutarlas, aunque más difícil es encontrar una botella tirada al mar con un mensaje, pero a veces ocurre que alguien la encuentra.



domingo, 6 de noviembre de 2016

NUEVOS OPIOS PARA EL PUEBLO

Con carácter general
El desequilibrio socioeconómico cruel e irracional al que da lugar un modelo de convivencia como el que ha padecido hasta ahora la humanidad, ha estado siempre ligado a fórmulas alienantes. Evidentemente, estas fórmulas han sido compañeras de viaje de métodos más expeditivos que, como si de un círculo de fuego se tratara, han protegido a las clases dominantes a lo largo de toda la historia, evitando que los dominados protagonizaran cualquier tipo de trasformación o de cambio a su favor. El sometimiento inhumano de la esclavitud, el uso de la fuerza física, la persecución política, el encarcelamiento y la muerte  son algunas de las acciones llevadas a cabo a través de los instrumentos que el sistema, a lo largo del tiempo, ha creado para su propia protección y supervivencia: los ejércitos, las fuerzas del “orden”, la ley, etc.
Además, como hemos señalado, ha sido necesario imbuir al pueblo en prácticas irracionales  de autorrepresión  que le permita alejarse, en la medida de lo posible,  de la triste realidad que ha padecido y que padece, y les haga perder la conciencia real de su propia existencia. Las religiones, y en particular las de corte cristiano, han sido en otros tiempos piezas clave, jugando un importante papel enajenador en civilizaciones y sociedades como la nuestra, en las que, habitualmente, centramos el análisis.
Ahora, cuando esas religiones tienen menos influencia en la tarea enajenante, nuevos opios aparecen en la escena para mantener las cotas de irracionalidad que el sistema requiere. El desarrollo tecnológico es aprovechado con enorme eficacia para llevar a cabo esta labor. La clase dominante ha sabido hacer un excelente uso de ciertos inventos y de ciertas prácticas. Los grandes medios de comunicación como canales de distribución y los deportes como “espectáculo” de masas constituyen el marco adecuado para distraer y embelesar a la ciudadanía. En particular, el binomio TV-fútbol se ha convertido en la droga legal más poderosa que, para mayor facilidad de consumo, se expide a domicilio.  Nuevos opios para el pueblo (los mencionados y otros tantos, asociados a una pseudocultura) han venido a sustituir o a complementar a esas viejas prácticas religiosas que, sin dejar de cumplir su función, han quedado un tanto obsoletas, a pesar de las modernas intentonas de revitalización.

En lo concreto
Los grandes medios de comunicación privados están en manos del gran capital. Los públicos están al servicio del grupo político que gobierna. Poco a poco, ciertos sectores sociales van despertando del letargo en el que hemos permanecido durante tanto tiempo. Nos vamos dando cuenta de que el poder real es el poder económico, cuyos componentes se esconden tras una serie de poderes de segunda entre los que se encuentran los mass media. No se escapa ninguna cadena, ningún periódico. Con la cuartada de la libertad de expresión se permiten hacer y deshacer al antojo de sus amos. Lo que en otros tiempos se convirtió en el diario de la mayor parte de la progresía de esta sociedad nuestra, El País, se ha convertido, junto a la emisora hermana, la SER, en el instrumento más reaccionario. Tal vez nos han estado engañando durante décadas, tal vez siga engañando aún a ingenuos, a pesar de la contundencia y la evidencia con la que está actuando en estos últimos meses. Cualquier signo de cambio es cercenado de inmediato.  El grupo PRISA ha defenestrado a Pedro Sánchez, provocando que el PSOE salte por los aires.
En estos días les toca a los de Podemos. Un hecho insignificante se ha convertido en la noticia de primera página en periódicos, radios y televisiones. No quieren que Ramón Espinar -ayer desconocido, y hoy conocido en medio mundo- sea el dirigente de Podemos en la Comunidad de Madrid. Los de la izquierda real deberíamos  aprender y reforzar nuestra confianza en este grupo político. Las agresiones que sufren, y las que sufrirán, son tan desproporcionadas y burdas que les legitima como grupo diferente a los que se alían para defender a los de siempre.
Decimos que todos los grandes medios están en manos de la oligarquía. Todos. Algunos son más peligrosos que otros. La Sexta es la cadena que ven los que huyen del “Sálvame” y otros programas semejantes, pero este canal pertenece al grupo Planeta, lo mismo que el diario La Razón.  Un tal Ferreras, a la sazón actual director de la emisora, junto a toda su comparsa, ha insistido hasta la saciedad en el asunto “Ramón Espinar”, utilizando la mentira y las más sucias maniobras capciosas. Sus antecedentes laborales hay que situarlos en la SER y en el Real Madrid. Excelente Palmarés. Afortunadamente, cada día que pasa disminuye el número de hombres y mujeres de izquierdas que siguen sus tediosos programas, que, sin reparos, podemos ubicarlos en lo que vulgarmente se conoce como “TV basura”.
 Es vergonzoso, indignante, desesperante que individuos que tienen unos ingresos desorbitados se permitan el lujo de arremeter contra un joven que obtuvo unas insignificantes ganancias en la compra-venta de un piso de 50 metros cuadrados. Espinar y otros dirigentes han quedado “tocados” por este asunto que seguirá en el candelero y será estrujado  hasta la última gota, hasta su total extenuación. 

Epílogo
La pregunta a los de Podemos es esta: ¿es que no sois capaces de contrarrestar estos ataques rebuscando en las miserias de esos lacayos, que miserias hay a porrillo? Por fortuna, las redes sociales están a vuestra disposición. Por otra parte, podéis aprovechar vuestras apariciones en los medios y dar la vuelta a las agresiones que sufrís. En aras de combatir la manipulación, algunos lo agradeceríamos.