lunes, 12 de diciembre de 2016

Y LOS ÁNGELES DEL AVERNO LLEGARON A LA TIERRA (Cuento de invierno)


El reino de Belcebú es extenso y oscuro. Los recursos fósiles se agotan. El fuego eterno se apaga poco a poco. Los penados, los que allí se encuentran, se aburren. Aquello ya no es lo que era, cuando les abrasaban sin misericordia. Ahora, los ángeles soldados tienen que recurrir a nuevas técnicas de tortura. De vez en cuando, a los que han sido condenados a las penas máximas les castigan aplicándoles una especie de “bota malaya” durante un par de horas, o dándoles un par de tizonazos con las escasas ascuas que aún les quedan. Luego el aburrimiento eterno. Tal vez esa sea su mayor tortura. Un grupo rebelde, que en el otro mundo fueron los mayores represores, incitan a la subversión. Quieren que vuelva ese fuego que les abrasaba día y noche. Se sienten merecedores del castigo por su comportamiento en su otra vida. Ahora se arrepienten, ahora se sienten culpables. A buenas horas. Por eso reivindican el fuego eterno.
Lucifer, apodado Belcebú por sus lacayos, no sabe cómo atajar el problema. Y quiso que se buscaran nuevos recursos para aplacar a los revoltosos. Y quiso que una comisión de sus huestes saliera de aquel infierno y buscaran nuevos recursos para continuar con esa hoguera abrasadora, o nuevas formas de tortura que animaran aquello que estaba en plena decadencia.
Y quiso el destino que esos infernales agentes aterrizaran en un pequeño planeta conocido en el resto del universo como Tierra. Su cualidad cuasi divina les permitía desplazarse sin problemas de un lado a otro con total velocidad. Allí se encontrarían con lo que no esperaban. Mira por donde, su primer aterrizaje fue en tierras de Siria. Muerte, destrucción, hambre, desolación y miseria imperaban en ese territorio. Esto fue suficiente para que ellos pensaran que habían llegado a otro infierno de mayor crueldad que la de aquel de donde procedían. Pero fue sólo el principio.
Con esa facilidad de desplazamiento de la que estaban dotados, llegaron a lo que aquí conocemos como Palestina y comprobaron que se trataba de otro pueblo masacrado. Después visitaron otros asentamientos de hombres, mujeres, niños y niñas sin hogar, hambrientos, enfermos, morando en condiciones infrahumanas.  Huyendo de aquel horror, y tomando altura, por esa cualidad suprahumana,  vieron caravanas de miles y miles de personas en busca de refugio en países ajenos a sus lugares de origen. Más tarde, volvieron a aterrizar en la zona ribereña del Mediterráneo. Allí vieron como jóvenes africanos se desgarraban sus carnes en horribles vallas artificiales construidas por otras personas.
Escandalizados por todo lo que vieron se pusieron en contacto con su superior. Ya se sabe que tratándose de seres extraterráqueos no requieren de sofisticadas tecnologías para contactar. Y le contaron brevemente lo que habían visto. “Queremos volver de inmediato, esto es insoportable”, decían quienes en otros tiempos atizaban el fuego sin pudor. “De eso nada”, les respondió Belcebú. “Hay que investigar quiénes son los causantes de todo eso”.
Obligados por el jefe, decidieron visitar lo que se conoce como los lugares más desarrollados del planeta. También allí se sorprendieron por las injustas formas de vida de sus habitantes. La desigualdad como dinámica de vida. Unos tanto y otros tan poco. Las sociedades controladas y dirigidas por los poseedores del dinero. Ausencia de conciencia en las masas. Indiferencia, irracionalidad, manipulación, intoxicación a través de todos los medios disponibles. La tecnología al servicio de los dominantes y, a la vez, instrumento alienante para una sociedad anestesiada.
Descubrieron que se había puesto en marcha un proceso para acumular sus riquezas y guardarlas en lugares distintos a sus países de origen. Lugares que han dado en llamar “Paraísos fiscales”; y todo aquel que dispone de una cantidad importante de dinero utiliza esta vía. Luego lo que se conoce como ingeniería financiera, una forma de encubrir la realidad y de evadir impuestos. La insolidaridad en estado puro. Insolidaridad de los que más tienen con los pobres de su país y con todas aquellas olvidadas personas de los países que habían visitado anteriormente.


En su informe final, resonaban términos tales como guerra, muerte, destrucción, miseria, terrorismo, corrupción, desigualdad e insolidaridad. Desolación. Descubrieron un nuevo infierno, un infierno cargado de diferentes modos de injusticia, de tortura. Un nuevo infierno contra el que no podían competir. Enterados de todo lo que les contaron, los dirigentes del averno decidieron cerrar definitivamente las puertas de ese virtual lugar de donde procedían los agentes espías. Ese infierno con el que han atemorizado durante siglos a la ignorancia de los pobladores de este planeta, pero que lo que les aterroriza ahora es lo que se cuece dentro. 

domingo, 20 de noviembre de 2016

EL PSOE HA MUERTO: VIVA EL PROGRESO

Llegados a tal extremo, a la minoría farisaica del sanedrín del PSOE no le ha quedado más remedio que mostrar su verdadera cara, sin importarles que el partido se haya hecho trizas. ¡Qué más les da!, ellos ya han obtenido pingües beneficios, mintiendo al pueblo y a los militantes de buena voluntad. Quienes escriban la historia oficial, la crónica política, contarán a nuestros descendientes los hechos a los que asistimos de manera simplista: “el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, dimitió, M. Rajoy fue elegido Presidente del Gobierno por segunda vez con el apoyo de los socialistas y de un nuevo partido conocido como Ciudadanos”. O algo semejante. Así de plano nos lo han contado siempre, y eso los más objetivos. Ha sido necesario recurrir a la historia no oficial y al análisis para descubrir las razones por las que la humanidad ha seguido una trayectoria tan errática.
Los o las que cuenten los acontecimientos a los que estamos asistiendo no dirán que cuando Pedro Sánchez estaba decidido a dar un giro a la política conservadora de las últimas décadas, fue defenestrado de forma impúdica por sus propios compañeros. No contarán que complotaron, utilizando las más siniestras estratagemas; que aquellos a los que él mismo había elegido para la dirección del partido, le traicionaron: la mitad de la ejecutiva dimitía para forzarle a dimitir a él, como así ocurrió. Un trabajo sucio que saca a la luz la extrema pobreza humana de aquellos y aquellas que fueron manejados por los que deseaban venganza, por aquellos y aquellas que mantienen una falsa imagen ante una sociedad ingenua o ignorante. Se cargaron a Sánchez, y de paso al partido al completo. ¿Qué recompensa tendrán?, ¿se conformarán con un simple asalto a la dirección del partido? Poca cosa. Tal vez haya mucho más detrás de todo esto. Algo nos imaginamos, pero es el lector el que debe reflexionar a partir de estos datos.
Después de estos acontecimientos, el partido queda destrozado. Pero los destructores parece que piensan que, antes o después, se recompondrá. Deben pensar que el paso del tiempo cerrará las cicatrices, en la creencia de que los individuos son manipulables. Miserables premisas para la reconstrucción. Bien es cierto que la buena voluntad de algunos podría jugar un importante papel en la remontada. Una sincera ideología y un deseo de no querer perderlo todo, podría ayudar a aupar a los nuevos dirigentes. Sin hacer nada, el PSOE mantiene un suelo que siempre les apoyará en las elecciones. Cuatro maniobras les permitirán recuperar parte de las pérdidas que inicialmente hayan sufrido. Los conspiradores dejarán un tiempo muerto para desactivar a los críticos, promocionarán a un candidato o a una candidata y, posteriormente, convocarán un congreso, con la intención de que todo siga igual que antes de las acciones llevadas a cabo por el atrevido Sánchez. Lampedusa tan vigente ahora como hace cien años.
Sin embargo, los ingenuos portavoces de los protagonistas del atropello son poco lúcidos, o se conforman con que este grupo político se mantenga en la oposición sine die. En sus declaraciones señalan que el PSOE volverá a ser de nuevo la alternativa de gobierno al PP. Creen, o eso parece, que se volverá al pasado en donde dos partidos se alternaban cada dos legislaturas sin la necesidad de pactar con otras de las nuevas fuerzas políticas. No saben, o no quieren saber, que Podemos está aquí para quedarse; que, por muchos que sean los ataques de uno u otro lado, seguirá ocupando un amplio espacio en el panorama político, que el PSOE jamás conseguirá gobernar sin un pacto con Podemos, las confluencias e IU. Pero los que controlan actualmente el partido jamás llegarán a ese acuerdo.
Caben, pues, dos salidas a la actual situación que afectarán, en cualquier caso, a la ciudadanía en su conjunto, aunque en manos de los ciudadanos está la posibilidad de seguir con gobiernos reaccionarios, contrarios a la defensa de sus intereses, o votar por un cambio que les favorezca.
La peor de estas dos salidas consiste en la unión de PP y un PSOE con una dirección como la que intentan fraguar. A lo que estamos asistiendo ahora es un ensayo de lo se pudiera consolidarse en el futuro. Así, contaríamos con un PP fuerte y un PSOE muerto, en el sentido de convertirse en el partido muleta, sin ninguna posibilidad de ser jamás el grupo más votado. Triste panorama.
El mejor camino para la mayoría sería la alianza de un partido socialdemócrata con Unidos Podemos. Para ello sería imprescindible llevar a cabo alguna de estas dos actuaciones. Una, que en el próximo congreso del PSOE ganara la alternativa progresista, si es que la hay, y se uniera la izquierda. Otra, la división del partido, dejando a todos los viejos y jóvenes carcamales con sus siglas y sus contradicciones: PSOE, ni socialista, ni obrero.
En el caso, probable, de que el congreso lo gane la opción conservadora, animamos a Sánchez, y a los que piensen como él, a que den los pasos que consideren oportunos para caminar hacia posiciones de progreso, mediante la creación de una nueva formación. Desde estas líneas proponemos nombres para ese nuevo partido: Partido Socialista (a secas), Partido Socialdemócrata, etc. Sería conveniente aprovechar el actual descontento de algunos políticos, de gran parte de la militancia y de sus desconcertados votantes.
Aunque estoy convencido de que la puesta en práctica estas propuestas son las únicas que pueden servir para avanzar hacia posiciones de progreso, también lo estoy de que las posibilidades son escasas. Podría ser que este texto nunca llegue a las manos de quienes pudieran ejecutarlas, aunque más difícil es encontrar una botella tirada al mar con un mensaje, pero a veces ocurre que alguien la encuentra.



domingo, 6 de noviembre de 2016

NUEVOS OPIOS PARA EL PUEBLO

Con carácter general
El desequilibrio socioeconómico cruel e irracional al que da lugar un modelo de convivencia como el que ha padecido hasta ahora la humanidad, ha estado siempre ligado a fórmulas alienantes. Evidentemente, estas fórmulas han sido compañeras de viaje de métodos más expeditivos que, como si de un círculo de fuego se tratara, han protegido a las clases dominantes a lo largo de toda la historia, evitando que los dominados protagonizaran cualquier tipo de trasformación o de cambio a su favor. El sometimiento inhumano de la esclavitud, el uso de la fuerza física, la persecución política, el encarcelamiento y la muerte  son algunas de las acciones llevadas a cabo a través de los instrumentos que el sistema, a lo largo del tiempo, ha creado para su propia protección y supervivencia: los ejércitos, las fuerzas del “orden”, la ley, etc.
Además, como hemos señalado, ha sido necesario imbuir al pueblo en prácticas irracionales  de autorrepresión  que le permita alejarse, en la medida de lo posible,  de la triste realidad que ha padecido y que padece, y les haga perder la conciencia real de su propia existencia. Las religiones, y en particular las de corte cristiano, han sido en otros tiempos piezas clave, jugando un importante papel enajenador en civilizaciones y sociedades como la nuestra, en las que, habitualmente, centramos el análisis.
Ahora, cuando esas religiones tienen menos influencia en la tarea enajenante, nuevos opios aparecen en la escena para mantener las cotas de irracionalidad que el sistema requiere. El desarrollo tecnológico es aprovechado con enorme eficacia para llevar a cabo esta labor. La clase dominante ha sabido hacer un excelente uso de ciertos inventos y de ciertas prácticas. Los grandes medios de comunicación como canales de distribución y los deportes como “espectáculo” de masas constituyen el marco adecuado para distraer y embelesar a la ciudadanía. En particular, el binomio TV-fútbol se ha convertido en la droga legal más poderosa que, para mayor facilidad de consumo, se expide a domicilio.  Nuevos opios para el pueblo (los mencionados y otros tantos, asociados a una pseudocultura) han venido a sustituir o a complementar a esas viejas prácticas religiosas que, sin dejar de cumplir su función, han quedado un tanto obsoletas, a pesar de las modernas intentonas de revitalización.

En lo concreto
Los grandes medios de comunicación privados están en manos del gran capital. Los públicos están al servicio del grupo político que gobierna. Poco a poco, ciertos sectores sociales van despertando del letargo en el que hemos permanecido durante tanto tiempo. Nos vamos dando cuenta de que el poder real es el poder económico, cuyos componentes se esconden tras una serie de poderes de segunda entre los que se encuentran los mass media. No se escapa ninguna cadena, ningún periódico. Con la cuartada de la libertad de expresión se permiten hacer y deshacer al antojo de sus amos. Lo que en otros tiempos se convirtió en el diario de la mayor parte de la progresía de esta sociedad nuestra, El País, se ha convertido, junto a la emisora hermana, la SER, en el instrumento más reaccionario. Tal vez nos han estado engañando durante décadas, tal vez siga engañando aún a ingenuos, a pesar de la contundencia y la evidencia con la que está actuando en estos últimos meses. Cualquier signo de cambio es cercenado de inmediato.  El grupo PRISA ha defenestrado a Pedro Sánchez, provocando que el PSOE salte por los aires.
En estos días les toca a los de Podemos. Un hecho insignificante se ha convertido en la noticia de primera página en periódicos, radios y televisiones. No quieren que Ramón Espinar -ayer desconocido, y hoy conocido en medio mundo- sea el dirigente de Podemos en la Comunidad de Madrid. Los de la izquierda real deberíamos  aprender y reforzar nuestra confianza en este grupo político. Las agresiones que sufren, y las que sufrirán, son tan desproporcionadas y burdas que les legitima como grupo diferente a los que se alían para defender a los de siempre.
Decimos que todos los grandes medios están en manos de la oligarquía. Todos. Algunos son más peligrosos que otros. La Sexta es la cadena que ven los que huyen del “Sálvame” y otros programas semejantes, pero este canal pertenece al grupo Planeta, lo mismo que el diario La Razón.  Un tal Ferreras, a la sazón actual director de la emisora, junto a toda su comparsa, ha insistido hasta la saciedad en el asunto “Ramón Espinar”, utilizando la mentira y las más sucias maniobras capciosas. Sus antecedentes laborales hay que situarlos en la SER y en el Real Madrid. Excelente Palmarés. Afortunadamente, cada día que pasa disminuye el número de hombres y mujeres de izquierdas que siguen sus tediosos programas, que, sin reparos, podemos ubicarlos en lo que vulgarmente se conoce como “TV basura”.
 Es vergonzoso, indignante, desesperante que individuos que tienen unos ingresos desorbitados se permitan el lujo de arremeter contra un joven que obtuvo unas insignificantes ganancias en la compra-venta de un piso de 50 metros cuadrados. Espinar y otros dirigentes han quedado “tocados” por este asunto que seguirá en el candelero y será estrujado  hasta la última gota, hasta su total extenuación. 

Epílogo
La pregunta a los de Podemos es esta: ¿es que no sois capaces de contrarrestar estos ataques rebuscando en las miserias de esos lacayos, que miserias hay a porrillo? Por fortuna, las redes sociales están a vuestra disposición. Por otra parte, podéis aprovechar vuestras apariciones en los medios y dar la vuelta a las agresiones que sufrís. En aras de combatir la manipulación, algunos lo agradeceríamos.


domingo, 16 de octubre de 2016

LA TRASTIENDA

Por lo general, quienes nos dedicamos al análisis político tememos la tentación de describir situaciones que son, simplemente, noticia. Es la tendencia natural por su sencillez. En otras ocasiones, en muchas, los escritos o discursos se limitan a la mera opinión, a la conjetura. Opiniones sin ningún rigor científico, sin un método. A veces se utiliza la ironía o la exageración para llamar la atención o, intentando hacer gala de buen periodismo, lo que se cuenta se convierte en un relato delirante. Escribir por escribir.

En consecuencia, no vamos a contar lo que cualquier persona interesada ya conoce sobre la actual situación política en nuestro país. La vulgaridad se ha adueñado de los últimos acontecimientos. Las acciones del establishment son burdas,  ordinarias y  exageradas. A primera vista, sorprende que se permita llevarlas a cabo sin la mínima contestación, pero, después de unos breves minutos de reflexión, es sencillo comprobar que, esa pasividad colectiva, responde a la posición extrema de parálisis a la que nos han llevado. Queremos pensar que estos sean los límites de la sin razón, y que el binomio razón-sin razón se invierta a favor del primer término para abordar con sensatez la actual situación y la que se nos viene encima, si no somos capaces de reaccionar.

En la trastienda se encuentra lo que se oculta, lo que no es público, lo que sólo ven los dueños del negocio. Es en la trastienda donde hay que colarse para descubrir las causas por las cuales las cosas suceden de tal manera en el ámbito político. Tal vez esta sea una de las mejores maneras de llevar a cabo el análisis.

Por una parte, husmeando en esa trastienda, sin necesidad de adentrarnos demasiado, descubrimos que el poder se ha concentrado en una clase social minoritaria, pero con una enorme capacidad para dominar y crear estructuras que la blinda contra cualquier ataque venga de donde venga. Han logrado moldear a la perfección una práctica política que da la cara en su nombre, aunque, dadas las circunstancias, sin ocultarse demasiado. Cualquier iniciativa que ponga mínimamente en riesgo su posición e intereses, es rápidamente laminada, utilizando las más toscas herramientas. Las medidas que vienen tomando, de un tiempo para acá, son exageradamente desproporcionadas a los posibles daños que los más “rebeldes” pudieran ocasionarles. Si nos adentramos un poco más en ese espacio oculto, comprobamos que los individuos de ese sector social necesitan ese poder para resolver su angustia vital, aunque, por mucho que lo intenten, por mucha riqueza que acumulen, por mucho que masacren al pueblo, están llamados al más absoluto fracaso personal. No sería fácil distinguirles del resto de las demás basuras en un estercolero.

Por otra parte, allí, en una amplia bancada de la trastienda vemos a una ciudadanía mansa, manipulable e indiferente. Un amplio colectivo domado que no responde a las agresiones que sufre día tras día. Convencidos sus componentes de que acudir a las urnas cada vez que les convoquen es suficiente. Sin alterarse por las tropelías que cometan propios y extraños aunque vayan, incluso, contra sus intereses. Si nos acercamos un poco más a estos de la bancada de esa estancia oscura en la que reposan, podemos apreciar que la conformidad la encuentran integrándose en el rebaño (E. Fromm), que esa conformidad es saciada por el elemental hecho de creer que forman parte de una sociedad democrática. Durante un largo proceso, han conseguido los de arriba que la masa se acomode a las condiciones que ellos han marcado. Han logrado que las posiciones de progreso, cuando sus defensores tocan poder, sean abstractas, laboriosas e inestables (R. Simone).

Ahondando en aquello que se nos muestra a simple vista, hemos de ser realistas y esperar a que esta especie nuestra evolucione hacia estados superiores de consciencia.  Mientras tanto, comprobamos cómo, cuando se intenta romper con las reglas del juego, el autor del intento de cambio, sea a título personal o como colectivo, tal como hemos señalado, es defenestrado, sin pudor, de forma descarada y a la vista. Por ahora, vemos y veremos, con claridad, cómo un partido político corrupto sigue teniendo un sorprendente apoyo masivo. Que un partido político puede reventar y seguir manteniendo un apoyo semejante al que tenía antes del reventón. Todo esto, y mucho más, pasará por delante de los ojos de unos y de otros sin que nos inmutemos, sin que se responda ante hechos tan injustos y tan irracionales.



domingo, 2 de octubre de 2016

¿CUÁL SERÁ EL FINAL?

Sólo con los titulares de algunos artículos anteriores, publicados en distintos medios, podríamos describir la actual situación política. Los enunciamos aquí, con las fechas de su publicación, y con un breve comentario en cada uno de ellos:

El PSOE y sus problemas (21 de diciembre de 2014). Tras ser elegido Pedro Sánchez Secretario General en julio de 2014, con el apoyo de todos los dirigentes territoriales, no tardaron en lloverle las críticas. Ya por esas fechas de diciembre del mismo año, la “lideresa” andaluza manifestaba sus reticencias porque Sánchez iniciaba la marcha para presentarse como candidato a las elecciones de 2015.  Se rompía el pacto según el cual ella le encumbraba para la Secretaría General, pero la candidatura a las generales sería para la tal Susana. En este tiempo, en el que escribo estas líneas, el PSOE ha reventado. Nunca pensé que la cosa llegara tan lejos, ni que el procedimiento para defenestrar a Sánchez fuera tan burdo.

Las claves de lo que fue un tremendo error político (15 de febrero de 2016). El error del pueblo que votó reiteradamente al PSOE a partir de 1982, bajo el engaño y el oportunismo con una máscara de falsa progresía, con un líder  impostor que ofrecía el cambio, pero que defendió, y sigue defendiendo, los intereses de la oligarquía. Un individuo que, como está demostrando ahora, sin pudor, se ha integrado en el bando de los ricos, ejerciendo el papel de correveidile, y que  ha sido el señuelo en este chapucero proceso al que estamos asistiendo. El pueblo se equivoca, y tarda 30 años en dase cuenta, pero entonces  ya no hay vuelta atrás.

Hasta que la situación sea como quieren los de arriba (26 de febrero de 2016). Durante un largo período, la política ha funcionado, sin sobresaltos, como quería el poder real, la oligarquía. El bipartidismo alternativo ha venido siendo una forma cómoda para conformar al pueblo llano, pero unos “intrusos” han trastocado el panorama político, y eso les trae de cabeza. Y no han parado, después de un montón de intentonas, hasta conseguir destrozar al PSOE en beneficio del PP, fiel e incontestable defensor de los ricos. ¿Será esta la última “hazaña” de los de arriba?

Los políticos: sus actos y sus perfiles (29 de marzo de 2016).  Desde el comienzo de este periodo postfranquista, el perfil de los políticos ha ido evolucionando hasta convertirse en un grupo acomodado, de baja talla intelectual, desconocidos, en su inmensa mayoría, por aquellos a los que supuestamente representan. Sus actos están condicionados por la voluntad de los de arriba. Este sí que ha sido uno de sus éxitos.

 Acuerdos y desacuerdos (10 de abril de 2016). En todo ese proceso, que resumiremos más adelante, son pieza clave los acuerdos artificiales llevados a cabo con el grupo de Ciudadanos como comodín. También han sido relevantes los desacuerdos en el ala de la izquierda. Sánchez, “el rebelde” ha estado atado de pies y manos, impidiéndole sus colegas que se aproximara a UP.

Estos son otros títulos de escritos anteriores que son reveladores:
(26 de mayo)
Partido Popular (PP) o la continuidad franquista
Partido Socialista (PSOE) o el fin de la socialdemocracia
Ciudadanos (C’s) o el invento político más descarado de la oligarquía
Podemos o la esperanza del cambio.

(10 de septiembre)
La ineficacia de los políticos
La torpeza del PSOE.

Un burdo proceso
La aparición de Podemos, hace algo más de dos años, alertó a los actuales poderosos, y se pusieron en marcha. Temiéndose la ruptura de la alternancia del bipartidismo comenzaron a tomar medidas con la torpeza que históricamente ha caracterizado a la clase dominante de este país. En todo este proceso, hemos visto como se les ha caído la máscara a los que nos han estado mintiendo durante décadas, presentándose como izquierda política. Los de las chaquetas de pana de los ochenta se recrean ahora navegando en lujosos yates. Aquellos que se presentaban como socialistas se han hecho ricos. Todos estos, con González a la cabeza, han sido los cómplices de los poderosos para reventar al partido que les encumbró.

Primero intentaban forzar lo que llamaron Gran Pacto entre PP y PSOE. Algo que de haberse llevado a cabo entonces habría puesto en una situación complicada al PSOE, porque, a lo largo del periodo que se conoce como régimen del 78, ambas organizaciones han sido nominalmente antagónicas en este juego de la alternancia.
En vista de que esto parecía complicado, crearon un grupo, Ciudadanos, para contrarrestar “el efecto Podemos”. Más tarde han utilizado a este grupo-comodín para hacer de puente, pero los pactos han fracasado. Nunca han conseguido alcanzar el número de votos suficientes para lograr la investidura de los candidatos. Dos intentonas fracasadas de Sánchez y otras dos de Rajoy.
Los ataques permanentes a Podemos, y los intentos de potenciar las desavenencias internas, han fracasado, por lo menos hasta el momento. Lo que les quedaba era buscar la destrucción del PSOE. Hemos estado viendo y oyendo, durante semanas, declaraciones de viejos militantes pidiendo la abstención en el Parlamento para investir al candidato del PP. El detonante para la traca final ha sido la firme decisión de Sánchez para buscar una alternativa al gobierno del PP.
Lo han conseguido. El PSOE ha saltado por los aires a unos meses de una posible nueva convocatoria, salvo que se humille y le dé el gobierno al PP. A este partido le costará reorganizarse, si es que no desaparece del escenario político. Pero, ahondando en el análisis, ¿cuáles son motivos por lo que  se abandona la posibilidad de un gobierno de progreso junto a otras fuerzas de izquierdas? El interés personal de algunos y la torpeza de otros se conjugan para lograr una situación tan desastrosa. Aquellos que fueron unos miserables en tiempos pasados han alcanzado una posición económica y social que les convierte en un grupo privilegiado, en sintonía con otros que también son instrumentalizados, y próximos a los que tienen el poder real. Un gobierno conservador, como el del PP, les beneficia. Todos ellos han dejado atrás la miseria económica pero no se han desprendido de la miseria humana.
Por otro lado, la estupidez de aquellos que han nacido y se han criado en el partido les hace manejables por la astucia de los más espabilados. Les conducen por el camino que otros marcan, aunque, como es el caso, les lleve a la destrucción. La flaqueza humana propicia el enfrentamiento entre bandas al estilo de los aficionados de equipos de fútbol rivales.
A pesar de tantas y tan burdas actuaciones, el asunto se les ha ido de las manos. La situación a la que hemos llegado es mucho más incierta que hace un año. Un partido que gobierna provisionalmente, y que una enorme mayoría social rechaza, inmerso en la corrupción. Otro destruido por sus propios dirigentes. Los de Podemos desorientados, con sus problemas internos y sin el brío necesario para potenciar la rebeldía de ciertos sectores que les siguen. Por último, C’s totalmente agotado como formación política después de fracasar tantas veces en su intento por mantener al PP en el Gobierno. Y el problema catalán que se hace más complejo cada día que pasa. Ante tal situación nos preguntamos: ¿Cuál será el final?

Nota.: Los citados artículos se pueden consultar en http://ajgilpadilla.blogspot.com.es/

miércoles, 28 de septiembre de 2016

TIEMPOS DE HÉROES

Era sábado el día 27 de septiembre de 1975. A pesar de no ser día laborable, un compañero y yo nos encontrábamos en la empresa en la que trabajábamos. Una serie de compromisos con el cliente, nos obligaba a rematar algún asunto para cumplir los plazos comprometidos. En aquellos tiempos, los dos militábamos en el Partido Comunista de España. En nuestra cabeza resonaban los disparos que unas horas antes habían acabado con la vida de Xosé Humberto Baena en Hoyo de Manzanares. El vacío de aquella estancia en la que nos hallábamos se integraba en aquel silencio sepulcral que inundaba cada uno de los rincones de este país, ante tan tenebroso acontecimiento. El macabro asesinato de Baena no fue el único en aquella lúgubre madrugada. Otras balas asesinas dieron muerte a otros cuatro jóvenes luchadores activos que combatían contra el fascismo que nos distanciaba políticamente de nuestro entorno territorial.
El Consejo de Ministros del viernes 26 de septiembre confirmó las penas de muerte de cinco encausados, a pesar de las protestas de dentro y de fuera e, incluso, de la intervención de la Santa Sede.
En Barcelona, fue ejecutado Juan Paredes Manot, Txiki, de 21 años, y en Burgos, Ángel Otaegui, de 33. Ambos, acusados de pertenecer a ETA. En Hoyo de Manzanares (Madrid), José Luis Sánchez Bravo, de 22 años, Ramón García Sanz, de 27, y José Humberto Baena Alonso, de 24, miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP).
En Hoyo de Manzanares los fusilamientos los hicieron tres pelotones compuestos cada uno por diez guardias civiles o policías, un sargento y un teniente, todos voluntarios. A la 9.10, los policías fusilaron a Ramón García Sanz. A los 20 minutos, a José Luis Sánchez Bravo y poco después a Humberto Baena. A las 10.05 todo había concluido. No pudo asistir ningún familiar de los condenados, pese a ser "ejecución pública", según marcaba la ley.
La cobardía de los asesinos que se esforzaban por mantener una sangrienta dictadura, con un moribundo a la cabeza, actuaron como las ratas. Los impúdicos actos se iniciaban en la madrugada mientras aquellos se escondían bajo unas sábanas manchadas por los excrementos a los que arropaban. “Al alba, al alba”, como magistralmente relató L. E. Aute.
Las caras de mi compañero, y camarada de entonces, y la mía reflejaban la angustia, la desesperación y la impotencia ante tan abominable acto. Nuestras mentes eran incapaces de razonar en términos netamente técnicos. Nos miramos fijamente y sin decir una sola palabra, abandonamos la tarea con la que nos habíamos comprometido el viernes anterior. Para mitigar mínimamente tanta tristeza, nos fuimos a uno de los bares cercanos a tomar una cerveza.

El martes 27 hizo 41 años de aquel horror. Pero ¿Quién se acuerda de aquello en estos tiempos que corren? Para mí es una fecha imborrable. Una de esas fechas que te asaltan en esos momentos en los que la mente se queda en blanco. Si comparamos aquellos tiempos de compromiso y de lucha con lo que tenemos ahora se nos “caen los palos del sombrajo”. Nada que ver: una sociedad dormida, indiferente y manipulable y unos políticos que, en su mayoría, son marionetas de los ricos, de la oligarquía. Sus ventajas laborales y salariales les conducen a la pugna por ocupar el mayor espacio institucional posible. Es inevitable hacer referencia a la más candente actualidad. Un partido, el PSOE, revienta porque su líder estaba dispuesto a pactar con Unidos Podemos, lo que les preocupa a los poderosos.
Observando el panorama y la degeneración política y social, echamos de menos a aquellos jóvenes héroes que fueron capaces de dar su vida, luchando por un mundo mejor, con una firme ideología. Su madurez, a pesar de esa juventud, se materializa en esa carta que Baena escribió horas antes de morir.    


Papá, mamá:
Me ejecutarán mañana de mañana.
Quiero daros ánimos. Pensad que yo muero pero que la vida sigue.
Recuerdo que en tu última visita, papá, me habías dicho que fuese valiente, como un buen gallego. Lo he sido, te lo aseguro. Cuando me fusilen mañana pediré que no me tapen los ojos, para ver la muerte de frente.
Siento tener que dejaros. Lo siento por vosotros que sois viejos y sé que me queréis mucho, como yo os quiero. No por mí. Pero tenéis que consolaros pensando que tenéis muchos hijos, que todo el pueblo es vuestro hijo, al menos yo así os lo pido.
¿Recordáis lo que dije en el juicio? Que mi muerte sea la última que dicte un tribunal militar. Ese era mi deseo. Pero tengo la seguridad de que habrá muchos más. ¡Mala suerte!
¡Cuánto siento morir sin poder daros ni siquiera mi último abrazo! Pero no os preocupéis, cada vez que abracéis a Fernando, el niño de Mary, o a Manolo haceros a la idea de que yo continúo en ellos.
Además, yo estaré siempre con vosotros, os lo aseguro.
Una semana más y cumpliría 25 años. Muero joven pero estoy contento y convencido.
Haced todo lo posible para llevarme a Vigo.
Como los nichos de la familia están ocupados, enterradme, si podéis, en el cementerio civil, al lado de la tumba de Ricardo Mella.
Nada más. Un abrazo muy fuerte, el último.
Adiós papá, adiós mamá.
Vuestro hijo:
José Humberto



domingo, 28 de agosto de 2016

REFLEXIONES EN VERANO

Ha habido una coincidencia entre el comienzo del verano y la celebración de las elecciones del 26J. Durante estos casi tres últimos meses estamos asistiendo a un proceso semejante al que comenzó a partir del 20D del año pasado. En este caso el partido “celestina” se ha enganchado al PP para arrastrar al PSOE. Antes fue al revés. Qué más da. A estos, a los de Ciudadanos,  les han encargado que hagan lo que sea para que la cosa siga igual. La aparición de Podemos les ha descolocado a los de arriba. Están desesperados, hasta el punto de obligar a hacer, en ambos pactos, el más espantoso ridículo a los responsables de las partes contratantes. Los de Ciudadanos por duplicado, les da igual. Han elegido para crear esta formación a individuos sin criterio propio, y despojados de cualquier valor o principio ético-moral o ideológico.
A continuación se muestran un conjunto de reflexiones, fruto de la inferencia de todos los acontecimientos a los que estamos asistiendo en estos últimos tiempos. Quizás el hilo conductor, o el resultado de la reflexión global, sea el convencimiento de la dificultad para gobernar con posiciones de izquierdas, frente a la facilidad para asumir y seguir las posiciones de la derecha, aunque el camino que nos marcan nos conduzca al abismo.

La ineficacia de los políticos
Lejos de la diversión programada, de las vacaciones, de la playa, lejos de lo que nos dicen que hay que hacer, de la desnaturalización, desde casa, tranquilamente, desde la sensatez, desde el reposo, alejado de lo vulgar, vemos pasar la vida cargada de acontecimientos de todo tipo, incluidos los políticos. Fuera del alcance de la manipulación, conscientes de que al pueblo le tratan de imbécil, sin que se queje, porque lo importante es la diversión, porque lo importante es ser “feliz”, una felicidad organizada por otros, vacía, banal, inconsciente, superficial y fugaz. Todo con tal de no pensar.
El verano es un tiempo en el que parece que todo se paraliza porque todo el mundo tiene que “divertirse”.  Los ricos y los menos ricos, cada uno según sus posibilidades. En este duro período de calima desaparecen las “estrellas” mediáticas, quienes nos aburren durante el resto del año con sus programas de radio y TV. Aparecen los/las sustitutos/sustitutas,  las/los tertulianas/tertulianos se turnan.
Todo ha trascurrido como si nada hubiera pasado, pero sí que han ocurrido esas cosas que hemos observado desde ese natural reposo, desde ese tiempo que uno mismo se organiza con criterios propios. A pesar de la problemática situación, los  políticos también se han tomado vacaciones, todos salvo ese retén que se quedó para “negociar”.

Desde ese ya famoso 20D de finales del año anterior hasta la fecha, han pasado ocho meses, periodo un tanto peculiar durante el cual no ha sido posible formar Gobierno. Han ocurrido muchas cosas aunque al personal se la trae al pairo. El Gobierno está en funciones, pero la cosa sigue funcionando igual (de mal). A pesar de que la mayoría social se ha “divertido”, los grandes medios de comunicación no han cesado de machacar con los mensajes intoxicadores de rigor. Los encuestadores y los mass media a tope. Han tratado de convencernos, y aún continúan, de que la mayoría está desesperada por no tener un Gobierno estable, y de que los ciudadanos detestan una nueva convocatoria. Nada más lejos. Si, como anuncian, las elecciones se celebraran el día de Navidad, podría ser hasta divertido: ¡todos a votar entre copa y copa! Para presionar a los partidos “rebeldes” para que se rindan, proliferan preguntas maliciosas del estilo: “¿Si para que no se repitieran las elecciones, la única alternativa fuese que el PSOE se abstuviera y dejara gobernar a Rajoy a cambio de una serie de reformas pactadas, ¿qué preferiría?” (El País).

En un breve resumen, conviene señalar, a grandes rasgos, los más relevantes acontecimientos ocurridos desde esa convocatoria del pasado año. Ante los resultados obtenidos por cada grupo, Podemos propuso un pacto de Gobierno con el PSOE y el apoyo de los nacionalistas. Sin embargo, en un acto que podría resultar extraño, los socialistas prefirieron pactar con Ciudadanos. La suma de ambas formaciones era insuficiente para la investidura de P. Sánchez. Las presiones entonces se centraron en Podemos para que se abstuviera. Una torpe estrategia del PSOE que le acarrearía malas consecuencias. El mantra antes y después del fracaso de la investidura era que la culpa del fracaso fue de Podemos que se alió con el PP para votar no.
Tras ese fracasado intento se convocaron nuevas elecciones para el 26 de junio con los consabidos resultados: subida del PP, bajada del PSOE y C’s (los del pacto) y mantenimiento de Unidos Podemos, aunque con una importante pérdida de votos.
Hemos asistimos, en este cálido periodo, a una especie de paripé en el que PP y C’s han negociado tras la aceptación de unas condiciones de los segundos. C’s ha cambiado el no a la investidura de Rajoy al sí, pasando por la abstención, sin que el PP haya movido un dedo, haciendo caso omiso de esas confusas e inconcretas condiciones de los socios.
Aunque los del PP cuentan con el incondicional apoyo de C’s, no han alcanzado la mayoría necesaria en las dos primeras intentonas, por eso siguen buscando desesperadamente la abstención de parte o de todo el PSOE. Los medios más reaccionarios anunciaban una posible indisciplina de algunos socialistas. Algo que nos retrotrae a aquello que se conoció como el “Tamayazo”. Pero, de momento, esto no se ha producido. Sin embargo, lo peor sería que, cara a las elecciones en el País Vasco, fuera necesario el pacto del PNV con el PP para que el grupo nacionalista siguiera gobernando. En ese caso, los vascos apoyarían al PP en el Congreso, o sea, un “cambio de cromos”. ¿Es esta la democracia que deseamos?

Ante esta serie de acontecimientos es necesario situar a cada partido en el lugar que le corresponde.
El PP es el partido de la continuidad con el régimen anterior. Es el grupo que mejor sintoniza con el poder real. A pesar de estar procesado por corrupción e inmerso en ella hasta las cachas, sigue siendo, el partido más votado (espacio para la reflexión). Ciudadanos es un partido de aluvión en una doble acepción. En la de improvisado, heterogéneo, superficial e inmaduro. Y en la de material detrítico. Un grupo creado para cumplir una sucia tarea. Unos individuos que hacen la misma función que los ganchos de los trileros, que los cabestros en los encierros o que los perros de los pastores que reconducen a las ovejas “descarriadas”. Les da lo mismo pactar con el PSOE que con el PP, el caso es facilitar que el control lo sigan teniendo los de siempre. ¿Tienen sus dirigentes algún tipo de compensación en lo personal? Otro espacio para la reflexión. Todo ello le convierten en un grupo peculiar y fungible, llamado al fracaso, mientras se mantenga el PP como fuerza hegemónica de la derecha. El PSOE se mueve entre la imagen que quiere representar y los intereses que ha defendido mientras gobernaba. Se autoubican en lo que se conoce como izquierda, pero sus posiciones son las mismas que las de la derecha. Por eso se resiste a cualquier tipo de acuerdo con Podemos. Podemos se ha convertido en el partido de la contestación al actual modelo político, pero sus posiciones no llegan a ser de una auténtica izquierda que combata al actual sistema. Basa sus propuestas en el crecimiento y el consumo y no cuestiona con firmeza la desigualdad, y mucho menos la actual práctica de privatización de servicios. Pero la oligarquía cerril, en la idea de que este grupo no sea una creación del poder, parece que les tiene miedo.
Sea cual sea el papel que cada uno de ellos ocupa, todos los grupos ajenos al del actual Gobierno en funciones, y al de sus socios, pueden ser tachados de cobardía. Es verdad que un elevado porcentaje de ciudadanos, representados por determinados partidos políticos estamos hartos de un Gobierno como el actual. Cada vez que tienen oportunidad, los dirigentes opositores se manifiestan en contra, pero son incapaces de unirse aunque sólo sea para llevar a cabo un acto de protesta, visible para sus votantes. Sería tan sencillo como concentrarse en el Parlamento, supuesto poder político emanado de la soberanía popular, y no moverse de allí hasta que se conformara un poder ejecutivo que fuera representativo del sentir mayoritario. Eso sería incumplir las normas, sería un acto de rebeldía, pero, por lo que parece, no hay fuerza, ni voluntad para ello.

La torpeza del PSOE
Las notas características del PSOE han sido la impostura y la falsedad, es decir, el hecho de presentarse como izquierda cuando su función ha consistido en la defensa de los intereses de la oligarquía. La historia le situará en el papel que le corresponde. Algo imperdonable es haber engañado a tantas gentes honradas que creían en ellos como una fuerza de cambio. Pero es ahora la torpeza, como desarrollaremos más adelante, el error  que con más contundencia ponen de manifiesto.
La mentira y la falsa estrategia no puede permanecer in aeternum, por eso, con altibajos, su declive comienza después del periodo de los 14 años de gobierno que finaliza en 1996. No obstante, el verdadero hundimiento tiene lugar a raíz de las elecciones generales de 2011 cuando pasó de 169 diputados (2008) a 110. Por si fuera poco, en 2015, con un gobierno corrupto del PP durante cuatro años, pasó a tener 90, y ahora, en esta segunda vuelta cuenta con 85, y por lo que parece la pérdida de escaños es la tendencia.
El PSOE, con el actual reparto de votos, nunca conseguirá –o, al menos, en muchos años- obtener un resultado que le permita gobernar por sus propios medios. Si el PSOE, en próximas convocatorias, obtiene más diputados que Podemos, y pretende formar gobierno, tendrá que contar siempre con ellos. Si por el contrario es Podemos el que le supera, el PSOE tendrá un problema: o pactar con Podemos o apoyar al PP. En estos momentos ya se encuentra en esa encrucijada, pero no es capaz de tomar uno de los dos caminos. De momento ha votado NO a la investidura del candidato del PP y, pero, por otra parte, no quiere pactar con Podemos, lo que pone de manifiesto su torpeza porque, a partir de ahora, como digo, se van a necesitar mutuamente si quieren echar al PP. Sin este pacto el PSOE jamás tocará poder, salvo que se convierta en lacayo del PP y les otorguen a sus dirigentes algunas migajas. La pérdida del protagonismo que anteriormente ha mantenido en esa práctica política de la alternancia le sitúa ahora en el limbo de la indecisión, de la incapacidad para decidir. ¿O, tal vez, sean las presiones internas y externas las que les pongan en un brete a esos dirigentes? 
Por eso, quizás, haya motivos de fondo que le impidan pactar con grupos que rompen con esa práctica bipartidista, desenmascarando, así, a los socialistas y enfrentarles a sus propias contradicciones. Esas presiones para que se doblegue deben de ser muy fuertes.  El actual equipo dirigente, como digo, de momento (a día de hoy, como dice Sánchez) mantiene el tipo y dice que ellos son la oposición al PP, en consecuencia no pueden apoyarles. Pero, por otra parte, no son capaces de dar un salto hacia la izquierda (aunque ellos, nominalmente, se autoubiquen en ella). Los viejos militantes, encabezados por González, ya han perdido los papeles y no se sonrojan con sus declaraciones. Algunos, sin pudor, se colocan en posiciones más reaccionarias que las del PP. A estas alturas no nos queda la menor duda de que el PSOE, insistimos, ha sido siempre un partido defensor de los intereses de los ricos, con una pátina de falsa progresía.
En consecuencia, los dirigentes de los socialistas deberían asistir a una terapia de grupo para que les convenzan de una vez de que han perdido todo aquello que generosamente el pueblo les ha dado durante tanto tiempo. El declive es irreversible y su permanencia política está en las manos de Podemos (ahora Unidos Podemos) y las confluencias, si es que el poder real no acaba con estos últimos, algo bastante difícil, dada la situación socioeconómica que padecemos, pero en absoluto descartable, como desarrollaremos más abajo. Si el PSOE actúa con la torpeza con la que lo viene haciendo desde las elecciones del 20D, si no quiere, o no puede, fraguar un pacto con la izquierda, las consecuencias son muy claras. Desde el análisis, a partir de los datos disponibles, pensamos que la permanencia sin límites del PP puede que  esté garantizada. El futuro de los socialistas es más que incierto. Con los antecedentes con los que cuenta este país, no sería improbable que se pudiera consolidar la política de un partido único con una fuerte abstención y una débil oposición. 

Podemos en la cuerda floja
La situación política actual en nuestro país pone en evidencia la debilidad del actual modelo, y muestra que la mentira y la ruindad son los elementos básicos de su funcionamiento. En algún otro momento hemos dicho que el vigente sistema está soportado, fundamentalmente, sobre  tres pilares: a) un, intencionadamente, deficiente modelo educativo; b) unas potentes técnicas alienantes, con unos medios de comunicación intoxicadores; c) un modelo político chapucero, que se derrumba con el más leve vendaval, tal como está ocurriendo ahora.
La dinámica que imprime el actual sistema socioeconómico, en los países que son conocidos como desarrollados, parece que está encontrando grandes dificultades para continuar con el mismo brío de las últimas décadas del anterior siglo. Los países que despegan, como China (paradigma de Estado emergente), se encuentran con los mismos problemas que los países “ricos” de occidente. El conflicto entre la necesidad de consumo y el aumento de la mano de obra desocupada o la precariedad y, sobre todo, la necesidad de crecimiento permanente predicen una catástrofe de incalculable alcance.
La situación de aquellos años de finales del siglo XX proporcionaba una aceptable estabilidad laboral y un cierto grado de bienestar a amplias capas de la clase trabajadora que, históricamente, han pasado por un proceso que discurre desde el abandono de las cotas de miseria que padecían en las primeras fases de la revolución industrial hasta convertirlas en masas consumistas, colmado ese proceso con un nivel de endeudamiento que ahora se hace insostenible para los endeudados. Por otra parte, los ricos han multiplicado sus riquezas, generándose una acumulación de capital de tal calibre que hoy día la financiación del sistema productivo, que lo venía haciendo a través de la banca, ha sido sustituida por las fortunas de lo que se conoce como “inversores” que guardan el dinero en las sociedades offshore ubicadas en paraísos fiscales. Este cambio es uno de los motivos de las crisis que sufren ahora los bancos privados nacionales.
Esa época de crecimiento económico y aparente estabilidad social ha ido forjando una serie de hábitos basados en el consumo, la diversión (o distracción) y una falsa igualdad por imitación, aunque cada cual a su nivel económico. El sistema ha consolidado esa forma de vida que se identifica con lo que se conoce como derecha política (ahora neoderecha). Es mucho más fácil “vender” la diversión, las fiestas, las vacaciones, el gasto superfluo, las salidas de fin de semana, aunque todo ello esté desnaturalizado, que otros valores que tradicionalmente ha defendido la izquierda, entendiendo por tal una ideología, una corriente política, de la que hay que excluir a aquellos partidos que se autodefinan como tal, mintiendo a una sociedad ingenua o ignorante. Estos valores de progreso tienen que ver con la igualdad, la solidaridad, la defensa de lo público, la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Comparto con R. Simone que las posiciones de la izquierda, o de las opciones que se le aproximan, son abstractas, laboriosas e inestables (sic). Lo que pone a prueba cualquiera de esas opciones que intentan llevar a cabo políticas diferentes a las que el actual sistema permite.

Por si eso fuera poco, el estigma del socialismo real del área de la extinta Unión Soviética, aleja a la población de una propuesta diferente a la que nos han vendido y que se ha consolidado. El término izquierdas está admitido por la sociedad, aunque su uso es incierto, devaluado y confuso. Sin embargo, comunismo, o términos semejantes forman parte de un diccionario maldito.

En el actual panorama político español sigue vigente el binomio izquierda-derecha con algún que otro añadido. Incluso se maneja el centro a secas, dando lugar a una falacia incorporada a ese entramado de falsedad global que da contenido a la vigente situación social y política. De esta manera, hemos vivido durante décadas con el engaño de dos partidos falsamente antagónicos. El PSOE a la izquierda, PP a la derecha. Pero esa forma de concebir la vida, ha sido prácticamente igual con unos que con otros. Las variaciones ocurridas han estado marcadas por los vaivenes, o por la evolución, del sistema productivo y por las relaciones de producción. En ningún momento los gobiernos del PSOE han intentado trasformar las posiciones fundamentales que establece y potencia la derecha.
El declive del sistema -que está provocando inestabilidad, pobreza y desigualdad extrema- genera un natural descontento en las capas más desfavorecidas por esa crisis global. La oportuna aparición de un grupo como Podemos, que intenta canalizar ese malestar, rompe con el actual modelo de alternancia bipartidista, creando confusión y desconcierto en las capas más acomodadas. Para contrarrestar el efecto “Podemos” se crea otro partido de nuevo cuño, como es Ciudadanos, con lo que la confusión se multiplica, dando lugar a una insólita situación política de la que parece muy difícil salir. Las leyes están hechas para un modelo que ya ha se ha agotado, lo que origina un círculo vicioso: las leyes actuales no permiten el funcionamiento del ejecutivo y el legislativo por lo que no es posible cambiar las leyes que amparen la nueva situación.

Podemos ha crecido de manera exponencial hasta las elecciones del 26J donde se ha producido una inflexión. ¿Será el último resultado obtenido el techo que podrá alcanzar este partido? Nadie puede preverlo en este estado de confusión. Lo que sí parece es que este grupo se va a tener que enfrentar a grandes problemas para intentar mantenerse o seguir creciendo.
Por un lado, los ataques de los poderosos que, a través de los medios de comunicación, no paran de resaltar, por ejemplo, cualquier pequeño error cometido por algunos de sus dirigentes; todos los comentaristas y tertulianos de los grandes medios están pagados para llevar a cabo una sucia campaña en contra de este grupo. Por otro, aquellos que se sienten poseedores de las esencias de la izquierda les menosprecian, les insultan, les atacan y les consideran una pieza más del actual sistema. Pero el mayor problema con el que se encuentran es con la “cultura de la felicidad” desarrollada a lo largo de esos años de bonanza, en los que se han consolidado esas posiciones de la neoderecha. Hoy por hoy es tremendamente difícil convencer a las masas de que la vana diversión, el consumo y esa falsa y limitada igualdad para consumir y ser “feliz”, en un sistema que agoniza, nos lleva al abismo, de manera que cuando nos queramos dar cuenta de ello ya sea imposible retornar. El panorama se asemeja a un castillo de naipes en cuya base se encuentran los económicamente más débiles, pero cuando estos caigan todo el artificio se vendrá abajo. Podemos, que intenta aproximarse a esa perdida y añorada izquierda real, ante esa cultura de falsa felicidad, se encuentra en la cuerda floja con la duda de si estarían dispuestos a intentar defender unos verdaderos valores anhelados por la izquierda  y convencer con sus propuestas, o de que otros valores son posibles; con la duda de si sus apoyos populares irán en aumento; con la duda  de si, en el corto o medio plazo, pudieran desaparecer de la escena política.



lunes, 18 de julio de 2016

DESPUÉS DEL 26J: ESTA INJUSTA Y TRISTE REALIDAD

Unos días después de las últimas elecciones, asentada y asumida la triste situación, la decepción y la desesperación flotan en el aire ante la impotencia de esa enorme mayoría que,  por lo que parece, nada puede hacer para remediar la tragedia, fruto de la democracia imperfecta de  este país en el que la decisión de un 23% (33% por 0,7 de participación) trata de imponerse al 77% restante.
Unas leyes torpes e interesadas no permiten resolver la situación actual en la que una aplastante mayoría social quiere cambiar este Gobierno, inmerso en una charca de corrupción y falsedad. Por si fuera poco, las artimañas de los de arriba y la ineptitud de los políticos de turno vienen a echar leña al fuego de la ineficacia. Junto a ello, o por su causa, una serie de rutinas y vicios se han adueñado de la práctica política, incapaz de ir más allá  de la mera alternancia de dos partidos que defienden los mismos intereses, aunque se tiñan de colores diferentes para engañar a las masas. Para salir airosos de este espectacular embrollo, que de seguir así se hará crónico, sería necesario cambiar la actual Constitución, a través de unas Cortes Constituyentes, pero para ello habría que poner de acuerdo a una amplia mayoría parlamentaria para autodisolverse y dar pie a  una nueva etapa: ¿es esto posible en el actual escenario político?

En una dinámica de enfrentamientos, las convocatorias electorales se plantean como una  pugna entre partidos al más puro estilo pugilístico. Se trata de defender los intereses partidistas, de sobrevivir o de conquistar una parcela mayor en el hemiciclo. Los medios de comunicación, los comentaristas, se han adueñado de la opinión, limitándose a criticar los fallos o aciertos en las tácticas utilizadas por los dirigentes de los partidos.  Esas opiniones calan en la ciudadanía e, incluso, condiciona el comportamiento de los propios políticos, hasta el punto de llegar a  hacerse autocrítica bajo los parámetros marcados por esos medios.  De esta manera, las campañas electorales se convierten en puro mercadeo en el que tiene más éxito quien mantiene una mejor imagen y es más hábil en el arte del descrédito del contrario, aunque para ello tenga que tirar de la demagogia y la mentira. La sociedad sufriente ya se ha acostumbrado a ello y sus decisiones a la hora de votar no suelen guardar relación con la defensa de sus propios intereses. Por eso, se da la circunstancia de que ganan las elecciones los grupos que tienen más recursos y más apoyo mediático y económico, aunque sea de manera fraudulenta.

Vivimos en un país en el que la fiesta nacional son las corridas de toros y los festejos más internacionales “los sanfermines”, borracheras y violaciones incluidas. Por si fuera poco, le siguen en fama “las fallas” y las procesiones de semana santa. Acontecimientos contraculturales y ausentes de valores, por lo que lo único que, a lo largo nuestra geografía, se cultiva son la irracionalidad, la violencia, el absurdo, el fanatismo, la superchería y la estupidez.
Por si fuera poco,  la afición por el fútbol, potenciada por los mass media, y el poder que los sustenta, completa el repertorio, dando lugar al seguimiento masivo en directo o a través de televisión, a la adhesión incondicional y al enfrentamiento entre aficiones, agresiones incluidas. Y todos votamos.

¿Qué se puede hacer con estos mimbres? La situación desborda a los más pacientes. Hace poco un histórico político, Julio Anguita, anunciaba que dejará de hacer declaraciones a los medios de comunicación, que hacen de la política un espectáculo. Otros tantos estamos en la misma línea.
Para llevar a cabo el análisis no basta con el esfuerzo y el rigor. Es necesario, además, que el material, motivo del análisis, sea lo suficientemente interesante, y los elementos en juego medianamente serios, y  merecedores de ese estudio. En estos tiempos, todas las demás variables manejadas para el análisis quedan eclipsadas por la ignorancia de las mayorías y la ineptitud de los políticos, de baja talla intelectual, tal como el sistema demanda. Pero es que, además, la miseria humana se extiende a otras instituciones o entidades: judicatura, universidad,  medios de comunicación, etc.

Son ya miles de páginas las dedicadas, por nuestra parte, al análisis del actual sistema socioeconómico. Un estudio global en el que ha adquirido cierto protagonismo la coyuntura política debido a las nuevas situaciones que han surgido en los dos últimos años. Sin embargo, no hemos abandonado el estudio de los grandes problemas que nos aquejan, a nosotros y al resto del mundo, si bien es cierto que nos hemos centrado en los países llamados desarrollados y en su proyección sobre los demás lugares del planeta.

Coincide el periodo estival con un cierto hartazgo de la actual situación política de este país. Por estas dos razones, parece adecuado tomar un descanso para la reflexión y la oxigenación de las neuronas. Tal vez volvamos después del verano, pero abordando asuntos que vayan más allá de lo netamente político, porque, no olvidemos, que esos grandes problemas siguen ahí con una clara tendencia a incrementarse. Quiero finalizar con el pensamiento de Gramsci. Dijo: El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos. Ahora estamos en tiempos de monstruos.