lunes, 15 de septiembre de 2014

A MODO DE FLASHES: EL PASADO POLÍTICO MÁS RECIENTE Y EL FUTURO MÁS CERCANO CON UNA APROXIMACIÓN AL FUTURO MÁS LEJANO

Nos tienen adiestrados para que olvidemos con facilidad hechos o acontecimientos, aunque estos sean de especial relevancia. La inmediatez y la diversidad que nos ofrece hoy la tecnología tiene capital influencia en las conductas de los individuos de este tipo de sociedades. ¿Quién se acuerda ya de Rubalcaba y de sus últimas fechorías? Para que olvidemos con más rapidez, le han hecho desaparecer hasta de la bancada del Congreso de los Diputados. Pero el “personaje” ha jugado un sucio papel antes de desaparecer. Era el papel encomendado. No sólo él. Otros elementos de su partido han entrado en juego para cambiar las reglas impuestas por el poder con el fin de que sigan dominando la ambición, la codicia, el afán de enriquecimiento. Para que la desigualdad siga siendo la marca básica de un sistema injusto e irracional.
Digámoslo claro desde el principio. El actual sistema socioeconómico ha entrado desde hace ya unos cuantos años en un proceso de deterioro, aunque esto puede llevar décadas. Disminución de la actividad productiva, desestructuración de la organización social e invalidez de las instituciones que sostienen al sistema son algunos signos evidentes del derrumbe.
La alternancia bipartidista les ha funcionado durante algunas décadas, pero ahora el “modelo” comienza a resquebrajarse, lo que les obliga, a quienes detentan el poder, a buscar nuevas fórmulas de control y dominio. Esas nuevas maneras de mantener a la desesperada el poder pasa de forma inapelable por la fusión de los partidos políticos que se alternaban. En nuestro país se estableció de manera tácita la “regla de los ocho años”, pero esta norma está a punto de incumplirse. En conclusión, todo apunta a que, antes o después, PP y PSOE formen “gobiernos de concentración”, como ya algunos vienen anunciando.

Del pasado más reciente
a) Estos son los hechos en el marco del Partido Socialista:
-Rodríguez Zapatero y los suyos pactaron con el PP en 2011 la modificación del art. 135 de la Constitución para dar prioridad al pago de interese de la deuda pública: Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta”.
-Rubalcaba pactó con el PP todo el proceso sucesorio de la Corona para más tarde desaparecer de la escena política.
-Los socialistas han elegido como Secretario General del partido a Pedro Sánchez de forma sorprendente cuando propios y extraños pensaban en el otro candidato: Eduardo Madina, con  mucha  más experiencia y proyección política en las instituciones y en su partido. Madina apuntaba más a la izquierda que sus anteriores jefes. Sánchez goza del aplauso de la derecha y, más que un dirigente socialdemócrata parece el candidato del  IBEX 35. ¿Qué extrañas maniobras se habrán fraguado en la trastienda? A E. Madina no se le ve contento; ¡Ay si contara todo lo que sabe!
-Como el envoltorio de todo lo anterior, F. González, pagado por el gran capital, aparece en los medios dando recetas a sus “colegas” y aleccionando a la masa con el anuncio de lo que nos espera: la unión de PP y PSOE.

b) La aproximación del PP al PSOE:
El PP aplaza la aprobación de las leyes con las que no está de acuerdo el PSOE: nueva ley del aborto y reforma de la ley electoral. Por el contrario propone una serie de normas insustanciales en la búsqueda del consenso con los socialistas.

c) La irrupción de Podemos:
-Podemos aparece como nueva fuerza política en las elecciones al Parlamento Europeo sorprendiendo a todos por el elevado número de votos y candidatos obtenidos.
-Las encuestas indican que su apoyo no para de crecer. Como dato, en la más reciente que se ha hecho pública, prácticamente empata con el PSOE. Los dirigentes de este grupo (Podemos) señalan que hay otras encuestas que no salen a la luz porque superan a los socialistas en intención de voto.

Del futuro más cercano: elecciones locales/autonómicas y generales
Aunque estamos inmersos en un proceso muy dinámico que aún no ha finalizado, no es difícil inferir, de la observación y el análisis, que:
-El PP no obtendrá mayoría absoluta. Lo que hará que se rompa la “regla de los ocho años”.
-Podemos se constituirá en la segunda fuerza política en las siguientes convocatorias electorales, lo que no quiere decir que obtengan una representación proporcional al número de votos.
-Izquierda Unida, de ir en solitario, quedará reducida a la mínima expresión. Intentará pactar con Podemos, pero espero que estos no lo hagan para no “contaminarse” con lo que ellos mismo llaman “casta” o partidos del 78.
-El PSOE dejará de ser partido de gobierno, algo de lo que sus dirigentes presumen, para convertirse en “partido bisagra”.
-A corto-medio plazo PP y PSOE, que defienden los mismos intereses, se unirán para gobernar como, de forma semejante, ya ocurre en Alemania. Esta es la fórmula que el capital utilizará para mantener su poder.
-El asunto catalán se limita, en lo fundamental, a una cuestión de carácter netamente político, con una indecente manipulación de las masas. Ninguna de las opciones ofrece un sistema diferente al actual. Las relaciones de poder y la desigualdad seguirían siendo las mismas, si es que en algún momento Cataluña se independizara del resto del Estado.

Pronóstico del futuro más lejano
A medida que nos alejamos del presente, el pronóstico se hace más impreciso. En este caso, no caeremos en la simple opinión o de la conjetura como vienen haciendo los que están en las nóminas de los diferentes medios públicos o privados para cumplir con un sucio papel. Me refiero a esa legión de tertulianas y tertulianos. Nuestro pronóstico, como tantas veces hemos manifestado, se infiere de la combinación de la observación y el razonamiento inductivo en el marco del análisis socioeconómico.
Estas son algunas consecuencias, a más largo plazo, del proceso de agotamiento de la actual situación económica, social y política:
-Los pactos PP-PSOE, de unirse de forma definitiva, provocarán el debilitamiento de esta segunda formación, hasta su práctica extinción, sobre todo en algunas CCAAs como, por ejemplo, Cataluña o País Vasco.
-De todo ello, los grupos situados más a la izquierda de los socialistas saldrán reforzados, pero el sistema, mientras permanezca como tal, no les dejará gobernar.
-En todo este proceso, y en su estabilidad futura, si es que esto tiene lugar, los ciudadanos suelen reaccionar, refugiándose en el miedo, la sumisión, la indiferencia, la ansiedad o el odio.
-Si la estabilidad se consigue, será con rentas salariales mucho más bajas que las anteriores al inicio del derrumbe del sistema actual, que se combinarán con una alta tasa de desempleo, lo que obligará a incrementar el número de prestaciones sociales, aunque peor retribuidas. En consecuencia, el consumo interno irá decreciendo como ya está ocurriendo.
-Sin embargo, en tal situación, los individuos dejaran de jugar el papel encomendado para mantener la relación de poder y sometimiento que el sistema demanda. Pero no es previsible cuándo su reacción de miedo, sumisión o indiferencia se transforme, de producirse, en rebeldía, insumisión o subversión para cambiar las relaciones de poder.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

CUENTO DE VERANO: UN MUNDO MEJOR, ¿ES POSIBLE?

(Cuento escrito en el verano de 2011, publicado en Nueva Tribuna: http://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-jose-gil-padilla/cuento-verano-mundo-mejor-posible/20110827112118060285.html)

El señor Mocasín yacía en la cama de una lujosa habitación de su mansión. Enfermo y con dolor se resistía a aceptar que pronto todo acabaría. ¿Cómo es posible que yo haya llegado a esta situación? Esto no me puede pasar a mí, la enfermedad, el dolor, la muerte es para el populacho, pensaba con la vista perdida. Pero, ni sus riquezas ni su poder podrán evitar que más pronto que tarde abandone este endemoniado mundo en el que muchos como él tanto han contribuido para que sea como es. ¿De qué le habrá servido ser un explotador insaciable, especular en los mercados, comprar y vender, engañar, manipular…?. Ahora se le ve encogido, poquita cosa, como un indigente de las finanzas. Muchos de aquellos que le obedecían sin rechistar, que le homenajeaban, que le hacían la pelota, que aplaudían cualquier decisión les pareciera acertada o no, todos aquellos ahora le han abandonado.
Un joven descendiente se acerca sigilosamente con un pequeño libro en las manos que, sin reparar en su título o contenido, ha elegido al azar de una enorme estantería rebosante de volúmenes. Se acerca al viejo y le dice al oído si quiere que le lea el texto que lleva en su mano, con el ánimo, pensaba el joven, de hacerle más llevadero ese duro trance. Con voz apagada el señor Mocasín acepta, aunque es más expresivo su gesto inclinando la cabeza que el leve hilillo de voz con el que le responde afirmativamente. El muchacho, haciendo una lectura cruzada del prólogo, descubre que se trata de un librito que describe la forma de vida en un pequeño país que alguna vez existió, no se sabe bien dónde, ni cuándo.
El joven comienza la lectura: “Érase un país en el que todos sonreían, las calles estaban pobladas de gentes que se saludaban amablemente, cariñosamente, parecían felices. En los medios de transporte ocurría lo mismo: caras alegres, amabilidad a raudales. Los gobernantes eran gentes sencillas, ciudadanos que rotaban cada cierto periodo de tiempo. No eran ni líderes, ni estadistas. Cada uno de sus actos era consensuado con sus vecinos. Las grandes decisiones se tomaban de manera colectiva, las iniciativas de cada uno de sus pobladores eran recogidas y sometidas a la consideración del resto de la población.
No había ricos ni pobres. El trabajo no dependía del capricho o la ambición de unos cuantos. Había una distribución de las tareas acorde con las capacidades de cada cual.
Los bancos eran públicos, es decir, eran del pueblo, los beneficios se empleaban en su totalidad para mejorar los servicios. El consumo era moderado, y las energías utilizadas totalmente renovables”. 
 Al oír esto de los bancos el señor Mocasín puso los  ojos en blanco e hizo un movimiento raro, como que se privaba. El joven se asustó e interrumpió momentáneamente la lectura. Con voz, ahora, de ultratumba, una vez recuperado de esa especie de síncope, el moribundo susurraba: no puede ser, esto no puede ser cierto…
Al ver que el anciano se recuperaba un poco, el joven prosiguió la lectura: “La sanidad y la enseñanza eran totalmente gratuitas, y todos los centros educativos y los de salud eran públicos. La formación se centraba en el desarrollo intelectual y emocional de todos y todas, habiendo desterrado una práctica, heredada de otros mundos, que se limitaba, exclusivamente,  a conjugar la memoria con la obediencia.
No existían profesionales de la cultura que mercadeasen con su obra, no había pues un mercado del arte, ni deportistas, cantantes o actores profesionales que capitalizasen grandes fortunas. La población era polifacética: sabían tocar instrumentos musicales, cantaban, dibujaban, hacían deporte, representaban obras de teatro.  La cultura, haciendo honor al la acción de cultivar, se practicaba y no se consumía.
Los términos competitividad y productividad, también heredados de otros lejanos lugares, habían sido sustituidos por igualdad y solidaridad. El afán de enriquecimiento de otras culturas había desaparecido porque los pobladores de este país habían alcanzado la condición de especie humana con todo lo que eso conlleva”.
El viejo, con una respiración que se parecía cada vez más al sonido de una sierra cortando un madero, hizo un esfuerzo para comunicar con el joven agarrándole del brazo con el que sujetaba el libro, y le dice: pero cuál era la “prima de riesgo” de ese país, qué decía la TV sobre la bolsa de valores, cómo funcionaban los “mercados”. El muchacho busca y busca y le contesta: aquí no dice nada de eso, pero sí que  relata cómo  actuaban los medios de comunicación. “Los medios de comunicación eran del pueblo y no había profesionales que firmaran contratos millonarios. Por el contrario, a ellos tenían acceso cualquier ciudadano que tuviera algo interesante que contar. La información no estaba manipulada por nadie, no era necesario engañar a un pueblo bien formado que sabía como actuar en todo momento.
No eran necesarios opios para embelesar y distraer con mentiras. No existían dioses, ni sectas porque los ciudadanos habían adquirido la madurez suficiente como para no necesitar refugiarse en mentiras o inventos de gentes aprovechadas”.
Al llegar a este punto, exprimiendo la escasa capacidad cognitiva que le quedaba, el viejo moribundo entendió que la vida podría haber transcurrido de otra manera, que podría haberse esforzado para trabajar por un mundo mejor, aunque ya era tarde para retornar; que todo su esfuerzo por acumular  riquezas no le servirían ahora de nada, que había estado enajenado, fuera de sí, que no había dedicado tiempo a las pequeñas cosas, esas cosas que engrandecen a las personas: pasear con una leve lluvia por una calle empedrada, tomarse una cerveza con amigos en una sencilla terraza de barrio, jugar con los hijos o los nietos en un parque público, ver caer las hojas de los árboles en otoño, etc. Además, en su última ráfaga de lucidez, comprendió que no iría al cielo, a un cielo inexistente; que las misas y los actos a los que había asistido vestido de gala, no le librarían de pudrirse y de descomponerse tan pronto como los gusanos comenzaran a hacer su labor en esa lujosa tumba familiar. Esta especie de juicio final le condujo  a una  crisis emocional tal que no pudo resistir más, y estiró la pata.

El joven se retiró, tal como lo hizo al acercarse, con sigilo, y se dispuso a colocar el librito en la enorme estantería de donde lo cogió, pero no recordaba si lo hizo de la sección correspondiente a la historia o a la de ciencia ficción. Haciendo un breve repaso del contenido de lo que había leído al anciano, y contrastándolo con la trayectoria de su rancia estirpe, no dudó en ubicarlo en esa zona de la más pura fantasía