domingo, 15 de enero de 2017

EN ESPIRAL

No quiero hacer un resumen de escritos o pensamientos anteriores. Tampoco quiero iniciar una nueva etapa, animado por el comienzo de un nuevo año. Los finales de año y los comienzos tienen un carácter convencional. Este cambio podría tener lugar en el solsticio de verano o en cualquier otro momento del ciclo astral durante el cual el planeta da una vuelta completa alrededor del sol.
El interés por seguir escribiendo, poniendo al descubierto un puñado de ideas, no tiene otra intención que la de aportar algo de luz a la compleja forma de vida que, en su conjunto, vive la humanidad. En el análisis que hacemos, cabe la denuncia, intentando poner en evidencia la tremenda desigualdad entre unos lugares y otros del planeta, y entre unos grupos sociales y otros dentro de un mismo país. No suelo quedarme en lo más superficial, sino profundizar en lo que observamos para descubrir las causas por las que los comportamientos humanos son así. Inevitablemente, en ocasiones el análisis se puede confundir con la crónica política por aquello de la cantidad de acontecimientos que tienen lugar y que, en consecuencia, hay que incorporar.
En ese afán de llegar al fondo, a la razón de ser, más bien a la sinrazón, los escritos cortos, en forma de artículos o de post, funcionan como si se tratara de una espiral, pero con unas líneas trasversales que cruzan cada uno de ellos.
Uno nunca encuentra la forma definitiva de describir hechos, causas, ideas, etc. Por eso, se incide en los mismos asuntos, a veces para matizar, a veces para complementar. Pero por el momento, como señalo, sigo sin encontrar definitivamente las claves por las cuales la vida en este planeta trascurre de esa manera. La cruda realidad obliga, a veces,  a parapetarte tras una máscara para poder seguir navegando por este árido terreno. Aunque, personalmente, intento no llegar a situaciones programadas y generalizadas, entiendo que los individuos, convertidos en masa, se evadan a través de viajes, deportes y otras actividades propuestas por quienes tienen interés en que se haga de todo, en la medida de sus posibilidades, menos pensar.

Instalados en esa espiral a la que metafóricamente  hacemos referencia, intentaré de nuevo expresar, lo más claro posible, las inferencias del análisis de lo que estamos viviendo, procurando aportar algo nuevo a todo lo que ya he podido contar a lo largo de varios años.
Como he señalado, nos invitan permanentemente a que nos  distraigamos. Distracción en doble sentido: divertirnos y abstraerte de la realidad. Pero la tarea de quienes nos atrevemos a analizar y a denunciar la sinrazón, la injusticia y la desigualdad, nos obliga a salir de ese engranaje social, subvirtiendo el rol que el poder otorga a cada cual.
Ciñéndonos, exclusivamente, a lo que se conoce como mundo desarrollado, y más concretamente a este país nuestro, observamos como intentan mantener la estabilidad social potenciando la insolidaridad, la indiferencia y la falta de conciencia. Los medios de comunicación son hoy día el instrumento más potente y eficaz para conseguirlo. Quienes controlan la sociedad han conseguido que la mentira pase a la categoría de normal. A través de la mentira, la manipulación y la inconsciencia intentan mantener algo insostenible. La actual situación, tanto mundial como local, es como una enorme bomba de relojería. Puede ocurrir que el reventón se produzca de manera global, o país por país, si no se pone remedio. Difícil. Volviendo de nuevo a un símil, en este caso un castillo de naipes, pudiera ocurrir que este entramado comenzara a hundirse paso a paso, de forma incontrolada.

La acumulación de capital en muy pocas manos, la progresiva falta de ocupación laboral para el sustento (ya no digo para el consumo), la cada vez menor relación entre población ocupada y no ocupada, el deterioro progresivo del medio ambiente, entre otras nuevas circunstancias, requieren, en buena lógica, un nuevo modelo en el que, fundamentalmente, haya un reparto de la riqueza, se frene el deterioro del medio ambiente y, en suma, se imponga un sistema justo y sostenible. Pero el actual sistema se resiste a ser sustituido. Es como un edificio abandonado que poco a poco se va deteriorando, pero que para su sustitución se necesita una demolición controlada. Pero parece que no caben cambios desde dentro y que no existe fuerza revolucionaria para transformarlo. La actual condición humana no parece el mejor caldo de cultivo para el cambio. El desarrollo del capitalismo ha generado nuevos contravalores distintos a los que ya existían. Al instinto de dominio, al egoísmo, a la venganza, al enfrentamiento y a la desigualdad hay que añadir el afán de enriquecimiento, la ambición, la codicia, la insolidaridad y la indiferencia. Por estos motivos estamos avocados a vivir tiempos de precariedad, de incertidumbre y de desasosiego.  Alguien tiene que decir estas cosas.

viernes, 6 de enero de 2017

DE COALICIONES, DE PARTIDARIOS Y DE DETRACTORES

En estos días en los que termina un año y comienza el siguiente, es frecuente, abundante, las comidas y cenas especiales, los encuentros con familiares que viven lejos y las invitaciones para “tomar una copa” como vulgarmente se dice. Tuve la oportunidad, por invitación que agradezco, de asistir a una de esos encuentros con amigos y excompañeros de partido. La mayor parte de ellos siguen militando en Izquierda Unida, fuerza política que yo abandoné en el año 2000, en la VI Asamblea, aunque mantengo buenas relaciones con muchos de sus afiliados. Pensaba que el grupo de militantes y simpatizantes de mi localidad eran de los pocos que estaban de acuerdo con la alianza Podemos-IU con la que fueron juntos ambas formaciones a las últimas elecciones generales. Coalición políticamente correcta, aunque los resultados no fueron tal como se esperaba.
Sin embargo, me sorprendieron aquellos con los que mantuve alguna conversación, cuando criticaban con dureza, impregnada de mofa y socarronería, a esa unión y a los dirigentes que optaron por esta fórmula. La crítica y el desprecio a Podemos estaban a la orden del día en cada uno de los pequeños círculos en los que participé. En julio del año pasado, publiqué un artículo en el que analizaba los resultados del 26J (http://ajgilpadilla.blogspot.com.es/2016/07/los-resultados-del-26j.html) y echaba cuentas de la pérdida de votos de la unión Podemos-IU. ¿De quién eran los votos perdidos? ¿Dónde fueron a parar? El tiempo y las manifestaciones de múltiples afiliados y simpatizantes de IU me han dado la razón.
A mi modo de ver, simplificando, es posible establecer dos grupos de los “renegados” que han renunciado de sus propias siglas.

Por un lado están aquellas y aquellos que buscan la “pureza” y las esencias de la izquierda, de esa izquierda ya desdibujada, en la creencia de que Podemos adultera esa izquierda fantasma en la que ellos y ellas creen, ubicados, tal vez, en esa especie de burbuja onírica que ha servido de refugio a quienes huyen de la cruda realidad y de la necesaria visión para darse cuenta de que la revolución, de momento, no es posible.

Hay otro grupo de personas que se han hecho mayores, que han prosperado económicamente, pero mantienen la proximidad a IU e, incluso, la militancia. Un sector social que nada tiene que ver con la ideología y los valores que proclamaban y defendían aquellos jóvenes que, procedentes del PCE, pretendieron abrir el ideario inicial para incrementar el apoyo electoral, justo lo que han intentado hacer ahora Garzón y los suyos.
Tal vez estos segundos son los que han convertido IU en esa fuerza de débil ideología, alejada de los intereses de la clase trabajadora.  Ya en el año 2000, en la mencionada VI Asamblea, descubrí a los que hacían de esto de la política su profesión, a pesar de tratarse de un partido minoritario. El oportunismo de gran número de los participantes y los pactos a cualquier precio con tal de seguir viviendo del cuento fueron pieza clave para que abandonara la coalición. Tal vez por ignorancia o ingenuidad, aquella fue la primera vez que descubrí lo que era la casta. Yo deduzco que, en el fondo, les interesa que sigan gobernando los “constitucionalistas”  (PP más PSOE) porque salvaguarda sus intereses. Muchos de esos falsos militantes de “izquierdas” son verdaderamente opuestos al progreso. Son esos que se han convertido en un sector privilegiado, que los domingos de elecciones se ponen el sombrero de “izquierdista”.

En realidad, ambos dos grupos coinciden en el desprecio y la crítica a la alianza electoral, con ataques al grupo Podemos de mayor calado, y con más daño, que el que puedan hacer los sectores más reaccionarios de este país. 
La pérdida de ese millón de votos procedentes de estos grupos, sin duda, hará pensar a Podemos y a los dirigentes de IU afines a la alianza. La historia ha demostrado que IU, por si sola, no ha conseguido nunca una representación significativa. Con J. Anguita como Coordinador General alcanzó el máximo de diputados: 23. Luego con Llamazares, por sus declaraciones, reticente con la citada alianza, se llegó a la ridícula representación de uno y, después dos diputados. De no buscar la unión con Podemos, y los grupos que se presentan como más progresistas, tienen poco futuro.


Últimamente, en ciertos círculos, se oye que IU intenta absorber a Podemos, por aquello de que los dirigentes de este grupo proceden del PCE. Para mí, esto carece de credibilidad, pero siempre es conveniente dejar una puerta abierta en esto de la política.