El domingo, como tantos otros ciudadanos, estaba atento a las noticias
que los medios de comunicación ofrecían sobre las elecciones Gallegas y las del País Vasco. Es a las primeras a las que me quiero referir ahora.
A eso de las siete de la tarde, más o menos, nos decían que la
participación a las cinco era unos siete
puntos inferior a la de las elecciones del 2009, lo que pronosticaba un
importante ascenso de la abstención en estos comicios.
Pues bien, una vez iniciado el recuento, a partir de las ocho, nos
informan de que la participación había sido del 63,80%, 0,63 puntos inferior que
en las anteriores que fue del 64,43%. Por un extraño fenómeno, que jamás se ha
producido, desde las cinco de la tarde hasta las ocho, la participación
recupera esos siete puntos de caída. Esto es una gran mentira del PP, como
tantas otras, con el único interés de encontrar una excusa para justificar las
nefastas políticas llevadas a cabo por este Gobierno, haciéndonos creer que los
gallegos avalan mayoritariamente los recortes y demás medidas que están
llevando a este país a un callejón sin salida.
Esta repentina recuperación de la participación, me extrañó tanto que
me propuse analizar los demás datos que todos los medios nos ofrecían. El
número de votantes ha sido de 1.467.657, cuando en las elecciones del 2009
fueron 1.706.198 los que acudieron a las urnas. Esta comparativa me hizo dudar
de los datos de participación: o bien un número en torno a los 400.000 gallegos
se habían esfumado, o los datos que nos daban eran falsos. ¿Cómo es posible una participación semejante en ambas
convocatorias cuando el número de votantes es sensiblemente inferior en las del
2012?.
Lo curioso es que ningún partido político ha reaccionado ante este hecho,
a la vez que a todos los medios
informativos “se la han colado”.
Anoche, aprovechando un hueco
en mi agenda, me puse a analizar la cuestión desde un punto de vista
matemático. Ahí van los datos:
Elecciones de 2009:
Censo INE: 2.691.570
Número de votantes: 1.706.198
Participación real: 63,39%
Participación oficial: 64,43%
Elecciones 2012:
Censo INE: 2.696.513 (unas 5.000 más que en las anteriores)
Número de votantes: 1.467.657
Participación real: 54,42%
Participación oficial: 63,80%
Como conclusión al análisis matemático quiero resaltar que el PP
gallego representa a menos de un cuarto de la población censada con derecho a
voto: el 45,72% obtenido por el PP del 54,42% de la participación supone
únicamente el 24,88% de esa población con derecho a voto.
Hoy abro Facebook, y me
encuentro con un análisis llevado a cabo por “Democracia Real Ya”, idéntico al
que yo hice anoche, lo que me confirma que estoy en lo cierto. ¿Qué ha
ocurrido?, que han excluido a toda la población empadronada que reside fuera de
Galicia, porque, por lo que parece, esta vez han decidido abstenerse casi en
bloque (no han solicitado el voto por correo), lo que dice poco a favor de este
modelo político en permanente declive. El PP ha manipulado los datos con el fin
de reforzar la nefasta política que está llevando a cabo en todo el Estado. Y
lo curioso es que pocos nos hemos dado cuenta de este fraude estadístico que se
ha producido por primera vez. ¿Es posible que a partir de ahora asistamos a “pucherazos”
electorales sin que los mass media se
den cuenta de ello?. Evidentemente, lo que ha ocurrido potencia el desprestigio
de la actual práctica política, y deja en muy mal lugar a los medios que nos
informan porque, por ignorancia o por intereses, se dejan llevar por el engaño.
Cuando menos, es curioso, sí señor, muy observador. Excelente análisis.
ResponderEliminarPor eso reitero una y otra vez que lo primero que hay que cambiar es la ley electoral, esta pensada desde la transición para que el reparto del pastel caiga siempre en los mismos anulando al ciudadano. Y encima de unos años a esta parte la han estado parcheando para hacerla todavía más ineficaz.
ResponderEliminarPor otro lado, supongo que en el PP no son tontos e internamente saben que el voto a su partido cada vez es más bajo y que solo ganan porque les favorece el sistema de juego y el contrincante no juega bien.
Esto demuestra la incompetencia de unos y lo sibilino de los otros
ResponderEliminar