sábado, 12 de septiembre de 2020

EL VIRUS, LOS MEDIOS Y LA MANIPULACIÓN

 

Son, con éste, tres escritos cortos los que me quedan para cerrar un capítulo que comenzó hace unos nueve años. Yo mismo, como vengo anunciando, me he ido cerrando las puertas, negando la eficacia de este tipo de trabajos de cara a un cambio de rumbo de estas sociedades, cada vez más dividas en ricos y pobres, lo que nos conduce a un país subdesarrollado y menos democrático, si es que alguna vez lo ha sido, después del triunfo del Frente Popular en el marco de la II República. Una tendencia que puede afectar a todo occidente.

También he huido de escribir sobre asuntos de carácter netamente coyuntural, aunque en ocasiones no haya tenido más remedio que hacerlo, como es este caso, que se inscribe en el epílogo de esta faceta. Bien es cierto que siempre he intentado ir un poco más allá, profundizando en comportamientos de nuestra especie y en sus consecuencias, a través del análisis. Las ideas básicas subyacen, de una u otra forma, en casi todos los artículos o post de mi Blog, lo que da pie a que, en apariencia, me repita demasiado.

 

El tan famoso virus -el Corona virus o COVID 19, no he descubierto aún, como profano que soy en la materia, la diferencia o similitud entre ambos nombre (ni distinguir el género)- ha influido en los comportamientos o conductas, ha monopolizado las noticias en radio y TV y, éstos, han sembrado, como nunca, la desinformación, el desconcierto y la incertidumbre.

Los mass media de este país, a pesar del uso de las nuevas tecnologías, han sacado a la luz su más rancia tradición informativa, su incompetencia y su instrumentalización más descarnada  al servicio del poder real.

La combinación de estas tres circunstancias dan lugar a una información sesgada cuyo principal objetivo es el de intoxicar al pueblo, claro que con audiencias, cada vez, más menguadas. Sectores que piensan son inmunes a sus peroratas. Las nuevas generaciones no les prestan ninguna atención.

Ante su ineficacia para potenciar la socialización y entretener con asuntos de carácter cultural, se emplean en desgracias, catástrofes e imprecisiones en los datos (son ágrafos en matemáticas). Siempre hay un asunto que predomina y eclipsa a otros. Suelen ser temas recurrentes en las últimas décadas: los accidentes de tráfico, los incendios en verano o la violencia de género. Pero cuando hay otros asuntos que asustan más los demás no existen. Es el caso de estos últimos meses. El Covid 19 monopoliza los informativos de todas las emisoras de radio y TV, pero el exceso informativo y la abundancia e imprecisión de datos está creando, afortunadamente, desencanto, desinterés y cansancio. Hace unos años fueron “las tormentas solares”. Casi nos llegaron a convencer que estábamos a un paso del apocalipsis. Pero no pasó nada aunque, supongo, que la actividad solar sigue siendo la misma.

 

Los medios de comunicación, principal instrumento de manipulación en nuestros días, están influyendo de manera decisiva en los comportamientos sociales. El miedo creado intencionadamente, genera angustia y paranoia. Y un poco más grave: neurosis que requieren tratamiento. Los datos y las medidas, que llegan a ser obligatorias, generan en amplios sectores, en la mayoría, confusión, desconfianza y agresividad. Por otro lado, surgen protestas “negacionistas” que responden a las presiones ejercidas por los gobiernos, vía medios de comunicación. Conductas de contestación ligadas, en este país, a la extrema derecha política. Muchos incautos se dejan llevar, aunque no participen de esas ideas.

Otros, entre los que me encuentro, permanecemos expectantes, intentando que las informaciones influyan en la menor medida en nuestro modo de vida, a la espera de que pase la tormenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario