sábado, 26 de septiembre de 2020

CARTA A UN AMIGO

 

Previo a la carta

Comencé a escribir en este terreno del análisis y del pensamiento crítico con un libro que titulé  “En los límites de la irracional” sin saber muy bien, al principio, por qué le di este nombre. Con el subtitulo, “Análisis del actual sistema socioeconómico”, aclaraba algo más cuál sería su contenido. Después continué con otros textos largos, y, previamente, llevé a cabo un trabajo que dio pie al mencionado antes. Una tesis de carácter didáctico, proponiendo nuevas formas de aprendizaje, todo ello integrado en el modelo socioeconómico vigente.

Luego vino otra larga etapa en la que he escrito textos cortos, a modo de artículos o post publicados en diferentes diarios digitales y en mi propio Blog. También en este caso hay un previo que comenzó a comienzos de este siglo con artículos enviados, puntualmente, a periódicos de amplia difusión. Unos fueron publicados y otros no.

En todos estos escritos cortos, que comenzaron a publicarse hacia el año 2011, he expresado el texto de diferentes formas: relatos o cuentos, silogismos, aforismos y, mayoritariamente, de forma descriptiva a modo de breves ensayos, aunque siempre en aplicación de un método para el análisis, rehuyendo de la mera opinión, la conjetura o el “yo creo”. Pero nunca he publicado alguna de las múltiples cartas que he cruzado con amigas y amigos. Por lo tanto, he decidido en este penúltimo escrito de esta tanda, en el 199, hacerlo ahora porque aquí expreso mi actual estado de ánimo, afectado por los acontecimientos que vivimos y por la repercusión y los efectos que éstos tienen en las conductas y sentimientos de una ciudadanía perdida en este mar de incertidumbre.

Mi carta es una respuesta al envío de un “correo” con una carta adjunta que, creo, que Luis me dirige con un carácter muy personal.

 Querido Luis

Me entusiasma recibir noticias tuyas siempre y, sobre todo, en estos tiempos de incertidumbre. Situaciones estas que desbordan al más pintado. Momentos que no se saben resolver, o que no quieren.

Tu ironía y tu sarcasmo no dejan de sorprenderme, hasta el punto de la confusión, tal vez por mi ignorancia. En Pablo Ce de  tu carta, que interpreto como Pablo Casado, no pillo lo de Ce. Por otra parte, no sé si el escrito es reciente o es de mayo, como figura al final del mismo. Con sutileza e ironía, tu carta, refleja esa situación de desasosiego y hastío que estamos malviviendo.

 

Como muy bien detectas en los textos de mi Blog, quiero cerrar una etapa que inicié hace ya unos cuantos años, desencantado y ausente de ese entusiasmo con el que comencé. Todo ese recorrido me ha servido para darme cuenta de que este tipo de actividad, la de escribir y denunciar en Blogs, portales digitales, en las redes o cualquier otro medio no conduce a nada en el plano del cambio a mejor de nuestras formas de vida, ni en las personales, ni en la de nuestros semejantes.

Estamos en un tiempo malo, dicho sea con palabras sencillas. El sistema absorbe e integra, a modo de agujero negro, todo lo que se ponga a su alcance. Nos ilusionamos con el 15M, hace nueve años, y ahí tienes el resumen: un partido que forma parte de un Gobierno al servicio de la oligarquía, como siempre.

Yo comencé toda esta "andadura" de análisis con una premisa: la inmadurez intelectual de la especie, y la esperanza de que, a corto-medio plazo, pudiera enmendarse, de una u otra manera. Ahora estoy convencido de que la cosa ha ido a peor, hasta el punto de ser todos más vulnerables, más manejables. El miedo es nuestro mayor enemigo. El miedo nos arrastra a la paranoia, al aislamiento (potenciado desde arriba) a la indiferencia, a la insolidaridad, a la desconfianza y a la agresividad entre pares. 

El sistema capitalista está agotado en su esencia, pero no hay alternativas para avanzar hacia estados de progreso y de igualdad. Marx decía que el capitalismo lleva implícito el germen de la autodestrucción, y esa falta de alternativas nos sitúa en esa franja de incertidumbre en la que los perjuicios de ese declive irán en progresión directa de abajo a arriba, como ya está ocurriendo. Hasta el virus que ahora nos acecha se ceba en las capas sociales más modestas. Virus que está jugando ese papel del miedo, para asustar, y encubrir la crisis sistémica.

 

En fin, no podré evitar seguir recogiendo, en forma digital, lo que pienso, aunque solo sea por mantener una cierta actividad intelectual, y darle trabajo a las neuronas para que no se acorchen, pero lo haré, sobre todo para mí, en relatos más largos, tal como comencé hace más de una década.

Una actividad que me gustaría mantener, y así lo haré, es el intercambio epistolar con amigas y amigos, sea como sea, en uso de estas nuevas tecnologías que nos facilitan la tarea, tal como vengo haciendo desde hace tiempo.

Pues nada, Luis, a seguir sobrellevando esto, refugiándonos en la familia, en la amistad y en uno mismo. Recibe un fuerte abrazo.

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